Por Manuel López Mateo Foto: Julia Scurini
El próximo sábado 9 de junio, H.I.J.O.S. Zona Oeste junto a otros organismos de derechos humanos, realizarán un escrache al represor Adolfo Kushidonchi, en el centro de la ciudad de Moreno, provincia de Buenos Aires. El represor condenado por la justicia a 22 años de prisión, goza del beneficio de la prisión domiciliaria.
Adolfo Kushidonchi, durante la última dictadura cívico militar, cumplió funciones como gendarme y desde 1977 a 1979 fue director de la cárcel de Coronda, en la provincia de Santa Fe. Algunos de sus crímenes son relatados en el libro “Detrás de la Mirilla”, elaborado en forma colectiva por ex-presos políticos que pasaron por esa institución.
Luego de cuatro décadas de impunidad, el pasado 11 de mayo se logró la condena gracias al testimonio de los sobrevivientes. El represor fue condenado a 22 años de prisión por delitos de tormento agravado contra 39 presos políticos y los asesinatos de Luis Alberto Hormaeche y Raúl San Martín.
Kushidonchi resultó lamentablemente beneficiado con prisión domiciliaria, bajo el argumento de problemas de salud. El genocida cumplirá la sentencia en su casa ubicada a tres cuadras de la estación de Moreno. El escrache se realizará con el objetivo de informar a la comunidad morenense que vive cerca un genocida y para que controlen si cumple con la prisión domiciliaria.
La agrupación H.I.J.O.S., zona oeste, convocó a una marcha para el próximo sábado 9 de junio a partir de las 14hs en la Plaza Mariano Moreno (lado Sur). Una actividad que recorrerá distintos lugares emblemáticos de la dictadura militar como el Monolito de Julio A. Asseff (en la esquina de las calles Joly y Asseff), un infame recuerdo del partícipe civil de la dictadura militar que está ubicado en el casco céntrico de la ciudad. A continuación se detendrá en la Comisaria de Moreno (en la esquina de las calles Merlo y Bouchard), reconocido centro clandestino de detención de la sub-zona 16. Para finalizar se hará el escrache en el domicilio actual del represor ubicado en la Av. Bartolomé Mitre n°1057 (entre Camilli y Rivadavia).
Entrevistamos a Ayelen Aguilar, integrante de H.I.J.O.S Zona Oeste para informarnos sobre el escrache al represor.
¿Quién es Adolfo Kushidonchi?
Fue un ex gendarme que cumplió una directiva del ejército en el año ´77 y pasó a ser director de la cárcel de Coronda en Santa Fe. En esa cárcel habían alojados muchos presos políticos y él fue condenado como responsable de esa prisión, por treinta y nueve casos de tortura y dos asesinatos.
Los compañeros (todos detenidos varones) de Coronda dicen que era distintivo de Kushidonchi las torturas psicológicas. Cuentan que era macabro y jugaba con su origen oriental, con la paciencia para hacer quebrar psicológicamente al otro. Se caracterizó por una tortura sistemática del pensamiento, en cómo volverlos locos. Él les decía “ustedes salen muertos o locos de acá”.
¿Se trataba de presos legales?
Sí. Eran presos legales, a diferencia de otros en la dictadura, porque no era un centro de tortura clandestino. Pero tenía las mismas prácticas. Al tratarse de presos legales, la mayoría de ellos salieron y pudieron contar lo que pasaron, aunque muchos quedaron quebrados psicológicamente.
De hecho, hay un libro llamado “Detrás de la Mirilla” que recopila todas las resistencias que pudieron hacer los ex-detenidos mientras estuvieron ahí. Además, ellos cuentan que hubo otros dos asesinatos que ocurrieron afuera del penal y no entraron en este juicio. Pero la intención es que se lo pueda involucrar en un segundo juicio.
¿Cómo llega Kushidonchi a vivir en Moreno?
No sabemos bien en qué año él se instaló en Moreno, porque vivió en el anonimato durante mucho tiempo. Tenemos registro que se recicló en Moreno durante la democracia como funcionario en la intendencia de Julio A. Asseff del ´91 al ´95. Asseff fue intendente durante la época de la dictadura, después gano las elecciones en el año ´91 y Kushidonchi fue director de tránsito durante esa intendencia. Físicamente es un tipo de aspecto particular y la gente pudo haberlo reconocido porque seguramente vive acá hace casi tres décadas.
¿Cómo fue descubierto aquí en Moreno?
Kushidonchi se encargaba de abrir y cerrar la puerta del Salón que tiene la Catedral (Nuestra Señora del Rosario) de Moreno, que se usa para charlas que no son solamente religiosas. En ese contexto lo descubren, cuando Kushidonchi le comenta a un compañero que él estuvo en la cárcel de Coronda. Éste compañero empieza a hacer la relación con el libro de los presos. De hecho, los ex-detenidos pensaron que se había muerto porque estuvo un montón de tiempo sin aparecer, sin saber dónde estaba. Y estaba acá, reciclado y en el centro de Moreno.
¿Cuál es la importancia de este escrache?
Para nosotros y nosotras este escrache es muy importante porque involucra a la Gendarmería, que en el imaginario social quedó como la menos mala, o la no involucrada en el genocidio porque estaba en la frontera. Este caso muestra la actuación de dos gendarmes, Kushidonchi y otro llamado Domínguez que también estuvo a cargo de esa prisión durante el genocidio.
La idea es completar esta condena legal con la condena social y política en las calles. Decimos que esta justicia no es la que nos conforma, porque tiene que ver con las prisiones domiciliarias que tienen miles de beneficios. Nosotros hacemos la continuidad de la justicia legal, con la justicia social y popular. Queremos visibilizar que las prisiones domiciliarias no son controladas si se cumplen, entonces son los vecinos y comerciantes morenenses quienes deben controlarlo. Los y las convocamos el sábado 9 de junio a las 14hs en la Plaza Moreno lado sur.
Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia Contra el Olvido y el Silencio, es una organización que se creó en 1995 para luchar por el Juicio y Castigo a los genocidas de la dictadura cívico- militar (1976-1983) y la restitución de la identidad de hermanos y hermanas apropiadas y reivindicar las luchas de las y los 30.000 detenidos y detenidas desaparecidas, víctimas de delitos de lesa humanidad.