Por Mario Hernandez
Olga Cristiano, referente de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, habló con Marcha sobre los orígenes de este movimiento que hoy en día está en el centro de la escena política.
Olga Cristiano: Soy una de las fundadoras del movimiento de mujeres que se formó hace muchos años y de donde surgió esto que está ahora tan presente que es la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
La Campaña tiene un antecedente, la Comisión por el Derecho al Aborto que se formó en marzo de 1988, con muy pocas integrantes. Funcionó hasta 2008, cuando algunas pasamos a formar parte de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
En realidad, la Comisión por el Derecho al Aborto tenía una líder que fue Dora Coledesky, una abogada de izquierda que se exilió en Francia en los ’70 y ahí presenció todo un clima revolucionario. Ya había pasado en París el Mayo Francés, pero habían quedado muchas ideas. Las mujeres se conformaron en organizaciones y encabezaron esta lucha por el aborto.
Allá estaba Simone Veil que era médica y Ministra de Salud de un gobierno conservador, era sobreviviente de los campos de concentración. Luego había luchado por las mujeres argelinas que estaban pasándola muy mal en aquella época y luego formó parte de este gobierno, al que enfrenta llevando las voces de muchas mujeres que eran intelectuales, artistas, mujeres del pueblo que decidieron hacer un proyecto de ley y presentarlo en 1973. Un año después salió la ley del aborto promulgada en Francia.
O sea, nuestro antecedente fueron las ideas que venían del Mayo Francés, atravesando el Atlántico, con Dora Coledesky. Ella fue líder indiscutible nuestra. Era una mujer formada y con una gran intuición política y, sobre todo, era una incesante luchadora, ella sabía que teníamos que levantar el telón de los prejuicios y colocar este tema en debate, lo cual era muy difícil en un ambiente de una gran hipocresía donde el tema del aborto no se hablaba. O se hablaba en voz baja. Esto surgió en una reunión, en unas jornadas de la Asociación de Trabajo y Estudio sobre la Mujer “25 de Noviembre” (ATEM), que se hacían a fin de año. En esa reunión, en una mesa de debate, Dora habló de este tema, que sólo se hablaba entre feministas. Fueron unas pocas mujeres las que intervinieron y propusieron formar una organización. Ahí surgió la Comisión por el Derecho al Aborto. Dora junto con unas pocas mujeres feministas que había en esa época.
¿De qué año estamos hablando?
La Comisión por el derecho al aborto se formó en 1988. La idea vino desde Francia traída por Dora y ya en ese año, unas muy pocas mujeres la formaron. Ella traía sus ideas del exilio y nos las trasladaba. La reunión en ATEM fue en 1987 y la Comisión se creó finalmente en 1988.
Esta Comisión editó 16 números que se llamaban “Nuevos aportes sobre el aborto”. Los primeros 3 fueron fotocopias, muy primarios en cuanto a la confección. Los últimos aparecieron como revistas y hoy están digitalizados. La Comisión tuvo ese coraje de decir que teníamos que de alguna manera ser las voces de las mujeres sin voz y sin rostro. Dora nos decía que cuando las mujeres pobres luchen y sean conscientes de que deben decidir sobre sus vidas y sus cuerpos, ahí íbamos a dar un salto cualitativo. Evidentemente este salto venía de un proceso donde las condiciones tanto objetivas como subjetivas se tenían que dar y yo creo que este proceso que nació en 1988, cuando nadie nos tenía en cuenta, salvo las feministas con las que hablábamos, ahora está marcando un hito, un punto de inflexión donde evidentemente hay un salto cualitativo.
Coledesky decía: “cuando las mujeres del pueblo decidan luchar por este tema van a dar un salto revolucionario, porque se enfrentan cada vez que deciden el aborto, y son conscientes de ello, a la Iglesia, a las instituciones del Estado y los vínculos con su familia que generalmente estaban en contra. Un salto revolucionario de las mujeres pobres”.
Pero todo eso fue un proceso donde hoy evidentemente hay un gran cambio, donde ya no pertenece el tema del derecho al aborto únicamente a las feministas, ahora pertenece a miles y miles de mujeres, como vemos en los encuentros de Ni Una Menos y en los Encuentros Nacionales de Mujeres que son enormes.
Usted relata una situación ocurrida hace 30 años ¿qué siente hoy, Olga Cristiano, cuando ve esta masividad con la cual las mujeres toman esta reivindicación?
Siento que ahora son nuestras hijas y nuestras nietas las que toman nuestras banderas, las que dicen nuestras consignas, las que llevan nuestros pañuelos verdes, las que tienen conceptos bastante claros sobre lo que tienen que hacer, sobre la decisión sobre sus cuerpos y sus vidas.
Vemos mujeres muy jóvenes y realmente llama la atención. Hace pocos días estuve en un taller de formación y vi chicas muy jóvenes, de 17 años, mujeres diversas, de profesiones variadas, abogadas, psicólogas, profesoras de letras; muy variado, militantes de diferentes movimientos que en provincias y en Capital toman nuestras banderas. Para nosotras es muy impactante eso. Ver la envergadura que está tomando todo eso es sorprendente. Yo soy abuela, tengo una nieta y pienso que no hemos trabajado solas sino que nos fueron acompañando a medida que iban integrándose a este movimiento de mujeres. Me llama mucho la atención y pienso que comienza un cambio cultural y eso me pone muy contenta. Pienso que esto va para adelante.