Por Sergio Segura
Tras un año y nueve meses en el cargo, Pedro Pablo Kuczynski (PPK) deja la presidencia de Perú tras la revelación de unos videos que Fuerza Popular mostró para denunciar actos de corrupción en su contra. Por ahora el vicepresidente Vizcarra se prepara para reemplazarlo y la familia Fujimori protagoniza la disputa política.
Por “incapacidad moral” PPK tuvo que aceptar la proposición de vacancia que lo pone a un costado del gobierno del país: “Frente a esta difícil situación que se ha generado y se me hace injustamente aparecer como culpable de actos que no he cometido, pienso que lo mejor es que renuncie”, anunció PPK este miércoles en su alocución. Keiko Fujimori, hija del expresidente Alberto Fujimori y excandidata presidencial en las últimas elecciones, lidera las denuncias contra el mandatario por compra de apoyos dentro del Congreso, espacio que funciona con mayoría opositora.
En diciembre pasado ya el Congreso había solicitado la vacancia de PPK por su posible vinculación a los sobornos de la constructora brasilera Odebrecht, la cual presuntamente hizo negocios por 4,8 millones de dólares a consultoras vinculadas a Kuczynski entre 2004 y 2012. Sin embargo, el otro hijo de Fujimori, Kenji, se alineó con el gobierno y movió influencias para evitar su destitución, lo que se leyó como un favor político pues, días después, el gobierno le otorgó un indulto a su padre quien se encontraba condenado (hasta 2032) por actos de corrupción y la responsabilidad en violación a los derechos humanos.
Esta maniobra ya es conocida en Perú, en el año 2000 fue Fujimori quien fue destituido de la Presidencia como consecuencia de los videos que muestran a Vladimiro Montesinos comprando apoyos políticos.
El ‘fujimorismo’ es el definitivo beneficiado de esta crisis, sobre todo la tendencia de Keiko, pues persiste como la fuerza política dominante en el país con el 25% del electorado, aun cuando sus hermanos están aparentemente divididos. Por su parte, las tendencias “antifujimori” siguen siendo dispersas y poco cohesionadas. Keiko representa el ala conservadora y su hermano Kenji sostiene posturas más liberales (en 2011 y 2016 Kenji fue el congresista más votado, mientras que Keiko perdió las últimas disputas electorales).
Más allá de la conmoción nacional y los debates políticos en el Congreso, el vicepresidente Martín Vizcarra se prepara para asumir la jefatura de la Casa de Pizarro, mientras que algunos de sus ministros y el mismo PPK argumentan la decisión como una prevención, desestimando su eventual participación en algún delito.
El país se hunde en la ingobernabilidad y se espera que en los próximos días se conozcan las verdaderas consecuencias políticas, económicas y sociales del fin de PPK y el anuncio de los cambios en el gabinete de gobierno. Las ramas legislativa y ejecutiva en Perú están sumidas en la corrupción y solo auguran continuismo para los poderes auspiciados por el linaje Fujimori.