Por Orlando Agüero*
A la 5:43 del sábado, falleció en la ciudad de Salta a los 85 años de edad, el compañero Armando Jaime. Toda una vida entregada en la construcción de la revolución y el socialismo en la Argentina.
“No quiero flores, quiero banderas” fue su deseo tiempo antes de agotar su último aliento. El guerrero experimentado en múltiples batallas, describió así su temperamento dirigente y militante. Cabalgó la vida al lado de gigantes de su propia talla. De esos y esas que inundaron la historia con olas revolucionarias, transformadoras y pedagógicas. Compartió así su militancia con referentes del tamaño de Agustín Tosco, Roberto Santucho, Alicia Eguren, Rene Salamanca, entre tantos otros y otras compañeras que guiaron al pueblo trabajador hacia el intento más serio de cambio social en nuestro país. Fueron a la vez parte del mismo tiempo con el Che Guevara, Juan Perón y Fidel Castro.
Creador de Herramientas
Fue fundador el Frente Revolucionario Peronista. Fue elegido entre muchos y muchas revolucionarios de la época para viajar a China para visitar y formarse en la experiencia revolucionaria encabezada por el legendario Mao Tse Tung. Entendió, en forma temprana, que el peronismo era lo mejor que le había sucedido al pueblo en términos de derechos y de movimiento de masas, al mismo tiempo que se transformaba en una fuerza contradictoria para llevar adelante su ambicioso proyecto de construir el socialismo en la Argentina. Fue así que su fuerza política (FRP) realizó una alianza con el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) cuyo referente máximo era Mario Roberto Santucho. Desde ahí construyeron un movimiento de masas que se denominó Frente Antiimperialista y por el Socialismo (FAS) del cual fue su presidente, acompañado de una innumerable cantidad de referentes que activaban la lucha antiimperialista. En momentos del regreso de Perón al país, fue elegido entre una cantidad de organizaciones populares que impulsaban el FAS, como candidato en una formula integrada por Agustín Tosco como presidente y Jaime como vice. La propuesta no pudo avanzar debido a la negativa de propio Tosco. Sufrió varias veces la cárcel durante las diferentes dictaduras militares. Realizó una experiencia única en el país, esta fue la construcción de la CGT Clasista de Salta, echando a la burocracia e instalando al frente de la herramienta de los trabajadores a referentes de base que legítimamente se habían ganado un preciado lugar entre los trabajadores y las trabajadoras salteñas.
Exilio y regreso
Durante la dictadura militar se exilió (cuando comprendió que ya no había más nada por hacer acá) y fue entonces que recorrió varios países latinoamericanos y europeos denunciando las atrocidades que sucedían en su tierra. Regresó junto con el advenimiento de la democracia y construyó el MOCEP (Movimiento Obrero, Campesino, Estudiantil y Popular). A partir de ahí se puso a trabajar como siempre en la organización de la unidad del pueblo. Varias denominaciones y siglas se transformaron en identidades pasajeras que intentaban unir a la militancia y trabajadores. COAR (Coordinadora de Organizaciones y Agrupaciones Revolucionarias), Encuentro Militante y MULCS (Movimiento de Unidad Latinoamericana por el Cambio Social), son algunas de los caminos que sintieron sus pasos e ideas.
Maldito Cáncer
Desde hace por lo menos un año se le agravó un cáncer que se le instaló en todo el cuerpo y como un guerrero de pie y con la frente bien en alto también lo enfrentó, así como lo hizo durante toda su existencia contra el capitalismo, el imperialismo y todos los valores emanados por ellos.
Morir como viví…
Estoy completamente seguro que no es nada contra las flores. Es que recorrió este mundo rodeado de compromisos expresados en la militancia referenciada en banderas y pancartas populares. Es que quería morir como vivió. Solo que estos gigantes nunca mueren. Se transforman. En este caso en una luz brillante que sin dudas orbitará cada pueblada, cada conspiración contra el poder establecido de los ricos.
Vivirá en cada compañero y compañera que luche y tienda a emular alguna de sus enseñanzas. Un maestro ejemplar, un formador, un humilde norteño que supo referenciar una generación única.
Un emprendedor
Durante los últimos años construyó una cooperativa de trabajo que producía dulces regionales, tales como Cayote, cuaresmillo y otros frutos típicos del noroeste de nuestro país. Con la producción y la comercialización de estos productos logró sostenerse económicamente él y un grupo de compañeros y compañeras que trabajaban en el emprendimiento.
También fue un escritor incansable. Plasmaba en papel sus ideas, sus líneas políticas, los pasos a dar, el presente y el posible futuro que tendría que transitar la clase obrera y el pueblo trabajador.
Los medios escritos de la ciudad de Salta lo interpelaban periódicamente. Él publicaba en sus columnas de opinión política. Sin embargo, el año pasado, los medios de comunicación locales (Salta) publicaron su muerte en una clara maniobra de molestar una vez más a quien ha sido una espada en manos de los trabajadores y las trabajadoras. En ese momento la familia y sus compañeros y compañeras salieron a desmentir la versión. Hoy ya no hay nada que desmentir. Armando Jaime ha abandonado esta tierra dejando un catálogo de enseñanzas, cuyo heredero es el propio pueblo, quien deberá entender y descifrar al compás de los nuevos tiempos. Porque aunque las historias se repiten el pueblo no deja de crear. No abandona el ideario de la imaginación popular. Quienes tuvimos la suerte de haberlo podido conocer y caminar unos pasos con él, hoy sentimos que esto significa una pérdida irreparable, a la vez que representa un legado ineludible.
*Militante del MTD La Cañada.