Por Mario Hernández
Es inminente el cese de las actividades de tres hipermercados debido a la abrupta baja en las ventas que se viene registrando en el último año, y el aumento exponencial del precio de los alquileres de las superficies donde funcionan. Cientos de trabajadores y trabajadoras pueden quedar en la calle. Aseguran que algunas sucursales de Carrefour de la Zona oeste correrán en 2018 la misma suerte.
Disco y Vea, cadenas de hipermercados que pertenecen al Grupo Cencosud, dieron las primeras señales de la debacle de sus unidades de negocio. Disco decidió cerrar las sucursales Moreno (en el Nine Shopping) y Castelar y Vea bajará la persiana del súper de la localidad de Merlo. En todos los casos aducen que resulta inviable afrontar los aumentos de los alquileres al triple, y una fuerte y sostenida baja en las ventas. Como para completar el cuadro, el desembarco de Coto en las cercanías de estas sucursales no hizo más que agravar y precipitar el final de sus operaciones comerciales.
La primera sucursal que cerrará es la del Vea Merlo, generando el despido de unos 40 trabajadores y trabajadoras. En primera instancia, el gremio de empleados de comercio (SEOCA) confirmó que ya inició la negociación para el traslado de los empleados a otras dependencias de la cadena. Sin embargo, para aquellos trabajadores que no acepten el acuerdo están solicitando indemnizaciones del 150 %.
Las malas noticias no terminan con las tres sucursales mencionadas, ya que la situación de probable cierre se extiende a otras dependencias del supermercado Vea, que junto a Disco, Easy y Jumbo forman parte del conglomerado económico del Grupo Cencosud.
Empleados de Comercio señalan que a lo largo de 2017 Cencosud implementó más de 50 despidos. Y la decisión del grupo sería avanzar con el cierre de varias de las sucursales que mermaron su rentabilidad sobre todo en el último bienio. Sobre todo a nivel regional, la compañía chilena viene sufriendo un derrumbe sostenido en sus indicadores de rentabilidad desde que se inició el año. Sólo en el tercer trimestre, la firma trasandina registró una baja de casi el 30%. El acumulado para los primeros 9 meses de 2017 arrojó una merma interanual del orden del 49,5%.
En Argentina, durante el primer semestre de este año su situación empeoró todavía más. Al punto que los ejecutivos locales de cadenas como Disco y Jumbo, entre otras, no tuvieron otro remedio que cubrir las operaciones locales con fondos inyectados desde sus sedes en Francia, Estados Unidos o Chile.
Una situación impensada y que, para los memoriosos del sector, sólo tiene como antecedente la implosión social de Argentina de fines de 2001, tras la salida anticipada de Fernando de la Rúa de la Casa Rosada y el derrotero de reemplazantes que se sucedieron durante ese período de destrucción política y económica que soportó el país.
Con la firma de Oscar Tedesco, Secretario de Asuntos Gremiales, el SEC comunicó en diciembre “el estado de alerta y movilización en todas las sucursales de la cadena, debido a los despidos y constantes irregularidades y presiones a la que son sometidos los trabajadores”.
Al mismo tiempo, reconoció que Empleados de Comercio pedirá un incremento salarial del 3% adicional a la paritaria del 20% cerrada el año pasado.
“Queremos que las empresas incrementen la base del salario básico. Si bien Cencosud entregó un bono de fin de año de $ 4.000, como hizo la gran mayoría de las firmas del sector, ese aporte no cambia en nada el pedido de mejora en los sueldos que venimos sosteniendo. Sin nuevas subas estaremos lejos hasta de empatarle a la inflación”, aseguró el dirigente.
Plan de flexibilización laboral
La estadounidense Walmart estaría evaluando directamente el cierre de uno de sus locales más emblemáticos, el de la Autopista Buenos Aires-La Plata, a la altura de Sarandí. “El problema que tienen es que, luego del derrumbe del consumo y lo caras que están las locaciones, no pueden equiparar rentabilidad por metro cuadrado”, describió un ejecutivo de la cámara alimenticia Copal.
Jumbo, que ya cerró 7 locales en 2016 y avanzó en retiros voluntarios en parte de sus tiendas Easy, mantiene fuertes conflictos sindicales en Disco.
En el clima de temor por perder el empleo que se vive en el país, las autoridades de cada una de las 80 sucursales de Supermercados Disco citaron a los trabajadores para ofrecerles 20.000 pesos a cambio de modificar sus condiciones laborales de forma permanente.
“Los citan a una oficina y los trabajadores tienen que explicar por qué no aceptan el cambio de turno o trabajar en turno partido”, contó una alta fuente del Sindicato de Empleados de Comercio.
Según relataron, se trata del primer paso del poderoso Grupo Cencosud, para intentar flexibilizar las relaciones laborales en sus establecimientos.
“Es flexibilización laboral, es apriete, es extorsión, es coima. Te ofrecen 20.000 pesos, bajo presión y amenaza, para que resignes tus derechos”, señalaron desde el gremio mercantil porteño.
Disco es el espacio con mayor nivel de sindicalización de Cencosud, por lo que desde el Grupo apuntan a quebrar el lugar de mayor resistencia para avanzar luego, con un plan similar, en los lugares menos hostiles.
También en Carrefour
Carrefour, la filial argentina de la multinacional francesa de supermercados protagoniza también un fuerte plan de ajuste que prevé unas 3.000 cesantías que se aplicarán en distintas sucursales y otras áreas de la compañía. Con la caída del consumo como factor clave, cerrarán al menos diez sucursales. Entre las primeras de la lista se cuentan los súper de Ituzaingó, Villa Tesei y Moreno en el Conurbano bonaerense, además de otras localizadas en la Capital Federal y el interior del país. Sin embargo, el plan incluye reconvertir algunas sucursales en supermercados mayoristas en consonancia con los cambios de consumo, fruto de la caída de las ventas minoristas. Este hecho alivianaría la cantidad de despidos.
La firma ya prescindió de 800 trabajadores entre 2016 y 2017 y estaría atravesando una etapa de crisis de facturación y recortaría el 15 % del total de su planta de 20.000 empleados.
Carrefour cerró en 2016 algunos de sus locales “market” y abrió en simultáneo otros versión “express”, readecuándose a la nueva realidad económica y de consumo de los argentinos. Los franceses fueron de los primeros en llenar el país de locales, pero evalúan al contexto como desfavorable por varias razones.
En primer lugar, la apuesta a los Carrefour Express (pequeños negocios instalados en los barrios luego de la compra de los locales de la extinta cadena Eki) tiene rendimientos dispares. Han alquilado, abierto y cerrado muchos locales en la provincia de Buenos Aires, a la espera de resultados positivos que sólo se dieron en contadas ocasiones y, en esos casos, sí hubo buenos rindes. No obstante, los franceses parecen no estar conformes con algunos factores de la operación en Argentina.
Fuentes del sindicato de comercio graficaron el beneficio que genera para la multinacional francesa esta mutación: “al achicar la estructura se quedan con cinco empleados por cada local que realizan las tareas de diez personas. En esta versión de pequeño supermercado un mismo empleado debe hacer las veces de cajero, repositor y encargado; la cantidad de trabajadores por local no habilita la presencia de delegados y así se da vía libre a la precarización de las fuentes de trabajo”, concluyeron.
No obstante, en abril desembarcó en el país un grupo de técnicos proveniente de París. Incluso trajeron de Brasil a una ejecutiva gala para cumplir con la función de CEO para encargarse del reordenamiento. ¿Cuál es su estrategia? Un plan de retiros, no de cierres de locales. Es decir despidos, disfrazados de “reducciones”, como denominan en la jerga de los proveedores a este tipo de decisiones.
Para las pasadas Fiestas, las ausencias se sintieron y todo el personal de oficina tuvo que ponerse el overol y realizar tareas en los supermercados. Así, se pudo ver a gerentes reponer mercadería en la góndola de los lácteos o a ejecutivos cargando bultos en los depósitos, por ejemplo. Una fotografía de la crisis de una de las empresas más rentables del país. En 2015, según la web oficial de la firma, en Argentina había facturado 46.000 millones de pesos.
Independientemente de la elegancia y los modales en los planteos y, además, de la cercanía a un Gobierno en cuyo Gabinete habitan hombres originarios del mundo empresarial y de los CEOs, algunos de los ejecutivos no están conformes con el desarrollo del negocio. Ya se lo hicieron saber al Gobierno de Mauricio Macri y hasta le entregaron un informe con quejas por la enorme carga impositiva nacional, provincial y municipal, otro de los factores que juega en contra del repunte.