Por Salvador Rodavlas
El miércoles 29 de noviembre la Cámara de Senadores de la Provincia aprobó el proyecto de prórroga por tres años de la ley de expropiación del Centro Social y Cultural Olga Vázquez de La Plata. Se trata de un paso más para lograr el reconocimiento de este espacio recuperado desde hace más de 14 años.
Este logro, según afirman sus integrantes, fue posible por la solidaridad de distintos sectores de la comunidad platense. En un contexto en el que se vulneran cada vez más derechos, de avance represivo, y de ataque a los espacios culturales autogestivos, esta victoria parece un respiro para seguir soñando con la construcción de otro mundo posible.
El Olga, como se lo llama cariñosamente hace tantos años, no constituye sólo un espacio de actividades culturales. El carácter que enmarca la participación política de las distintas organizaciones sociales, agrupaciones que desarrollan actividades barriales, estudiantes secundarios/as y universitarios organizados/as, organismos de derechos humanos, agrupaciones feministas, entre otros, dan vida a un espacio que vive por peso propio.
Allí conviven distintos emprendimientos autogestivos que generan trabajo para más de 50 personas bajo lógicas de trabajo sin patrón y asamblearias: cocina, herrería, costurería, imprenta, entre otras. Funciona una cooperativa de consumo popular, la biblioteca “H.G. Oesterheld” y la biblioteca popular para niños y niñas. Además, con la noción de construir un espacio donde se puedan plasmar las voces de distintos sectores pocas veces visibilizados, se construyó una radio comunitaria. De esta manera “Radionauta 106.3” nació en 2011 y en la actualidad es un medio que pone de relieve el trabajo colectivo en vías a una comunicación popular. Hoy funcionan más 60 talleres culturales por año a precios accesibles, que coordinan con otros espacios culturales y que desarrollan actividades con niños/as y jóvenes en los barrios de la ciudad.
“Agradecemos a todxs quienes apoyaron esta lucha durante el año, a las organizaciones populares, a lxs artistas que siempre estuvieron para organizar recitales y festivales, talleristas, medios y comunicadorxs populares, vecinxs, espacios culturales platenses y de la provincia, trabajadorxs de la cultura, gremios, a lxs abogadxs populares que llevan adelante la parte legal, y a todxs quienes habitamos, transitamos y/o participamos de algunas de las actividades que se desarrollan en el Olga”, afirman desde el Centro Cultural en un comunicado.
Si bien la prórroga de la expropiación implica un avance, la situación de fondo no se resuelve. El proyecto aprobado otorga una nueva prórroga, en este caso por tres años, de la ley 13764 de expropiación de 2007 y ya prorrogada anteriormente en 2012. Por ello, refuerzan desde el comunicado: “Ahora tenemos que exigir la expropiación definitiva del inmueble, es decir que se implemente la ley. Para ello el estado provincial tiene que destinar los fondos para el pago de la expropiación. Tanto el bloque oficialista como la gestión del municipio se comprometieron a que en conjunto se llegue a una resolución sin tener que encontrarnos dentro de tres años con la misma situación. Desde el Olga les tomamos la palabra, pero sabemos que sólo con la lucha activa en las calles y en unidad concretaremos esos objetivos”. En consonancia con esto, Felipa Azurduy, cooperativista e integrante del Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional, una de las organizaciones sociales que participan de la gestión del Centro Cultural explicó: “Lo logramos luego de un largo proceso de lucha que incluyó movilización y gestiones. Pero el logro final se dio por presión en la calle, no por el dialogo con funcionarios. La aprobaron por la fuerza. No fue porque se pusieron una mano en el corazón sino porque sabían que estábamos afuera en la calle”.
La renuencia del poder político a expropiar el Olga se vincula con que es “un espacio molesto para el poder, porque proponemos otro mundo posible, pero además porque no pueden hacer negocio con nosotros y nosotras”, según explicó Pablo, integrante de la Asamblea. Efectivamente el Olga se encuentra en la calle 60 de la ciudad de La Plata, un lugar muy céntrico que desde sus comienzos siempre tuvo la mirada de los negocios inmobiliarios que van colmando de edificios la capital. Por otra parte, explica Salvador, “vienen las barriadas a reunirse en el centro platense, eso molesta, ver migrantes, trabajadores y trabajadoras transitando y organizándose aquí es algo chocante para la gente del centro”.
Tres años para seguir construyendo. Una pequeña victoria en medio de un mundo que se cae a pedazos por el avance casi sin freno del capitalismo voraz. Un logro importante en una lucha que continúa hasta la expropiación definitiva, como afirma Pablo: “Queremos asegurarnos de que el Olga siga siendo un lugar de todxs y abierto al futuro. Seguiremos luchando por la expropiación definitiva sin descanso. Respiramos un poco y volvemos a gritar bien fuerte: ` El Olga es nuestro la lucha que lo parió`”.