“En el cuarto creciente de la luna de septiembre nos encontramos en Resistencia, para escucharnos, para reconocernos, para acuerparnos. Somos mujeres, lesbianas, travestis y trans, de organizaciones y colectivas diversas, urbanas, campesinas, originarias”.
Así comienza el documento aprobado en la asamblea de alrededor de 600 compañeras de diferentes organizaciones de Resistencia, Chaco: las Mujeres Clasistas y Combativas (MCC), Movimiento 20 de Diciembre, Frente Popular Darío Santillán, Ni Una Menos, Pañuelos en Rebeldía, y con la presencia de CONAMURI (Coordinadora Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas) de Paraguay.
“Entrelazamos nuestras voces y nuestras experiencias de cara al 32º Encuentro Nacional de Mujeres que nos espera en octubre aquí en Chaco, esta cita anual del movimiento del que somos parte, que desborda las fronteras coloniales, autoconvocando a compañeras de todo el Abya Yala. Los encuentros de mujeres son experiencias que han tallado nuestra fortaleza para transformar nuestras vidas, para enfrentar al héteropatriarcado capitalista y colonial de manera autónoma, plural y organizada. De nuestros diálogos gestados en ocho talleres surgieron conclusiones que nos animan a seguir debatiendo y poniendo en común saberes y acciones. Estamos construyendo un feminismo popular, comunitario, originario, campesino y urbano, creativo, organizado territorialmente, que elabora y busca estrategias para lograr nuestra autonomía , individual y colectivamente. Un feminismo que parte de la vida cotidiana y la cuestiona, que lucha contra todas las opresiones y por todos los derechos. Que se sostiene en la manada, porque entre nosotras nos hacemos fuertes, acompañándonos de manera amorosa y sin juicios morales que no nos pertenecen”.
Los diálogos realizados en 8 talleres durante el día sábado, y en plenario el día domingo, se desarrollaron en un clima donde el intercambio de ideas, de experiencias, de sentimientos, tuvo una dimensión pedagógica y política. Fue hermoso volver a sentir la alegría que nos genera reunirnos en espacios de mujeres, lesbianas, travestis, trans, sin transitar la confrontación y agresividad con la que nos provocan las mujeres adoctrinadas por los fundamentalismos religiosos o políticos, sino en un territorio donde crecemos juntas, sentimos nuestros dolores y nuestras alegrías, imaginamos, creamos y pensamos colectivamente ideas y propuestas. Un territorio dibujado en sus contornos por el feminismo popular.
No se trata de opacar las diferencias o de evitar los debates, sino de la oportunidad de que éstos puedan ayudarnos a comprender mejor cómo el patriarcado ha desatado una auténtica guerra contra las mujeres y las identidades femeninas disidentes, y busquemos juntas modos de cuidarnos, de relacionarnos, de descolonizar y despatriarcalizar nuestros cuerpos, nuestros saberes, nuestras fantasías, nuestros territorios, y nuestras relaciones.
Hablamos no solo de los impactos del sistema en nuestras vidas, sino también de cómo atraviesan a nuestras organizaciones. El machismo, el racismo, se transforman en límites concretos para los colectivos o movimientos que quieren transformar la realidad, pero no profundizan en los procesos de formación los modos de problematizar la vida cotidiana. Por estas búsquedas transitaron una gran parte de las reflexiones. Porque la posibilidad de concretar estrategias de enfrentamiento a la violencia patriarcal, está íntimamente relacionada con la capacidad de generar, desde una pedagogía feminista, y la acción organizada de los movimientos, posibilidades de autonomía individual y colectiva de las mujeres, lesbianas, travestis, trans. De lo contrario, la dependencia económica condiciona las posibilidades de decidir nuestros proyectos de vida.
Uno de los temas que se dialogó en los talleres, en particular en el de mujeres trabajadoras, es lo que significa ser trabajadoras de tiempo completo. La precarización laboral nos empuja a aceptar formas de sobrevivencia que nos colocan en situaciones extremadamente vulnerables. Al mismo tiempo se sobrecargan las jornadas de trabajo doméstico. Desde el encuentro se convocó a relanzar la propuesta para realizar el próximo 8 de marzo un nuevo Paro Internacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans, que sea efectivo y que se levante desde cada uno de nuestros territorios.
También entre las propuestas, se acordó convocar en el 32° ENM, a una feria de intercambio de semillas nativas y criollas, valorando que el rescate de estas semillas es una “forma de independizarnos de las políticas de las empresas transnacionales, y de fortalecer nuestra identidad”. Las compañeras presentes de CONAMURI, contribuyeron a pensar y debatir en nuestros espacios políticos “la reforma agraria con enfoque de género, el acceso de las mujeres a la propiedad de la tierra, y la necesidad de avanzar en experiencias de recuperación territorial de saberes, para una producción agroecológica de alimentos, en el respeto por la tierra y por los bienes comunes”.
En el encuentro nos miramos, nos contamos historias, nos reconocimos, supimos que una parte de lo que desconocemos es consecuencia de las informaciones que nos negaron históricamente, para despojarnos de nuestro poder. En consecuencia nos pronunciamos “por una educación no sexista, laica, por una educación sexual integral en las escuelas, en las casas y en las organizaciones, que no tenga en cuenta sólo el riesgo sino la afectividad, el deseo y el cuidado. Pensamos en la necesidad de formarnos nosotras para ser multiplicadoras de pedagogía feminista, problematizando la vida cotidiana, la sexualidad, las maternidades, rescatando a las mujeres y a las feminidades diversas que hicieron historia”. Hablamos de nuestros cuerpos, de nuestra salud, de los derechos sexuales y reproductivos, y de nuestras luchas como parte de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Otra propuesta concreta que se charló, fue la denuncia del Código de Faltas vigente todavia en la provincia del Chaco, su carácter represivo, discriminador, y se decidió impulsar una campaña por su derogación. Estuvo muy presente la preocupación por garantizar que el 32º Encuentro Nacional de Mujeres pueda realizarse en alegría, con tranquilidad, y que los debates y actividades no sean interferidos por la violencia patriarcal, represiva, policial o eclesiástica. Sabiendo que la provincia es un lugar donde la violencia es algo cotidiano, donde funcionan redes de trata, donde la justicia trabaja para el poder misógino, patriarcal, donde desapariciones de jóvenes como Maira Benítez no han tenido la respuesta adecuada, y los familiares siguen clamando por su aparición con vida y por justicia, la exigencia al gobierno es que se garantice el normal funcionamiento del encuentro y que no haya represión.
Se expresa concretamente en el documento: “Desde nuestros territorios llegaremos al 32º Encuentro para exigir respuestas: ¡Aparición con vida de Maira Benitez! Repetimos la pregunta ¿dónde están? y la exigencia ¡qué aparezcan! por cada de las que nos faltan y por Santiago Maldonado. ¡Que digan dónde está! Exigimos la libertad de todas las compañeras presas por luchar, y criminalizadas por la justicia patriarcal, capitalista y racista. ¡Basta de represión, de criminalización de la lucha, y de violencias contra los cuerpos rebeldes!”.
Como suele suceder en nuestras reuniones de mujeres, pudimos hablar de lo humano y de lo divino, de la naturaleza y de la cultura, de la educación sexual, de los caminos de sanación, del reconocimiento de nuestros cuerpos diversos, de la alegría de estar juntas. Al concluir, un gran entusiasmo nos abrazaba, comprometido con la lucha, con la libertad, con el andar colectivo por nuevos caminos, con echar raíces en los territorios y movernos sin miedo, sabiendo que organizadas somos poderosas, que nuestro Ni Una Menos tiene cuerpos que lo sostienen, que todas las rebeldías son posibles, a la hora de soñar con los pies en la tierra, con las manos entrelazadas, con los corazones enamorados, con nuestras energías dispuestas para la autodefensa y el cuidado colectivo.
Dijimos y sentimos que nuestra revolución feminista está en marcha, y que tendrá un nuevo momento, en Octubre, en el encuentro de Resistencia… de todas las resistencias. “Reafirmamos la voluntad de volver a encontrarnos en octubre, en una cita masiva, que rescate la voluntad de diálogos, de abrazos, de solidaridades, de construcción de agendas de lucha, y de celebración, de visibilización de nuestras críticas a todas las formas de violencia patriarcal, con indignación y sin perder la alegría. Exigimos que el Gobierno no recurra a modalidades represivas, que no nos persiga, que baje los palos y las armas, que no obstaculice esta nueva oportunidad de encontrarnos. Como movimiento de mujeres, somos autónomas de las iglesias y del Estado y no aceptamos su injerencia en nuestros diálogos. ¡Nuestros deseos dibujarán el horizonte de nuestro movimiento! ¡La Resistencia va a ser feminista!”.