Por Micaela Ryan. Dialogamos con Katherine Castrillo de la Alianza Sexo Género Diversa Revolucionaria (ASDGRE) sobre los avances y obstáculos de estas luchas en el contexto de la Revolución Bolivariana.
La ASDGRE es una organización que nació al calor del debate sobre la Ley de Igualdad y Equidad de Género en el año 2009, en Venezuela. Está conformada por militantes chavistas que han decidido trabajar y luchar por los derechos de la sexo género diversidad desde una perspectiva de clase. Su trabajo se centra en tres ejes: formación, articulación y movilización. Hacen parte de la Alianza Popular Revolucionaria (APR) y se consideran parte del conjunto de los movimientos sociales venezolanos.
En un país que se encuentra en un proceso de transición al socialismo, donde las contradicciones deben superarse constantemente, la lucha por los derechos de la sexo género diversidad muchas veces se ve obstaculizada por la fuerte raigambre religiosa –principalmente católica y evangelista- de una sociedad que aún se ve signada por el patriarcado y el machismo. Un ejemplo de ello fue la existencia de la Ley de Vagos y Maleantes que existió hasta el año 1999 y que permitía a la policía encarcelar y enjuiciar a homosexuales y transexuales, simplemente por su identidad sexual.
– ¿Qué lugar adquiere la lucha por los derechos de sexo género diversidad en la Revolución Bolivariana?
Desde la ASDGRE vemos que nuestra lucha está atravesada por una lucha de clases. Porque lo que padece el homosexual que tiene una vida holgada no es lo mismo que padece un homosexual o transexual en el barrio, que en Venezuela históricamente estuvieron obligados y obligadas a ocupar un lugar de “parias”, donde sólo se las reconoce en la prostitución o si trabaja en una peluquería. Lo que hemos dicho siempre es que el hecho de tener una identidad y una expresión de género no te hace por sí mismo una persona luchadora, sino que somos sujetos y sujetas políticas. Entonces lo que nos interesa es vincularnos a todos los procesos de transformación social. Todos esos procesos pasan, precisamente, por reconocer la lucha del movimiento campesino, del movimiento estudiantil, del movimiento de pobladores, del movimiento de mujeres. Todo se resume en que las llamadas “minorías” finalmente somos la mayoría. La minoría es en realidad la “mayoría establecida”: el hombre blanco, heterosexual, burgués. Necesitamos dar ese debate, porque nos vemos rodeados por ONG’s de derecha que se instalan en Venezuela a marcar los reclamos que establecen públicamente como “relevantes” para la sexo género diversidad y a señalar mediáticamente un “atraso” en la Revolución en estos temas. Estos reclamos se reducen a matrimonio, identidad y adopción, que es de alguna manera, querer formar parte de lo hegemónico en lugar de transformarlo.
Por otro lado, en estos años –casi quince- de proceso de transformación, la no discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género está contemplada en el articulado de la Ley del Poder Popular. Para mí, algo fundamental es que la Ley de Arrendamiento –que es la primera ley que se dio en Venezuela desde el pueblo legislador- también contempla esta no discriminación con respecto al alquiler de vivienda. Pongo esta ley como ejemplo porque proviene del movimiento popular, bajo la discusión del Movimiento de Pobladoras y Pobladores que nos hicieron parte y pidieron nuestras propuestas para esta ley. Es importante que surja desde las bases porque podemos tener leyes como en Europa que permitan casarte, tener el perro y los niños lindos, pero no significa que no van a seguir persiguiéndote, que no van a seguir asesinándote.
– ¿Cuáles son las transformaciones legislativas necesarias en este momento?
Una de las cosas que para nosotros y nosotras es fundamental es que dentro del Código Penal se establezca y se tipifiquen los crímenes de odio. Necesitamos que eso sea una prioridad en el marco legal, mucho más que el matrimonio. Porque mientras nos sigan asesinando y sigan saliendo en los medios de comunicación los crímenes contra gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, como una burla o una comidilla, nunca se termina de tomar en serio que hay asesinatos por odio. No queremos que pase lo que le pasó a Daniel Zamudio en Chile, o que se repitan casos como el de Ángel Oprado en Maracay o con Petra María Rojas, que fue asesinada por un hombre por ir caminando de la mano con su novia en Isla Margarita. Incluso cuando el Instituto Nacional de Estadísticas tiene censadas entre 4 mil y 6 mil familias homoparentales, y son sólo quienes lo declararon, pero existen cifras de este tipo de crímenes. No obstante también hay muchísimos avances, como la Ley orgánica sobre el Derecho a las Mujeres a vivir una vida libre de violencia.
– ¿Cuál es el grado de influencia de la Iglesia Católica en estas luchas?
Aquí está la Conferencia Episcopal Venezolana –principal aliada de la derecha y que apoyó el golpe de Estado en el 2002- que cada vez que aparece un tema de sexo género diversidad emite un comunicado en rechazo. Incluso hay legisladores chavistas que tienen una profunda raigambre religiosa y no apoyan estas luchas y actualmente la Comisión de Mujer, Familia y Juventud que está en manos de la oposición. Entonces desde lo simbólico no hay un avance, porque todavía existe mucha mojigatería, con una educación profundamente religiosa en los colegios privados, fuerte presencia de la Iglesia católica entre los jóvenes, como también Testigos de Jehová y Adventistas del Séptimo Día. Todos pueden estar en desacuerdo en varias cosas, pero coinciden en que la homosexualidad está mal. Incluso los cristianos evangelistas presentaron un candidato presidencial, Eusebio Menéndez, del partido Nueva Visión para mi País (NUVIPA).
– ¿Cuáles son las perspectivas a futuro?
En primer lugar, es necesario masificar estas luchas porque están invisibilizadas, no sólo la sexo género diversidad sino también el feminismo. Porque nos discriminan por el hecho de incluir lo femenino y es la misma lucha contra el patriarcado. Para esto es necesario desarrollar la formación y la articulación, sobre todo con los movimientos populares que ya lo vienen haciendo y eso para nosotros es muy valorable.