Por Camila Parodi. Fotos por Tadeo Bourbon, Veinticuatro/Tres y Natalia Saá. Con miles de personas en las calles se realizó la tercer Marcha Nacional contra el Gatillo fácil organizada por familiares de víctimas. En un emotivo acto denunciaron en Plaza de Mayo la impunidad estatal y exigieron la aparición de Santiago Maldonado.
Se trataba de una marcha organizada por las y los mismos familiares, y desde su comienzo se pudo entrever. Antes de la hora convocada, ya un gran número de familiares y amigos/as de víctimas del accionar represivo se encontraban en la cita ordenando lo que sería la cabeza de la marcha. Algunos llegaban acompañados por las organizaciones de sus barrios, otros simplemente provenían de la boca del subte o paradas de colectivos en pequeños grupos. Sus cantos y llantos cercanos, sentidos, acercaban a quienes allí estaban a comprometerse con el reclamo.
Carteles hechos a mano y remeras con fotos impresas fueron tiñendo las calles aledañas al Congreso de un reclamo desgarrado de justicia. Otra denuncia hecha cuerpo y voz de mujeres, donde madres, hermanas, parejas protagonizaron la avanzada. A su lado, Norita Cortiñas Madre de Plaza de Mayo – Línea fundadora, tejió con su presencia la historia de la lucha y las memorias, en ellas -como lo supieron advertir- se hacían presentes sus hijos e hijas, y en esa urdimbre las fotos y cantos por Julio López y Santiago Maldonado negaron el olvido.
Si bien la marcha tuvo su carácter nacional y se realizó a lo largo de las distintas provincias del país, la marcha en Buenos Aires se caracterizó por la diversidad de casos presentes de distintos lugares, previamente las y los mismos familiares habían realizado festivales para garantizar sus pasajes y alojamientos. Entre ellos estaba Cesar Casas, papá de Matías Casas, el joven de 19 años asesinado por un policía de la Brigada de Investigaciones de Neuquén de dos tiros por la espalda. Si bien la causa recibió la perpetua “le bajaron la calificación de abuso policial que era lo importante” explicó Casas para Marcha ya que “el estado no la quiere reconocer”. Por su parte agradecido manifestó “es muy importante que estemos acá reclamando justicia a este gobierno y a cualquier gobierno, queremos que eso quede claro, porque la familia no tiene bandera, la familia quiere justicia”. En ese sentido afirmó “acompañamos a los familiares porque entendemos que los resultados los encontramos uniéndonos y en las calles.”
A diferencia de años anteriores, esta vez, la marcha superó las expectativas de las y los organizadores. Desde sus inicios se trata de una acción de denuncia y visibilización del abuso y la violencia que mayoritariamente se ejerce hacia la juventud y la pobreza en manos de las fuerzas represivas. Pero este año las y los encontró más organizados, acompañados por los organismos de derechos humanos y organizaciones sociales lograron hacer de su consigna de denuncia un reclamo masivo. Al comenzar los primeros pasos hacia la Casa Rosada una gran bandera se posicionó unificando las historias presentes: “Ni un pibe menos, ni una piba menos, ni una bala más. El estado es responsable”.
Desde el mes de abril las organizadoras vienen construyendo esta tercer marcha, entre ellas Emillia Vasallo, mamá de Pablo Alcorta, explicó para Marcha “estamos contentas con esta marcha nacional ya que así podemos denunciar y visibilizar los casos de nuestros hijos y también armar lazos entre los familiares”. Y afirmó “es importante porque nos matan un pibe cada 25 hs no sólo de gatillo fácil sino también hay un número importante de asesinatos en lugares de encierro”.
En ese contexto, Alfredo Cuellar, padre de Florencia “la China” Cuellar -asesinada en el Penal de Ezeiza el 23 de diciembre del año 2012- expresó al llegar a la Plaza de Mayo emocionado “mi hija es una de las tantas mujeres presas injustamente y asesinadas dentro del aparato” y reconociendo la lucha de las mujeres agradeció “muchas luchadoras me acompañan hoy por eso sólo me toca decir a mi ¡basta de torturar, desaparecer, matar a nuestros seres queridos!”. Y para finalizar afirmó “esta inseguridad que nos quieren vender se combate derivando al aparato represor y legislativo que pone leyes que quiere a los pobres presos o muertos.”
Una vez en el predio que funcionó como escenario y albergó a las historias de las y los familiares, Norita Cortiñas tomó la palabra y haciendo la lucha contra el gatillo fácil como propia exclamó “esta plaza está también hoy para las madres de sus hijos que son asesinados por ser simplemente jóvenes”. Y en esa línea remarcó “basta también de querer bajar la edad de punibilidad porque los niños y las niñas no nacen peligrosos”. El micrófono fue circulando y entre las adhesiones de organismos de derechos humanos, partidos políticos, movimientos estudiantiles y organizaciones sociales, distintos familiares fueron tomando la palabra. En una tensa calma que continuaba hilando broncas y alegrías se pusieron en común algunos casos que, como nudos, se unieron bajo la misma impunidad.
Caían las primeras gotas de la lluvia que, a lo largo de la marcha no se cansó de amenazar, cuando fue el turno de Mónica Alegre, la mamá de Luciano Arruga. Reconociendo la organización de las madres aclaró “no les voy a contar la historia de Luciano porque muchos ya la conocen, hoy acompaño acá y voy a ser breve: ¡luchen porque es la única manera de hacer justicia! y es acá que estamos haciendo justicia”. Y ante los presentes manifestó “es ésto lo que a los de arriba les aterra, así le respiramos en la nuca”. Para finalizar, emocionada y dolida por la reciente desaparición de otro jóven, Santiago Maldonado expresó “hace un mes que tengo este dolor porque pensé que Luciano había sentado un precedente, pero se cagaron de vuelta en un pibe y desaparecieron a Maldonado, como madre de un desaparecido quiero saber dónde está, a dónde lo llevaron, lo queremos con vida porque así lo llevaron”.
Galería de fotos: http://www.marcha.org.ar/gallery/marcha-contra-el-gatillo-facil/