El gobernador de Río Negro, Carlos Ernesto Soria, murió la pasada madrugada del 1 de enero tras recibir un disparo calibre 38 en la cabeza, luego de un confuso episodio ocurrido en su chacra ubicada en las afueras de General Roca.
El juez a cargo de la investigación, Emilio Stadler, informó que el gobernador de Río Negro murió al recibir “un disparo de arma de fuego en la cabeza” mientras se encontraba con su esposa en una habitación de su chacra. Además, la justicia comunicó que “el disparo se habría producido con un arma de fuego propiedad del Dr. Carlos Soria, que fue encontrada y secuestrada en la escena del hecho”.
Por su parte, la Gobernación informó que la muerte de Soria “se produjo presumiblemente producto de un accidente doméstico, debido a la manipulación de un arma de fuego”, pero no informó la detención de ninguna persona. Así lo confirmó el vicegobernador Alberto Weretilnek, uno de los primeros en acercarse al lugar del hecho. Señaló que la muerte fue causada por “un accidente doméstico”, mientras se encontraba con Susana Freydos, su mujer.
Respecto de la sucesión del gobierno provincial, la Constitución provincial establece que el vicegobernador Weretilneck, dirigente del Frente Grande, deberá continuar el mandato hasta 2015.
Weretilneck aseguró en declaraciones a la prensa que se mantendrán “conversaciones” con el Partido Justicialista y con el Gobierno nacional para definir la situación sin descartar la posibilidad de convocar a elecciones.
En su primer medida de gobierno, Carlos Soria, a través de la Legislatura provincial, llevó adelante dos medidas más que polémicas: determinó el cese de los contratos de unos 4500 trabajadores estatales, en lo que se encuadra como un gran ajuste, y logró la derogación de la ley provincial que prohibía la utilización del cianuro y el mercurio en las actividades mineras.
Quién era Carlos Soria
En septiembre de 2010 logró acceder a la gobernación de Río Negro por más del 50% de los votos, cortando con 28 años consecutivos de gobierno de la UCR. Desde el retorno de la democracia fue, sucesivamente, menemista, duhaldista y kirchnerista.
En octubre de 1999, Soria fue nombrado por Eduardo Duhalde como Ministro de justicia y seguridad de la provincia de Buenos Aires, luego de la masacre de Ramallo, en pleno contexto de “guerra contra la delincuencia” y “reforma policial”.
Tras la llegada de Eduardo Duhalde a la presidencia -casi dos años más tarde-, fue designado al frente de la SIDE. Por su rol allí es señalado en la responsabilidad política en la Masacre de Avellaneda. Debido a su cargo participó en la elaboración del plan represivo con reuniones previas, directivas y complicidades necesarias, una autoría ideológica y responsables políticos en el episodio donde los jóvenes militantes populares Darío Santillán y Maximiliano Kosteki fueran asesinados por policías bonaerenses.
Cuando Cristina Fernández era Senadora, en 2002, lo denunció por haber ordenado presuntamente un minucioso seguimiento a Néstor Kirchner, quien se perfilaba seriamente como candidato a presidente. Eduardo Duhalde entonces relativizó la denuncia a través del secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández.
Tanto la Justicia como los sucesivos gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, prometieron impulsar la investigación sobre sus funciones y responsabilidades al frente de la SIDE. A pesar de su polémico historial, Soria pudo avanzar con su obsesión de ganar la gobernación de la provincia sureña con el apoyo oficial del Frente para la Victoria.