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    Sin categoría

    “La meta es un nuevo paradigma” (2)

    20 junio, 20134 Mins Read
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    “La meta es un nuevo paradigma” (2)

    Por Gonzalo Armua. Segunda parte de la entrevista a Francois Houtart, sociólogo y profesor de la Universidad Católica de Lovaina de Bélgica, desarrolla los desafíos para los movimientos populares ubicados entre los social y lo político. 

    – En cuanto a la relación entre movimientos sociales y movimientos políticos ¿Necesariamente tiene que complementarse lo político por un lado  y lo social por otro?

    Yo pienso que las funciones son diferentes, así como también los ritmos. Los movimientos sociales pueden desarrollar procesos que son más lentos para influir en la conciencia, cuando los movimientos políticos están para cumplir, más cuando están en el gobierno, que tiene 4 años para cumplir con las demandas. Así que son ritmos diferentes, y cada uno debe actuar en su lugar, en su ritmo. Lo que no significa que los movimientos sociales no puedan tener posiciones políticas, apoyar una coalición, partido o líder, pero no transformarse en partido político, porque así entraría en otra lógica que puede destruir su propia meta.

    Es lo que veo en Colombia con la Marcha Patriotica o el Congreso de los Pueblos, que están discutiendo si conformarse como partido político. Para mi no tendría que ser así. Sí que tengan una proyección política, pero si se conforman en partido no serian mas movimiento social, y pierden un parte de su función.

    – ¿Cómo se puede integrar una estrategia que contenga la complementariedad entre movimientos sociales y movimientos o partidos políticos?

    Hay que tener metas claras. La meta tiene que ser la de un nuevo paradigma. Se deben precisar los ejes y metas no solamente teóricas, sino también practicas. Y así, cada uno en su campo, debe trabajar en lo que puede realizar. Debe haber un apoyo mutuo que permita que cada uno desarrolle su papel sin subordinar al otro. Si no hay movimientos sociales que apoyen el proyecto político se destruye la propia base.

    Lo he visto en Nicaragua en el proceso Sandinista. El problema del Frente Sandinista, cuando se transformó en partido político, fue de tratar de absorber los líderes de todos los movimientos sociales. Se entiende porque era una reserva de liderazgo muy importante, pero no se dieron cuenta que estaban destruyendo la base misma de su propio poder.

    Absorbiendo los líderes de los movimientos sociales los debilitaban, y estos no tenían la posibilidad de reproducir un nuevo liderazgo. Se destruyeron muchas comunidades eclesiales de base, que fueron la fuente de un liderazgo político muy importante, pero cuando todos los lideres pasan al campo político hay un vacío en los movimientos sociales. No digo que haya que hacer una diferencia total entre uno y otro, pero debemos pensar y respetar el papel de cada uno, apoyándose mutuamente y respetando su autonomía.

    – ¿Cómo evalúa a los movimientos sociales en Latinoamérica, sobre todo a los que se enfrentan a gobiernos neodesarrollistas?

    Estos gobiernos neodesarrollistas son post neoliberales, pero no post capitalistas. Hay excepciones como Venezuela, pero en general son el resultado de una cierta acumulación política de los movimientos sociales. En Brasil, el Partido de los Trabajadores no existiría si no estuviera el Movimiento Sin Tierra, los movimientos estudiantiles, etc.

    Los movimientos políticos nuevos deben tratar de adquirir poder para realizar en la práctica las metas de los movimientos sociales. El peligro en estos casos, es el de instrumentalizar a los movimientos sociales solamente para fines políticos llevándose por las fechas electorales.

    En Ecuador, por ejemplo, el gobierno caracteriza a los movimientos sociales como buenos o malos, según los apoyen o no. Lo que tienen que aceptar los movimientos o partidos políticos es la autonomía y/o la crítica de los movimientos sociales. Si los nuevos gobiernos se definen no como post capitalistas, sino como post neoliberales, los movimientos deben ir más allá, aceptar que es una etapa del progreso, pero no la ultima.

    – ¿Qué posibilidades genera un espacio de articulación continental como el ALBA?

    Por otro lado, en una dimensión continental, se pueden realizar más cosas que a nivel nacional. En el ALBA por ejemplo, hay más libertad en el sentido de que se puede tener un proyecto más radical. En este plano, puede tener posiciones más avanzadas que la de todos sus componentes, porque es menos sometido a presiones locales, a la burguesía local, etc.

    El ALBA puede definirse como un proyecto post capitalista, aun si algunos de sus componentes no lo son. Ahí tienen la posibilidad los movimientos sociales de constituir un sujeto colectivo, participativo, que permite proponer ideas que vayan más allá, que obliguen a los partidos políticos a no caer en la tentación de parar en una definición socialdemócrata, aceptando el capital como instrumento de crecimiento económico. Así los movimientos en convergencia en un organismo como el ALBA pueden ayudar continuar el camino hacia el verdadero cambio. 

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