Por Gabriel Casas
Otra charla se abre entre dos continentes: esta vez, las elecciones en Huracán son el punto de partida para que el tema del mánager ronde entres estos dos amigos. Ángel Cappa da su opinión y habla sobre el pedido que le hicieron desde el Globito, más cercano a un trabajo integral con la identidad futbolística del club que con la compra-venta de jugadores.
Hola Ángel, ¿cómo estás?
En Buenos Aires llegó el frío polar y también el frío que nos recorre por la espalda ante tantos despidos y represión a los y las trabajadores. Pero te escribo para que charlemos sobre fútbol, aunque ahora no se esté jugando salvo en los torneos continentales.
Quería comentarte sobre algo que charlamos muy por arriba cuando estuviste hace poco por Baires. Es sobre la utilidad de los managers en un club en el aspecto futbolístico. Acá, si le preguntamos a la mayoría de la gente, incluso a la prensa, creo que no deben tener en claro las funciones específicas del cargo. Hay ejemplos notorios, como el de Enzo Francescoli en River o el de Bernardo Romeo en San Lorenzo, sobre todo cuando se habla de contrataciones o de regresos tras préstamos en otras instituciones. Algunos futbolistas cuentan que ellos les hablaron primero. Y que después se comunican con el entrenador o los dirigentes. O sea, son el nexo (con opinión propia, seguro) en el armado de un plantel.
¿Cuál es la función de un manager en Europa, donde pareciera estar todo más aceitado? Recuerdo el paso frustrante de Gabriel Batistuta por Colón. Renunció enseguida porque, según él, no era lo que esperaba.
Cierta vez, charlando con Jorge Rinaldi (el ex futbolista de San Lorenzo, Boca y River), que se desempeñó un tiempo en el lugar que ahora ocupa Romeo, me dijo que el manager debía ser un nexo entre los futbolistas y los dirigentes, y que también se debe llevar bien con el entrenador para consensuar el tema de los refuerzos. Pero que tenía que tener peso su opinión y ser respetado por ambas partes. Me decía La Chancha, con quien tengo una relación amistosa, que los dirigentes se quejaban porque no les contaba nada sobre los futbolistas. Como que “se ponía del lado de ellos”. Y Jorge les respondía que a los jugadores les decía en la cara lo que les parecía mal sobre ciertas actitudes suyas, pero que “no les voy a decir a ustedes (por los directivos) lo que hablo con ellos”. Por eso, Rinaldi no duró en el club. Aunque, obvio, los jugadores lo respetaban y lo apreciaban.
O sea, que me queda la sensación de que ciertos dirigentes buscan a una figura con pasado exitoso para poder tener la relación que ellos no tienen con los futbolistas. Y que, también, les responda a ellos, porque son los que lo contratan y le pagan. No me imagino eso entre D’Onofrio y Francescoli, por el peso de la figura del uruguayo. Sin embargo, me parece que eso fue lo que decepcionó a Batistuta en Santa Fe. Acostumbrado a cómo se manejan los clubes europeos con el manager, pensó que en Colón podía hacer algo similar. Y evidentemente, no fue así.
Sé que para las elecciones de Huracán, que ganó Nadur el mes pasado, dos candidatos a presidente por la oposición te mencionaban en su campaña electoral porque deseaban tenerte como un coordinador general del fútbol del club, ahora que dejaste de ser entrenador. O sea, que para mí, te querían como un manager. ¿Vos te imaginás cumpliendo esa función es un fútbol tan caótico como el argentino?
Te mando un abrazo grande y saludos a la familia, en especial a tu hija María, que tuve el placer de conocer cuando estuvieron por acá.
Gabriel.
Hola Gabriel.
Encantado de volver a conversar con vos, aunque sea por este medio.
En cuanto a lo que planteás, el manager -o como quieras llamarlo- sería una figura más para ayudar al entrenador. Para mí el entrenador es el eje sobre el cual debería girar todo el fútbol de un club organizado. Y el manager estaría para aliviarle trabajo: especialmente lo que significa los trámites y conversaciones que implica una contratación.
Y actuaría también como nexo con los dirigentes para no desgastar la figura del entrenador.
En Europa los entrenadores que ejercen como tales en plenas funciones son los de mayor prestigio. Los otros viven sometidos a las decisiones del club. Y el manager, en estos casos, es el “representante” digamos de los dirigentes.
La política de estos clubes, sin entrenadores de prestigio, es que el club elige a los jugadores, en todo sentido, y el entrenador solo entrena.
En cambio en Inglaterra hasta hace muy poco y aún en algunos clubes, el entrenador es al mismo tiempo manager.
Es decir, para mí el procedimiento sería: el entrenador dice los jugadores que hacen falta para su manera de ver el fútbol, y tira algunos nombres con prioridades incluidas. El manager actúa en consecuencia y siempre consultando al entrenador. Los dirigentes se encargarían de fijar los límites económicos de las operaciones.
El entrenador, además, diría qué jugadores se quedan y cuáles se tendrían que ir. Los dirigentes pondrían los límites de la duración de los contratos y las posibilidades de cumplir con ese requerimiento.
Las bajas y las contrataciones implican un enorme trabajo burocrático que estaría a cargo del manager, y de ese modo aliviaría en ese sentido al entrenador para dejarle más libertad para que entrene con las menos preocupaciones posibles.
Ahora si es el club el que elige a los jugadores y el manager obedece al club, para dejar afuera de esa tarea, para mi esencial y primordial, al entrenador, entonces estoy en contra del manager.
Si en cambio, como he tratado de explicar, el manager es un aliado del entrenador y ejerce como tal, estoy de acuerdo y sería muy importante.
A mí me hablaron las dos listas opositoras en Huracán para que me encargue de la organización del fútbol. De todo el fútbol. Fijar ante todo la idea futbolística de acuerdo con el estilo histórico de Huracán desde abajo hasta el primer equipo. Establecer las tareas de los entrenadores de divisiones inferiores, elegir el DT del primer equipo, etc.
Y conversar con todos los entrenadores y preparadores periódicamente para ir supervisando los trabajos. Al mismo tiempo, yo tenía idea de ir preparando futuros entrenadores del primer equipo, cosa que al finalizar el ciclo de cada uno de ellos, reemplazarlo sin necesidad de ir a buscarlo afuera. Y tener un proyecto a medio y largo plazo para que el primer equipo pueda disponer de sus propios jugadores en la medida de lo posible.
Eso no tiene mucha relación con lo que se conoce como manager y ese trabajo estaba dispuesto a hacerlo.
No se dio esta vez, pero yo creo que tarde o temprano esa tendrá que ser la manera de trabajar no solo en Huracán. En algunos clubes argentinos, tengo entendido que ya se hace algo similar.
Eso es todo amigo Gabriel. Te mando un gran abrazo y hasta la próxima.
Ángel Cappa.