Por Vivian Palmbaum @vivi_pal
Un grupo de socios del Club Atlético Talleres (de Córdoba) propuso la reforma estatutaria impulsada por la actual conducción que preside Andrés Fassi. El nuevo estatuto se votó en Asamblea Extraordinaria el domingo 11 de junio. Algunos pormenores y las disputas en juego que relegan la pasión deportiva definitivamente a otro plano.
Con escasa repercusión mediática –y al parecer, con poca visibilidad a nivel nacional–, se acaba de reformar el estatuto social de Talleres, que introduce sustanciales modificaciones que parecen estar en consonancia con las intenciones de convertir a los clubes en sociedades anónimas. La cuestión, una vez más, pone en primer plano los negocios y negociados que se esconden tras la disciplina deportiva más popular de nuestra región y se podría decir del mundo, teniendo en cuenta sus implicaciones a nivel global.
Se trata de una reforma del estatuto impulsada por la actual conducción del Club, con la ya conocida fórmula de modernización, a la que los socios califican de una verdadera reforma ya que suprime la Asamblea de Socios. Convertir las sociedades deportivas en sociedades anónimas parece ser un viejo anhelo de Mauricio Macri, que se originó cuando era presidente de Boca Juniors, antes de saltar definitivamente a la política nacional, mientras sus Angelicis manejan los intereses en las sombras.
Un club dirigido por representantes
Artículo Nº33: Composición. La Asamblea de Representantes es la autoridad suprema de la institución. Se integra con cien asociados titulares y treinta suplentes, distribuidos en grupos de dos tercios para la mayoría y un tercio para la o las minoría/s. Los miembros correspondientes serán elegidos, simultáneamente con los miembros de la Comisión Directiva.
“Se realizó la última asamblea de socios, cuando se votó la reforma estatutaria”, así se expresaban los hinchas del club. Desde el 12 de junio las sustanciales modificaciones introducidas en el estatuto implican que lo que antes era una asamblea de socios ahora se convertirá en una asamblea de representantes, con un menor número de integrantes, escasa representación de las minorías y casi nula participación en cualquier decisión. Una asamblea multitudinaria de socios votó contra sus propios intereses, y así quedaron afuera de futuras participaciones. Los socios han decidido que a partir de ahora habrá otros que tomen las decisiones por ellos, por voto directo. Así se concentrarán las decisiones en un pequeño grupo con derecho a decidir sobre los destinos del Centenario.
Una nueva oportunidad para recrear esa peligrosa ficción democrática que ha construido la idea absurda y totalitaria de que las mayorías tienen derecho a todo.
Conducción a perpetuidad
La actual conducción del Albiazul, encabezada por Andrés Fassi, tuvo un guiño de la asamblea para continuar con la comisión de suscribir contratos con “aportantes” (inversores aún no identificados) y a su “exclusivo riesgo”, que podrán ser recuperados desde el sexto año con un porcentaje de las operaciones de los jugadores, tal como consigna el diario La Voz. También se modificaron los plazos de mandato que benefician a la actual conducción con la posibilidad de ser elegido por el actual estatuto, que hace factible que esté al frente por 15 años, de manera directa e indirecta.
Artículo 91: Únicamente en los comicios que elegirán las autoridades para el mandato que asumirá sus funciones el 1 de diciembre de 2017 no será de aplicación el inciso c) del art. 22 del presente estatuto y la antigüedad requerida para ser miembro de Asamblea de Representantes, Comisión Directiva y Tribunal de Cuentas, será de un año.
Si cabía alguna duda, no es necesaria la pasión albiazul para dirigir el club: hace falta haber sido solamente UN año socio de la institución para dirigir sus destinos (comerciales).
La primera propuesta de reforma estatutaria consideraba directamente la transformación del club en una sociedad anónima, que tras las objeciones se mantiene como sociedad civil.
Modelos de gestión
También con bajo perfil y casi nula visibilidad mediática vienen avanzando los modelos ligados al fútbol más cercanos a la gestión que a la pasión deportiva. Tal el caso de Agropecuario Argentino y Real Pilar, dos incipientes modelos de gestión de la pasión deportiva.
La ciudad de Carlos Casares, provincia de Buenos Aires, a unos 300 km de la CABA, es el lugar de origen de Agropecuario Argentino, que sobre fines de mayo concretó su ascenso a la B Nacional y que es conocido como “el sojero” por su estrecha ligazón con la familia Gropocopatel.
Un modelo de club que no tiene socios pero tiene cancha propia, con un plantel de divisiones inferiores, riego artificial computarizado, un complejo de siete canchas auxiliares y un hotel en construcción. Liderado por Bernardo Grobocopatel, uno de los integrantes de los (primos) Grobo , reconocidos empresarios ligados al negocio con los comodities de la Soja.
Casi al mismo tiempo que ascendía el Agropecuario se concretaba la inscripción provisoria en AFA del Real Pilar, que ahora podrá disputar el próximo campeonato de la primera D. Un ingreso que resulta llamativo en una institución que desde hace 40 años no permite ningún ingreso. Una curiosidad si no estuviera representado por los signos de estos tiempos, un club que se constituye por el impulso de un grupo de vecinos de los barrios privados de Pilar y que está liderado por el empresario Cesar Mansilla, cercano al macrismo.
Conocido como Talleres de Córdoba, el Club Atlético Talleres disputa sus partidos de local en el Estadio Mario Alberto Kempes, por la gran convocatoria que excede el espacio de La Boutique, el estadio propio desde 1931. Aún recordamos cuando en el pasado mes de abril, en ocasión del clásico Talleres-Belgrano de Córdoba asistimos a las imágenes que mostraban cómo un hincha era arrojado desde la tribuna, mientras el partido continuaba, casi como si nada hubiera pasado. Una tragedia que no tuvo mayores consecuencias para los clubes intervinientes y que muestra otra vez que en el fútbol se juega mucho más que una disputa deportiva.
También las pasiones encuentran un modo de gestión bajo el impulso de la actual ideología que conduce el país, que intenta penetrar en todas las esferas de nuestras vidas, instalando un modelo cultural contrario a los intereses populares y más cercanos al modelo de negocios que enriquece a unos pocos. ¿Qué es un club de fútbol sin socios? Hinchas y socios convertidos únicamente en consumidores que alimentan los grandes negocios que se deciden en otro lado, donde la mística sea un objeto de consumo para las pantallas que ávidas después de octubre comiencen a facturar por los ojos que miran.