Por Mario Hernández
Entrevista a Renán Vega Cantor, Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2007, historiador y profesor de la Universidad Pedagógica Nacional en Bogotá (Colombia). En esta ocasión aborda un balance de la lucha docente donde la movilización del magisterio ha sido protagónica en el país. Igualmente opina sobre los recientes hechos ocurridos en Bogotá, donde varias mujeres murieron tras la explosión de un artefacto explosivo en un centro comercial.
M.H.: Un largo conflicto enfrenta al gobierno nacional y al magisterio colombiano. El pasado 16 de junio, la ministra de Educación y la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (FECODE) celebraron en el marco del decreto 160 una serie de acuerdos que responden al pliego de peticiones radicado por la Federación docente el pasado 28 de febrero. Esos acuerdos son varios: financiación de la educación, bonificación pedagógica, primas extra legales, cobertura de preescolar, jornada única, etc. Me gustaría que nos sintetizaras cómo ha concluido este conflicto.
R.V.C.: Primero habría que decir que este paro ha sido muy importante porque años anteriores FECODE había organizado otros paros que habían sido de muy corta duración y la Junta Directiva prácticamente había negociado y llegado a acuerdos con el gobierno nacional a espaldas de las bases. Incluso hubo un paro donde prácticamente antes de iniciarse la Junta Directiva ya había arreglado con el Gobierno. Así que este paro tiene la característica de que por primera vez participó masivamente la mayoría de los docentes y además se hicieron una serie de solicitudes que iban más allá de las reivindicaciones exclusivamente salariales y económicas que involucran a los profesores.
Este es uno de los hechos que más utilizan los medios de comunicación y el mismo gobierno nacional para desprestigiar la reivindicación de los profesores, decir que es una protesta puramente salarial, pero que no propone ningún proyecto en cuanto a la mejora de la educación colombiana.
Esta huelga tuvo estas características, fue prolongada y presionó al gobierno nacional para llegar a un acuerdo y a dialogar durante gran parte del paro. El propio presidente de la República afirmó que no había recursos, que no había cómo responder a las demandas del magisterio. Además el gobierno colombiano durante los ocho años de gestión de Juan Manuel Santos prácticamente transformó la educación colombiana con grandes niveles de atención en compra de aparatos electrónicos para ser aplicados a las clases, con construcción de escuelas y una gran cantidad de información demagógica y propagandística para transmitir a través de los medios desinformación. Además se hicieron promesas que suelen quedarse en eso, tenemos que esperar a ver si estas se cumplen o no.
M.H.: Al respecto se establece que las partes pactan el acuerdo con una vigencia hasta febrero de 2019, reconocen la educación como un derecho y un servicio público esencial, se acuerda una comisión de seguimiento a los acuerdos pactados que se reunirá cada dos meses y producirá un informe de cumplimiento de los acuerdos. ¿Esto da algún tipo de garantía?
R.V.C.: En absoluto. El gobierno de Santos está con el sol a las espaldas en su último año de gestión, ya se ha iniciado la campaña electoral donde se presentan más de diez candidatos presidenciales, y es obvio que un acuerdo que vaya más allá del 7 de agosto, fecha en la que termina esta presidencia, no puede garantizar su cumplimiento, queda en manos del próximo gobierno.
Entonces, hay que estar pendiente de qué tipo de gobierno es el que llega, si es uno que está interesado en atender los problemas del país, uno de ellos es la educación, o si es un régimen represivo de extrema derecha que es una posibilidad que se apunta en el horizonte, donde la cuestión social no va a tener ninguna importancia. No hay garantía de que esto se vaya a cumplir.
Quiero aprovechar para comentar una visión del estado calamitoso de la educación colombiana. En este paro participaron más de 322.000 profesores que están agrupados en la Federación Colombiana de Educadores a lo largo y ancho del país, en todos los departamentos del país, hasta en los pueblos más lejanos el paro fue efectivo y esto llevó al gobierno a negociar. Pero la movilización de los profesores se hace en medio de condiciones laborales absolutamente precarias, imagínense un salón de clase de una escuela pública de Colombia absolutamente desvencijada, abandonada, con los vidrios de las ventanas rotos, donde no hay pupitres para que los estudiantes se sienten, a veces sin agua potable, con aulas concurridas por 50 o más estudiantes. Con docentes con salarios absolutamente paupérrimos en la mayor parte de los casos. Esas son las condiciones que llevaron a los profesores del sector público a manifestarse, porque la cobertura de la educación básica y media en Colombia se acerca al 80%, pero hablamos de un 20% de educación privada que son cerca de 2 millones de estudiantes en los cuales si no se presentara este tipo de paros los trabajadores no podrían organizarse ni formar sindicatos. Es en estos colegios privados donde está una educación de punta que cobija a una minoría donde estudian los hijos de los ricos, los súper millonarios, los funcionarios del Estado y a veces también, de manera paradójica, hasta los hijos de los sindicalistas, que no envían a sus hijos a la educación pública.
M.H.: Se ha producido un atentado en la ciudad de Bogotá en el Centro Comercial Andino, tengo entendido que con un saldo de tres muertas. ¿A qué o a quién se puede atribuir este hecho?
R.V.C.: Es un hecho muy reciente, se presentó el fin de semana anterior con un saldo trágico de tres jóvenes mujeres muertas, se colocó un artefacto que aunque de bajo poder, dadas las condiciones de encierro del artefacto, fue muy contundente el impacto en el baño de este centro comercial que queda en el norte de la ciudad.
Es muy difícil atreverse a hacer afirmaciones con plena seguridad porque es un hecho muy reciente. Los que dicen cosas con plena seguridad, que en la mayor parte de los casos se basan en mentiras y desinformación, son los grandes medios de comunicación, pero yo creo que hay una serie de elementos que pueden llevarlo a uno a pensar que este es un hecho que se produce por algo que aquí en Colombia se llama en un lenguaje que tal vez en Argentina no conocen, se dice que es producto de las fuerzas oscuras, que es casi un epigrama que utilizan los políticos y los medios de comunicación para no referirse a la extrema derecha.
Hay muchas circunstancias para pensar que ellos son los autores de este atentado criminal y condenable, por la sencilla razón de que se presentan en el mismo momento de que ya casi termina el proceso de desarme de las FARC, cuando se esta adelantando un proceso de diálogo con el ELN y cuando prácticamente los hechos de esta naturaleza, al menos en las grandes ciudades, habían desaparecido hacía meses.
En esa medida, representantes de la extrema derecha, un gran espectro político encabezado por el partido del ex presidente Álvaro Uribe Vélez que se llama Centro Democrático, lo cual es un oxímoron, una contradicción en los términos, han dicho recientemente que ellos van a hacer trizas el acuerdo con las FARC; van a encargarse de ensangrentar este país.
Si ellos han dicho eso, y ha sido difundido por los medios de desinformación de manera masiva, esto puede entenderse como un comienzo de lo que llaman detener el proceso de paz y ensangrentar el país. Me parece que una hipótesis bastante probable apunta en esa dirección, más aún si tenemos en cuenta antecedentes históricos cuando es la extrema derecha la que más se ha movilizado para que no se concreten estos acuerdos.
M.H.: ¿Querés agregar algo más a cerca de la actualidad política de tu país?
R.V.C.: El momento político de Colombia es muy incierto, se está terminando una guerra aparentemente pero no sabemos cuántas más se pueden estar incubando, porque estamos asistiendo a un desarme de la insurgencia, pero no se han impulsado ningún tipo de reformas ni modificaciones serias en la estructura política y económica de este país, de tal manera que Colombia sigue sumido en el terrorismo de Estado, en el predominio de grupos paramilitares que son dueños y señores de importantes regiones de este país y ahora más, que copan sectores que han abandonado las insurgencias de las FARC.
A nivel internacional el país sigue siendo un socio incondicional de los EE UU, los niveles de desigualdad e injusticia son terribles, se acaba de producir un informe que apareció ayer y que hoy se dio a conocer sobre refugiados y Colombia es el primer país en desplazamiento interno, superando a Siria, Irak y Somalia. Se habla de más de 7 millones de desplazados, de tal manera que no hay indicadores alentadores que nos lleven a pensar que vamos a entrar en una etapa de post conflicto, más bien lo que podemos pensar es que se están incubando nuevas formas de guerra y de conflicto.
Y el Estado no da muestras de modificar su comportamiento terrorista ante la protesta social porque el paro de maestros fue violentamente reprimido por el ESMAD que es un escuadrón represivo del Estado colombiano. Si eso hubiera sucedido en otro país hubiera tenido mucha cobertura pero como es en Colombia, donde tanto se habla de paz, ese tipo de cosas no se difunden. Esperamos que el paro de maestros, que fue muy importante, dé lugar a otras protestas de otros sectores sociales, creo que es la única manera de lograr un movimiento social fuerte y consolidado para comenzar transformaciones en este país.