Por Vivian Palmbaum
Trabajadores metalúrgicos de la planta Tenaris SIAT pararon la fábrica por el despido de Alejandro Corso, mientras la empresa los persigue y sanciona de manera arbitraria. Las políticas de ajuste del gobierno han llevado a la caída de la actividad fabril, tal como se puso en evidencia en Sancor. Al mismo tiempo, avalada con la presencia del presidente, Mauricio Macri, se promovió la Expo Empleo Joven, uno más de los globos de colores, sin respuestas concretas a la masiva asistencia y con promesas de un futuro ilusorio.
Tenaris
En la actualidad, el disciplinamiento se constituye en el emblema de las políticas actuales de gobierno, con despidos, suspensiones y sin paritarias libres. Tal como vienen denunciando desde Tenaris Siat, desde hace varios meses se están aplicando políticas de hostigamiento. Los trabajadores, al igual que en abril pasado, respondieron en conjunto con una medida de fuerza que duró tres horas en la planta, para movilizarse al Ministerio de Trabajo delegación Lanús.
Mientras en Valentín Alsina los trabajadores daban respuesta al reiterado ataque que sufren por parte de Tenaris, en el Ministerio de Trabajo de la Nación el sindicato Unión Obrera Metalúrgica anunciaba el inicio de medidas de fuerza a partir del 1º de junio, por falta de acuerdo en la negociación paritaria. El secretario general de la UOM, Antonio Caló, acusaba a “la mano invisible del Gobierno” por el fracaso de las negociaciones.
En ese sentido, José Villa, uno de los trabajadores metalúrgicos de Tenaris, con 30 años de antigüedad en la empresa, contó: “La empresa incurre en sanciones arbitrarias…hoy me encontré con que no nos dejaban entrar”. Una medida sorpresiva, como también la de Alejandro Corso, que fue directamente despedido con una causa inventada, después de 24 años de trabajo, y con 53 años de edad. También explicaron que “desde que Mauricio Macri asumió el gobierno, sucede esta situación, que en algunos casos se logró revertir”. Afirman que hay una “persecusión gremial” y que se trata de una medida que se dio en momentos en que los delegados no estaban en la fábrica porque el gremio marchaba al Ministerio de Trabajo en reclamo de paritarias. Frente a esta situación, los trabajadores tuvieron una asamblea de fábrica y decidieron parar.
Denuncian que la presión empresaria no solo es contra los 150 trabajadores de allí, sino también contra los trabajadores de Campana, Villa Constitución y todas las plantas que tiene la empresa en el país. “Tenaris es Techint y es Paolo Rocca” aclararon. “Lo que piensan Paolo Rocca y Macri es tenernos de esclavos a los trabajadores”. La empresa Tenaris SIAT es parte de la corporación: Grupo Techint, un conglomerado a nivel global, localizada en distintas partes del mundo. En la planta de Valentín Alsina, Provincia de Buenos Aires, tal como puede leerse en el portal, se producen tubos de acero con costura que se usan en la industria local y se exportan. Un gigante a nivel mundial que busca producir con la mayor tasa de ganancia, tal como lo exige la ley del mercado.
Sancor
Otro de los casos emblemáticos de que el ajuste recae sobre los trabajadores es el de la empresa láctea Sancor, donde al gobierno no le quedó más remedio que salir con un plan de salvataje. Un auxilio estatal cuyas condiciones es la negociación que se está realizando con los lecheros (Atilra) y la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) para avanzar en posibles modificaciones del convenio colectivo de trabajo del sector. El argumento: se evalúa reducir los costos, dentro de lo cual se incluye como rubro principal “el costo laboral”.
La cita del diario La Nación es muy elocuente en detalles: “Con Atilra, ya se avanzó un paso: se convino reducir de 3800 a 1500 pesos el aporte patronal permanente que hacen los empresarios por cada trabajador para la obra social sindical. El ajuste sería aún mayor (de $ 3800 a 750) para las empresas más pequeñas”.
Oferta para Jóvenes
Este 30 y 31 de mayo se realizó la Expo Empleo Joven, “destinada a jóvenes, estudiantes, graduados de carreras terciarias y universitarias que están buscando trabajo o desean mejorar el que tienen”. Así rezaba la invitación. El resultado fue estremecedor: con largas filas de jóvenes que aspiraban a encontrar alguna salida para la búsqueda de empleo y donde estuvieron ausentes respuestas concretas, salvo pasantías y los datos de portales o correos para mandar currículums (que pueden encontrarse de la misma manera vía web). Es decir, lo que encontraron fue una pantalla detrás de la cual solo había un vacío y una nueva decepción para los más jóvenes, que son el blanco del castigo oficial con persecución, criminalización y ausencia de cualquier contención por parte del Estado.
En la Argentina las políticas públicas castigan a la clase trabajadora, mientras promueven falsas promesas con los jóvenes que buscan su primer empleo y la flexibilización laboral aparece como respuesta. Coacción patronal con la complicidad del Estado: una fórmula que emerge de la noche negra de nuestra historia.
En este año y meses en el poder, el gobierno nacional ha definido que sus políticas públicas están orientadas a desconocer los derechos de los trabajadores mientras se favorece a las corporaciones. Una situación que se viene incrementando y repitiendo con despidos, suspensiones, amenazas y sin paritarias libres. Hay un sinnúmero de políticas aleccionadoras para la clase trabajadora. El elevado costo laboral argentino fue fogoneado por los medios hegemónicos desde un principio y esa fue, también, la señal del primer acto de gobierno con lo sucedido en Cresta Roja y que luego vimos (y vemos) repetirse sin cesar: despidos, flexibilización y represión. No parece haber un fantasma peor que saber que no hay forma de garantizar la vida cotidiana, mientras el precio de los alimentos se encarece. La creciente criminalización de la protesta parece estar en consonancia con el peligro que enfrentan el mundo del trabajo, que disminuye sin cesar, mientras el gobierno nacional insiste en responsabilizar a los trabajadores por una lluvia de inversiones que se parece a la sequía: uno más de los globos de colores.
Los trabajadores, sin embargo también han comprendido que su fuerza está en la lucha del conjunto, y por ello se movilizan, a pesar de sus clases dirigentes. Así se viene sucediendo con movilizaciones, acciones de protesta y paros que visibilizan la creciente situación de crisis para los trabajadores en su conjunto.