Por Laura Cabrera @LauCab
La directora Silvia Copello estrenó “Inmensos cachitos de amor”, obra teatral que desprende historias románticas de otros tiempos que se entrecruzan con diálogos apasionados y canciones de amor. Se presenta todos los sábados a las 21 en el Teatro del Pasillo.
El público ocupa gran parte de la sala. La ocupa a tal punto que quien observa, comienza a preguntarse dónde va a desarrollarse la obra. No hay escenario, no hay demasiados elementos de escenografía. Apenas una luz cálida y otra fría lo hacen todo, ponen al espectador en el clima de cada escena, de cada canción. Y es ahí en donde comienza a entenderse la lógica de “Inmensos cachitos de amor”: el público forma parte de cada escena, el amor puede suceder en cualquier rincón, se puede contar al lado de cualquiera, puede pasarle a otro u otra sin que nos demos cuenta. Entonces ahí estaban espectadoras y espectadores siendo testigos de cada historia, tal como seguramente sucede a diario y en cualquier sitio sin que nadie se entere.
En “Inmensos cachitos de amor” predomina la simpleza que apela a la imaginación de quien escucha las historias cantadas entre valses, tangos y rancheras, relatos románticos que hablan del amor de cuentos, el amor de la infancia, el amor apasionado y el desamor. Y resulta llamativa no solo la manera en que se desarrolla la obra y la utilización del espacio escénico sino también las características quienes la interpretan: Silvia Copello y Jorge Capusotti se ponen en la piel de una mujer y un hombre sin nombres, con vestimenta convencional y actitudes típicas de jóvenes viviendo sus primeros romances y otras dignas de personas adultas con varios aciertos y desilusiones amorosas, de manera que si el espectador cierra los ojos y solo escucha, se encuentra con dos personajes en cualquier edad, cualquier tiempo y cualquier característica particular que quiera asignarle. Ahí surge nuevamente la premisa de que el amor es tan simple y común que puede suceder en cualquier edad, tiempo y contexto.
El día que me quieras, Alma en pena, Muriéndome de amor y Las Margaritas, son algunos de los temas musicales que se rescataron allá por 2015 y que en 2016 fueron “descubiertos” como conectores entre cuentos y melodías. Es que aquellas canciones alguna vez inspiradas en historias pasaron a ser canciones que inspiraron historias apasionadas, asfixiantes, románticas, infantiles, posibles y e imposibles, con finales felices y hasta fatales.
“Inmensos cachitos de amor” se desarrolla en un ambiente íntimo que interpela a los espectadores y espectadoras, llamándolos así a evocar el pasado, revolver en el propio pasado, en las propias historias vividas, esas que son tan parecidas a las que cualquier noche de sábado una persona puede sentarse a escuchar en una de esas sillas de la sala de Teatro el Pasillo, en ese contexto tan simple como interesante que genera la atmósfera perfecta para hablar de eso que también es simple y cualquier ser humano suele vivir de una manera tan intensa como compleja: el amor.
*Inmensos cachitos de amor puede verse todos los sábados a las 21 en Teatro del Pasillo, Colombres 35, CABA. Localidades: 150 pesos. Descuentos a estudiantes y jubilados.