En esta segunda parte del diálogo que tuvimos con Andrés Blanco, obrero de Zanón y secretario adjunto del Sindicato Ceramista, hablamos de la situación política, en el contexto de la elección de diputados ceramistas. Un balance de los 10 años de la rebelión de 2001 y sobre el discurso de Hugo Moyano en Huracán.
-¿Cómo impactó la elección de diputados ceramistas?
-La campaña en sí misma fue un impacto, por la impronta ceramista sumada a este gran paso de la izquierda de haber logrado conformar un frente. Se logró cosechar una simpatía en un conjunto de la población que puso su voto ahí y apuesta. No es un voto descolgado o por la cara, saben que estamos hablando de lucha en las calles, de organización de los trabajadores. La asunción y estas primeras semanas de labor parlamentaria con un compañero ahí tuvo enormes repercusiones, todo el mundo está esperando qué va a hacer la banca. Alejandro López es el primer compañero que está ocupando la banca. Después viene Raúl Godoy, del PTS. Al año siguiente Angélica Laguna, que es una compañera docente, de Izquierda Socialista, después sigue Gabriela Suppisich, que es una compañera de salud del Partido Obrero. Alejandro es parte de la Agrupación Marrón Ceramista que conformamos entre compañeros independientes y del PTS.
-¿Qué desafíos ven en esta labor parlamentaria?
-Hemos trabajado durante 10 años en esto. Haber dado este paso fue producto de haber ido discutiendo y avanzando en lo que ha sido una práctica que nos ha llevado a sacar algunas conclusiones. La banca tiene puesta sobre su espalda una enorme mochila: no pasa solamente por la labor parlamentaria que te puede llevar a denunciar más o menos o a hablar más lindo o menos dentro de un ámbito donde te van a votar en contra. No se puede apostar solamente eso. Seguimos insistiendo que lo que hace falta es trabajar fuertemente en una corriente militante, de trabajadores, estudiantes, intelectuales, lo más amplia posible, que acuerde en esta estrategia. Buscar la verdadera banca, que es en la calle. Alejandro cuando asumió dijo que todo lo que pueda decir adentro, si bien sirve para denunciar y meter nuestras demandas. Ese es el sentido de la banca
-¿Qué reflexión hacen a 10 años del 19 y 20 de diciembre?
-Tenemos la práctica de discutir políticamente de conjunto entre compañeras y compañeros del sindicato. Lo que analizamos es que pasamos una crisis que fue muy profunda en la Argentina, donde hubo una debacle, con cinco presidentes en una semana. La lucha de Zanón fue parida por esa crisis. En esta transición, después logra calar una impronta en el primer mandato de Néstor Kirchner, lo de bajar los cuadros de la Esma. Siempre tuvimos recaudo ante esas políticas. Nuestro primer balance es que no caímos en las redes de cooptación del kirchnerismo. Lograron meterse en las organizaciones fundamentales de ese argentinazo, como fueron los movimientos de desocupados, las Madres de Plaza de Mayo, las empresas recuperadas. Recompusieron una imagen de cambio del modelo, pero las instituciones no lograron recomponerse del todo. El gobierno hace un esfuerzo enorme para hacerlo. Y hasta hoy no lo logran porque siguen siendo cuestionados tanto la Policía Federal como parte de un régimen que se puso una soga al cuello cuando mataron a las 33 personas que murieron en Plaza de Mayo. En 2001, el que no jugó un rol fundamental fue justamente el movimiento obrero. La burocracia no permitió movilizar. En este tiempo, surgió un movimiento sindical antiburocrático, que fue denominado “los flacos” para contraponerlo a “los gordos”. Han sido diez años difíciles. La consecuencia más grave fue la muerte de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, el cierre de una etapa. Y de ahí en más comenzó otra etapa, donde frenaron un poco la represión abierta y apostaron a otro tipo de represión, judicial, que igual se ha cobrado vidas como la de Mariano Ferreyra, los compañeros Qom, lo de Cristian Ferreyra en Santiago del Estero.
-¿Qué opinan del actual posicionamiento de Hugo Moyano, Secretario general de la CGT?
-Uno lo escuchaba a Moyano y la verdad que parecía que habíamos conseguido un referente sindical que habla de los problemas serios que tenemos los trabajadores. Mucha de las cosas que dijo en Huracán son cosas que decimos nosotros. El derecho de huelga no es una extorsión, al contrario de lo que dijo Cristina Fernández de Kirchner en el discurso de asunción. Moyano denuncia la corrupción y la utilización que el gobierno hace de las organizaciones sindicales. Es como si dijera ‘me usaste y ahora me enojé’. No se hasta dónde va a llegar este planteo. No se puede decir que hay ruptura porque no hay un paro. Hay que ver cómo se desarrolla. Si la burocracia está hablando de ir a pelear por nuestras reivindicaciones, de nuestros derechos, va a habilitar seguramente que al movimiento sindical de base, democrático y antiburocrático para que podamos empalmar con el conjunto de los trabajadores que se van a ver en la obligación de tratar de superar a sus conducciones.