- Por Redacción Marcha
- El próximo miércoles se realizarán las elecciones provinciales en SUTEBA. Se enfrentan la lista celeste encabezada por Roberto Baradel; y la Multicolor, que reúne a decenas de organizaciones de docentes de todos los distritos de la Provincia de Buenos Aires y está encabezada por Romina del Plá, Secretaria General de la seccional de La Matanza.
El descontento existente en la base docente con la conducción de Baradel y la falta de resolución de la paritaria, permiten anticipar que la Multicolor realizará un buena elección.
Entrevistamos a Enrique Gandolfo del SUTEBA Bahía Blanca –probablemente la seccional mas vital de toda la provincia en la última década- y actual candidato a Secretario General Adjunto de la Provincia.
-¿Cómo evalúa el desempeño de la conducción del sindicato en el actual conflicto docente aún irresuelto?
-En la provincia se llevó adelante un paro por tiempo indeterminado sin anunciarlo como tal y sin preparar la fuerza para tamaña lucha. Luego los “suspendieron” con las manos vacías -la huelga se había fragmentado- aún cuando en varios distritos se hacía sentir con fuerza.
La política de la conducción del SUTEBA potenció el desánimo. En 4 semanas, en pleno conflicto, no se convocó a una sola asamblea desde la conducción provincial. Eso es toda una definición de cómo se concibe el sindicato. La huelga se iba prolongando día por día y ¡avisando por wasapp! Ni siquiera lo anunciaban en la página provincial del sindicato.
El efecto desmoralizador de este proceder es evidente sobre en todo en maestras y maestros que ponen la cara todos los días ante padres y madres.
-¿Hay desconfianza de la base hacia su dirigencia?
-Por supuesto. Hay que recordar, que es la misma dirigencia que estuvo 12 años recorriendo pasillos de gobierno y aplaudiendo en la Casa Rosada, cuando desde allí se argumentaba que “los docentes trabajan cuatro horas y tienen tres meses de vacaciones”.
Pues bien, ahora frente al gobierno empresario se disponen a luchar. Pero no pueden borrar de un plumazo esa desconfianza que hay en la base docente. Porque todos nos empezamos a preguntar ¿no nos van a dejar a mitad de camino? ¿el objetivo verdadero no será acumular en política para recomponer el kirchnerismo? ¿Y que pasa si como tantas veces negocian a espaldas de los docentes? Todas esas preguntas nos las hacemos los docentes. Entonces la desconfianza es justificada y eso debilita al sindicato y nos debilita a los docentes, para enfrentar a un gobierno que tiene un plan muy definido para avanzar en la precarización y mercantilización de la educación pública.
-¿El gobierno ganó una batalla cultural estigmatizando el paro docente?
-En este conflicto como en tantas otras cosas, hay un plano en el que se expresa un discurso creado por los grandes medios de comunicación, que no se condice con la realidad.
Para la numerosa militancia docente de la huelga, la que abrazó las escuelas, protagonizó con estudiantes y trabajadores las clases públicas, la que volanteó e hizo caravanas por los barrios, la que dio la cara para explicar las razones del paro, es bien claro que en el pueblo trabajador había comprensión, simpatía y apoyo mayoritario para con los reclamos, sobre todo cuando trascienden lo corporativo. Personalmente recorro escuelas todas las semanas, además de asistir a las escuelas donde trabajo, y el clima por parte de los padres era de una manera muy notable, de apoyo a la medida.
No creo que haya una victoria política de Vidal como celebró un titular de Clarín. La huelga y las movilizaciones erosionaron parte del ascendiente político de la gobernadora y el conflicto permanece irresuelto. Para contrarrestar ese clima que intentan instalar, es necesario un sindicato muy activo, que durante la huelga, debe trascender lo corporativo e interpelar al conjunto de la sociedad. La experiencia en nuestra seccional indica que cuando eso se hace, la recepción por parte de la sociedad es de apoyo. Claro que para poder hacerlo, hace falta una conducción legitimada. No es casualidad que el gobierno haya puesto en el centro del conflicto a Baradel, para usar su “mala imagen” a su favor.
-La educación pública padece desde hace décadas una declinación constante. ¿Como se revierte? ¿Y que rol puede jugar un sindicato?
-La dirigencia de CTERA pone como eje que se cumpla con la ley de Financiamiento Educativo. Esta ley, del gobierno de Nestor Kirchner fue un paliativo para el efecto descuartizador sobre la educación publica que produjo la ley Federal menemista. Si la única verdad es la realidad, la realidad indica que dejó en pie la mayoría de esos efectos comenzando con que el financiamiento lo siguen aportando mayoritariamente los estados provinciales -el 76%- mientras el Estado Nacional apenas aporta para educación el 5% de su presupuesto global. Entonces el avance privatizador no lo podemos enfrentar con esa ley.
El programa de la Multicolor y de la oposición a la dirigencia de la CTERA plantea con claridad dos objetivos integrales: el primero es la renacionalización del sistema educativo con presupuesto garantizado por el estado nacional –un 25 % del presupuesto total- y el fin de los subsidios a la educación privada. Y para garantizar el financiamiento impuestos al capital, a los bancos, a las mineras, a las grandes fortunas y suspender los pagos de la deuda externa que está probado y con un fallo de la justicia argentina, que es una estafa.
-¿Porque votar a la lista multicolor?
-Necesitamos al sindicato como una herramienta democrática y de lucha por nuestros derechos y en defensa de la escuela pública, asentado en la soberanía de las asambleas.
Un sindicato independiente y sin ataduras ni subordinaciones al gobierno de turno ni a intereses que no sean los de los mismos trabajadores/as de la educación. Un sindicato que se construye en solidaridad con otros trabajadores comenzando por los de los padres y madres que llevan sus hijos a la escuela pública. Un sindicato que enfrente las políticas educativas de Macri y Vidal porque alejan o excluyen de las posibilidades de acceso al conocimiento a miles de estudiantes y conciben a la educación como mercancía.