Por Mario Hernandez
Entrevista a Eduardo Lucita de Economistas de Izquierda (EDI), quien analiza el contexto político actual, las masivas movilizaciones en contra del gobierno, el rol de los gremios y una economía cada vez más deteriorada para el conjunto de la población.
– El 6 de abril, coincidiendo con el día del paro general, escribiste un nuevo artículo donde señalas que más allá de la densidad de las movilizaciones, a la que incorporás la del 1º de abril de sectores afines al gobierno, “lo que importa es su composición” ¿A que te referís?
– La idea que preside todo el artículo es que las clases sociales van tomando posición, por un lado los sectores dominantes y por otro la clase obrera y los sectores populares. Se ha desenvuelto a partir de marzo y hasta ahora una dinámica social muy importante donde destaca la centralidad de la clase obrera. De esas 5 o 6 marchas, la del 1º de abril expresó a sectores medios y medios altos de la sociedad argentina, una composición muy similar a la de los cacerolazos de 2012 y 2014, de apoyo al gobierno y de alguna manera bajo el manto de la defensa de la democracia que es una ficción, porque no hay ningún peligro de que caiga el gobierno. Lo que sí hay es una exigencia de que el gobierno profundice sus políticas, que es compatible con lo que piensan los grupos más concentrados de la economía, que el gobierno está siendo demasiado gradualista en cuanto al déficit fiscal y demás.
Después hay otras 5 marchas, de las cuales hay 2 que por la propia naturaleza de las mismas son policlasistas: la del 24 de marzo, Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia y la del Día Internacional de la Mujer, que también lo ha sido, aunque hubo una columna muy importante de trabajadoras. Ahora, las otras marchas, que fueron muy contundentes, la del 7 de marzo convocada por la CGT que terminó con la estampida de los dirigentes y la del 30 de marzo de las dos CTA fueron netamente marchas obreras, lo mismo que la Marcha Federal docente. O sea que la clase obrera está en el centro de la escena política nacional.
Lo otro que demuestra lo que plantea el artículo es que las clases van tomando posicionamiento. Es que el día del paro general, mientras los trabajadores estaban en huelga, cortaban las rutas y hacían piquetes, en Puerto Madero estaba concentrada toda la elite de las clases dominantes discutiendo el apoyo al gobierno, el programa y cómo acelerarlo.
Las clases enfrentadas están en presencia, la base material es el curso económico del ajuste, la precarización, la desvalorización del salario, etc. El segundo momento es cómo se alinean las clases sobre esa base material que se ve en la composición de las marchas. El tercer momento, según Gramsci para analizar la coyuntura, es ver el grado de confrontación que se alcanza. En ese proceso estamos, veremos si hay confrontación en gran escala o no.
– Hemos vivido en la última semana un incremento de la represión. ¿Cómo analizas esto?
– Yo creo que tanto las clases dominantes como el propio gobierno, tomaron nota de esta dinámica social en curso y se resolvió una discusión interna que es el triunfo del titular del Banco Central, Sturzenegger, y su política de metas de inflación y que el objetivo principal del momento es la inflación. Entonces el objetivo es reducirla, aumentar la inversión y la productividad del trabajo.
De una semana a la otra el Banco Central aumentó 1.5 puntos las Lebac, que ahora están en 26.5 puntos. Eso está absorbiendo masa monetaria, por eso todo el mundo está vendiendo los dólares, porque la bicicleta financiera es cada vez más rentable en pesos. Ese es un mecanismo que tiene el Banco Central para tratar de frenar la inflación.
Hoy se conoció el nuevo índice del INDEC que es del 2.4%, entonces, a pesar de la fuerza que está haciendo el Banco Central con una política monetaria restrictiva, absorbiendo fondos para que no vayan a la demanda y que por otro lado estamos en una recesión, no logran quebrar el proceso inflacionario. Con un 2.4%, el trimestre debe estar en un 6.5% de inflación acumulada, quiere decir que el cuatrimestre va a terminar en un 8.5%. O sea, que las metas de inflación del gobierno no se cumplen ni remotamente.
– Lo cual tira al diablo los acuerdos salariales que se habían hecho en la provincia de Buenos Aires con UPCN, por ejemplo.
– Sí, tira las paritarias para arriba. En función de eso es que el gobierno toma esta decisión de aumentar la polarización. En primer lugar, concentra el núcleo duro de apoyo al gobierno que debe ser alrededor de un 20%, son una minoría intensa y, del otro lado, pone a la otra minoría intensa que es el kirchnerismo.
La pelea es entre el macrismo y el kirchnerismo, desconociendo que hay una gran base social que no está en ninguno de los dos lados y que se está expresando en todas las movilizaciones. Al compás de esto ha lanzado una batalla contra las direcciones sindicales, porque la resolución del Ministerio de Trabajo donde recomienda que las elecciones sindicales se hagan con voto electrónico, que cubran el cupo femenino, que antes de ser candidato hay que tener un prontuario particular y elección directa de los dirigentes, eso golpea a la burocracia sindical tradicional argentina.
En paralelo a esto, una diputada radical presentó un proyecto en Diputados que reflota el viejo proyecto Mucci de democratización sindical; de ahí a que pase hay un trecho, es bastante difícil, pero muestra una actitud distinta del gobierno a partir del paro general del 6 de abril.
La otra pata de esta nueva actitud es el desalojo de la Panamericana, el de AGR-Clarín, lo que pasó el domingo cuando un grupo de docentes intentó instalar una carpa itinerante que estaba en la plaza, que no cortaba la calle, ni siquiera evitaba el paso por la vereda y, sin embargo, han tomado esa decisión política y ahora se acerca el desalojo del Bauen.
– Todo este análisis en el cuadro de una economía que no despega.
– Por ahora no despega. De alguna manera el gobierno ha hecho la gran Alsogaray, digo la gran porque no es solo pasar el invierno sino también el otoño para llegar a la primavera electoral; están pensando en septiembre y octubre cuando la economía daría alguna seña de mejoría.
De todas maneras, creo que ya no apuestan fundamentalmente a ganar las elecciones por vía de la economía sino a través de quebrar la inflación y de derrotar al kirchnerismo, porque si ganan las elecciones vuelve todo para atrás. Creo que ha cambiado la táctica del gobierno.