Por Deminán García Orfanó* / @Demian_LB
A poco de cerrar un marzo que contó con varias movilizaciones masivas, una nueva marcha concurrirá a la Plaza de Mayo en CABA, esta vez convocada por la CTA. Si bien acudirán trabajadores y trabajadoras de distintos sectores económicos con reclamos diversos, la cuestión salarial será lo central de la jornada, especialmente la necesidad de revertir la caída de los sueldos del año pasado, junto al rechazo a los despidos y las suspensiones, el tarifazo, en fin, los efectos del ajuste del Gobierno de Mauricio Macri.
Sigue acercándose una tormenta perfecta
La discusión de paritarias que suele tener lugar en esta época del año está condimentada con los elementos particulares de una crisis económica provocada por la situación internacional y la política del Gobierno macrista. Esta política enfrenta a la industria local a la competencia externa, favorece la especulación financiera y quita recursos al consumo interno. Los aumentos de tarifas mantienen los precios en alza y siguen recortando el poder de compra de los salarios. A nivel social también se expresa la crisis, con un creciente desempleo (y de desalentados/as del mercado laboral), caída de los ingresos de los asalariados por la inflación y una precaria situación de jubilados/as, pensionados/as y de los trabajadores/as que cobran distintos tipos de planes.
Pero esto no es todo. El rasgo más saliente que marca un hito político en la cronología del gobierno macrista es la movilización social creciente. La misma parecía atemperada luego de la tregua de la CGT el año pasado, que luego de la movilización al Monumento al Trabajo no tuvo ningún tipo de continuidad.
Agitado por abajo…
La convocatoria a un paro de mujeres el 8 de marzo se planteó con tanto tiempo que hasta la CGT tuvo tiempo de ubicar (un día antes) una movilización previa. Fueron las dos jornadas más masivas de este mes, pero aún así no fueron las únicas.
Grupos de trabajadores y trabajadoras cooperativistas progatonizaron acampes, piquetes y medidas de lucha por el aumento de los planes Argentina Trabaja, aumentos de ingresos y la implementación de la Ley de Emergencia Social.
También el conflicto desatado con los sindicatos docentes mostró una masividad enorme, con una colorida movilización el pasado 22 de marzo. La exigencia de una paritaria nacional y un aumento salarial que supere la inflación esperada para este año y recupere la pérdida del año anterior parece estar lejos de cumplirse y la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, está empeñada en seguir impulsando el conflicto todos los días. Aplicó descuentos ilegales sobre los sueldos, realizó acusaciones a los** dirigentes sindicales de estar encarando una lucha partidaria, ofreció dinero a “voluntarios” (carneros) que no paren, y cada día depara nuevas sorpresas.
Se trata de un conflicto testigo porque es una de las pulseadas centrales por los salarios. En todos los lugares de trabajo se sabe que la resolución de este conflicto ubicará el salario más cerca de recuperar su nivel perdido respecto o volver a ser la variable de achicamiento de gasto de todas las patronales (no solo el Estado). Por esa razón impulsa todas las demás luchas salariales, que ven en esta un espejo de su propio futuro y le da fortaleza al resto de las peleas en curso (sea por despidos, suspensiones e incluso contra la flexibilización laboral, como la que protagonizan los trabajadores de AGR Clarín).
Incluso la movilización que se realiza hace décadas cada 24 de marzo mostró una enorme presencia en la calle, en todo el país. Fue una respuesta entre otras cosas a los dichos de distintos funcionarios pretendiendo reinstalar la teoría de los dos demonios, las medidas que otorgan mayor autogobierno a las Fuerzas Armadas, los intentos de otorgar prisión domiciliaria a genocidas condenados.
En resumidas cuentas, estas movilizaciones de masas expresan el descontento popular generalizado ante los planes de ajuste del Gobierno (y sus vetas represivas) con medidas de lucha.
Agitado por arriba…
La movilización del 30 fue convocada luego de que la CGT se viera presionada por sus bases -y algunos sindicatos y seccionales- en la multitudinaria movilización del 7 de marzo. La CTA de Yasky, que actúa en unidad con el sector de la CTA Autónoma que dirige Pablo Micheli, puso una fecha dentro del mes de marzo para presionar y mostrarse como entidades combativas por contraste con la titubeante actitud del triunvirato que dirige la CGT. Cuando esta central definió parar el 6 de abril, quedó para la CTA la disyuntiva sobre la realización o no de la jornada, a sabiendas que su capacidad de convocatoria iba a estar muy lejos de la jornada del 7 de marzo o de la contundencia de un paro general como el que tendrá lugar el 6 de abril: El grueso de poder de movilización de esta central depende de la CTERA, el principal sindicato docente nacional, y en menor medida de los sectores de ATE que responden a Yasky -un papel mucho menor juegan la Federación de sindicatos docentes universitarios CONADU, el subte (AGTSyP), telefónicos (FOETRA) y otros-.
Este juego de apariencias no se detuvo, ya que luego de puesta la fecha de paro por parte de la CGT comenzaron las tratativas del Gobierno para desactivarlo. Utilizaron para eso desde la desacreditación política hasta las prebendas económicas con las obras sociales o los favores políticos como la quita de la personería gremial a la AGTSyP (el sindicato del subte mayoritario y alternativo a la UTA). Ante la posibilidad de que el paro anunciado se levante, el margen de Yasky y Micheli para dar de baja la convocatoria del 30 se achicaba para evitar papelones. Más aún con el desdén del resto de la CTA Autónoma a la convocatoria: los sectores de ATE que responden a Cachorro Godoy -junto con los demás sindicatos- denunciaron que no se les consultó para realizar la medida y, aún con disidencias internas a esa actitud prescindente, se ocuparon directamente en aprobar en distintas instancias la participación en el paro nacional del 6 de abril (prometiendo hacerlo activo).
Cada cual atiende su juego
Con estas características, este jueves 30 desde las 15 hs va a tener lugar una movilización que tiene motivos de sobra para ser caminada por miles de trabajadores y trabajadoras. Sin embargo, no escapa a nadie que la misma es recorrida de principio a fin por un largo hilo de especulaciones, más que por la voluntad de esas direcciones de organizar la lucha. Las CTAs expresando sus internas y posando de combativas ante la CGT, que también mostrarán sus internas y serán de la partida, participando de la marcha algunos sectores (metalúrgicos, encargados de edificio y otros, por un lado, bancarios y la Corriente Federal por otro).
Todos estos reacomodamientos sindicales no solo abarcan proyectos gremiales, sino que se entremezclan con las estrategias políticas de sus direcciones, hoy en día bajo el paragüas del peronismo, sea lo que sea que eso signifique (con CFK, sin ella, con el Frente Renovador dentro, por fuera, etcétera.).
Otros proyectos también se mostrarán en la jornada, sea al interior de las mismas columnas de los sindicatos de la CGT o la CTA, o por fuera de ellos, expresando un modelo sindical de lucha y democracia sindical. La voluntad de enfrentar el ajuste a fondo requiere algo más que la disposición a la lucha de las bases, requiere algo más que movimientos superestructurales para reubicar dirigentes. Si “la fecha” fue el centro de la jornada del 7 de marzo, en la movilización de hoy, será otra la inquietud en las bases: “el plan de lucha”.
Esa presión que apenas se insinuará, será mucho más fuerte aún de cara al paro dominguero del 6 de abril.
* Militante de la Corriente Político Sindical Rompiendo Cadenas
** El uso del masculino responde a que mientras la docencia es ejercida mayormente por mujeres (producto de los estereotipos de géneros), las organizaciones sindicales replican la hegemonía masculina que se ve en prácticamente todos los gremios.