Por Demián García Orfanó* / @Demian_LB
Alrededor de 200 mil personas se movilizaron este martes 7, en una jornada que terminó en escándalo. Más allá de los tumultosos momentos del cierre del acto en el palco de la CGT, lo realmente sorprendente resulta ser la inmovilidad de la dirigencia de la Central. A pesar del claro deterioro social, no fue capaz de definir con fecha precisa un paro.
Más allá de los discursos de Acuña, Schmid, y Daer, que prometían la medida, esa arenga sin fecha no transmite ya tranquilidad a las bases. Simplemente se repite una amenaza que se arrastra desde la movilización del 29 de abril del año pasado, cuando quedó planteada la posibilidad pero sin llevarse a cabo.
La convocatoria oficial apuntaba a movilizar a los sindicatos de sectores industriales para exigirle al Ministro de Producción medidas “en defensa de la industria nacional”. Sin embargo, arrastró a diversos sectores sindicales sociales y políticos. La medida expresó el creciente descontento en la clase trabajadora (y en otros sectores sociales) por los despidos, tarifazos, la baja del poder de compra de los salarios, el estancamiento económico y las medidas del Gobierno para favorecer a familiares.
La CGT buscó especialmente atraer a sectores empresariales y, para quitarle impacto político, convertirla en una acción “ecuménica” de todos los sectores partidarios (Frente Renovador, PJ, UCR). Especialmente anhelaban despegarse del kirchnerismo, que contaba hoy con Cristina Fernández de Kirchner declarando en Comodoro Py.
Maniobrando el descontento
El llamado no fue en una fecha ociosa, sino que buscó canalizar la bronca ante la situación social que iba a expresarse en el Paro Internacional de Mujeres del Miércoles 8. Al primerear la convocatoria le quitaron protagonismo al dinámico y masivo movimiento de mujeres que también crece en sectores sindicales.
De todas formas, la movilización no solo operó de cara al miércoles 8, sino que también le dio impulso al segundo día de paro docente. Ayer, no iniciaron las clases en todo el país y maestros y maestrasas de todas las provincias desfilaron por las calles de Buenos Aires con una contundente movilización a pesar de los aprietes del Gobierno de María Eugenia Vidal. Además se sumaron estatales en reclamo de superar el techo del 18% en cuatro cuotas que por decreto les impusieron en la Provincia de Buenos Aires. Hoy esas columnas volvieron a poner en la calle a miles de trabajadores y trabajadoras.
Ese es parte de un caldo de cultivo social mayor para un gran descontento entre las y los trabajadores de los sindicatos de la CGT especialmente afectados por las políticas del Gobierno de Mauricio Macri. Desde la apertura de las importaciones (que afecta a la base de la UOM) pasando por la caída de ventas de automóviles (SMATA), el mercado interno deprimido (calzado, textiles, alimentación, comercio, industria láctea, etc), muchos sindicatos sienten con despidos, suspensiones, cierre de fábricas, recorte de horas extras, entre otras cuestiones, la crisis que cae sobre las espaldas de las y los afiliados.
No se puede tapar el sol con las manos
Ante la falta de mecanismos democráticos, la discusión se expresa en crisis internas (más allá de la unificación formal), disputas de dirigentes expresando seccionales o provincias con visiones dispersas. La voz de las y los trabajadores solo excepcionalmente se abre paso. En esta marcha, fueron miles quienes se hicieron presentes, expectantes ante los anuncios.
Miles de trabajadores de las columnas obreras de los sindicatos industriales como la UOM o el SMATA.
Miles de trabajadores y trabajadoras enrolados en la Corriente Federal de la CGT ingresaron por Avenida de Mayo, expresando -aun desde sectores de escasa democracia interna- una vocación de lucha mayor al resto de la CGT.
Miles de docentes con sus guardapolvos blancos. Aun en medio de una encarnizada interna, a pocos días del cierre de listas en los distritos de la provincia de Buenos Aires. Habiendo logrado una columna unificada de las seccionales oficialistas, opositoras e incluso el sindicato Ademys de CABA.
Miles de estatales contra los despidos y por aumento salarial. En las columnas de la conciliadora UPCN y también de ATE Nacional o Capital. En el último caso, contando con una ruidosa columna tras su bandera con una gran consigna de “Abajo el ajuste, PARO GENERAL YA” (con Trabajo, Cultura, Promoción Social, Economía, INCAA, CNEA, CNM, y numerosos sectores más).
Los movimientos sociales del “triunvirato piquetero” (CTEP/CCC/Barrios de Pie) también participaron con delegaciones, a pesar de que carteles pegados por la ciudad anticipan una movilización para la semana siguiente, el 13 de marzo. También otros movimientos sociales estuvieron tras columnas sindicales en las que se referencian.
En las calles también estaban las visibles presencias de la Federación de Trabajadores de Prensa junto con el nuevo SIPREBA. La Federación de Aceiteros. La 60 y los choferes de la Agrupación Interlíneas.
Además de esa bronca en las columnas mayoritarias, también se hizo presente una “Columna Independiente”, a iniciativa de sindicatos como el SUTNA, SITRAIC, AGD UBA, la Unión Ferroviaria de Haedo, y también a movimientos sociales que no encuentran en otras columnas sindicales un espacio propio de disputa o referencia política (por ejemplo el FOL, FPDS/FPDSCN, MTR DD/MTR 12 de Abril, MTD Anibal Veron, etc.). Los tareferos de la yerba mate de Misiones encontraron con ellos un lugar en la marcha. También se expresaron allí los Jóvenes Científicos Precarizados que protagonizaron a fin de año pasado la toma del Ministerio de Ciencia y Técnica, repudiando el ajuste en ese sector del Estado.
Estas y muchas otras postales dispersas pero coloridas, expresaban el tono de la jornada, la presión para una huelga general. Cuando comenzaron los discursos, los chiflidos repudiaban las palabras dilatorios, exigiendo una y otra vez el “paro general”, “la fecha”.
El cierre
En el punto culmine del acto, los referentes tuvieron que esperar para bajar del palco a que se encuentre controlada la furia de algunos sectores que exigían el paro. No solo tuvieron que salir custodiados a refugiarse en la sede del Sindicato de Comercio. Además, el cierre disruptivo lo dieron los choferes de Interlíneas y la línea 60, que coparon el palco exigiendo una fecha para el paro nacional. Se expresaba así con esta irrupción de sectores combativos el sentir de la enorme mayoría de los asistentes.
Con esta jornada, en la calle se hizo presente la bronca de la clase trabajadora ante las políticas del gobierno que afectan especialmente a las y los trabajadores y sectores populares. También dijo presente esa potencia que tiene esa fuerza social para frenar los planes de ajuste, a pesar de las vergonzosas actitudes de las direcciones sindicales actuales.
* Militante de la Corriente Político Sindical Rompiendo Cadenas