Por Juan Manuel De Stefano. En un partido fantástico, Newell´s le ganó a Vélez por 2 a 1, se clasificó a cuartos de final y enfrentará a Boca. El encuentro hizo recordar a un período soñado del fútbol argentino y demostró la categoría de ambos equipos.
Pareció un partido de la gloriosa década del ’80. Época en la que en el fútbol argentino convivían talentos de todo tipo y cada encuentro terminaba en un vendaval de buen fútbol y goles. Se enfrentaban los dos mejores equipos del país y lo que se intuía se convirtió en realidad; jugaron un partidazo para el recuerdo, con llegadas y con muchas emociones.
La Copa Libertadores fue el marco para que midieran sus fuerzas y el partido no defraudó. Ambos equipos mantuvieron su esencia y su estilo y eso -hoy en día- es para valorar. Cada uno con su sello distintivo; Newell´s y su valentía para atacar desde el primer minuto y Vélez con un segundo tiempo en el que se mostró como lo que es: un equipazo. Con el manejo del balón y la profundidad suficiente para inquietar al equipo del Tata y llagarle por todos lados.
Pero el conjunto visitante se puso en ventaja por intermedio de Milton Casco a los 3 minutos y luego, fiel a su ADN, siguió atacando y buscando el gol que le diera tranquilidad y la clasificación. Y así fue, Sabia perdió la pelota en la salida y Scocco a los 40 minutos quedó solo ante Sosa y luego de la tapada del arquero definió con el arco libre. Pero el que creía que estaba todo definido se equivocó de punta a punta. El conjunto de Gareca salió a jugar el segundo tiempo con una actitud distinta y con las ideas más claras.
Los cambios le aportaron otra dinámica (Lucas Romero y Facundo Ferreyra reemplazaron a los apáticos Allione y Copete) e Insúa comenzó a hacer jugar a sus compañeros. La imagen de Vélez moviendo la pelota de un lado al otro y el mediocampo de Newell´s corriendo de atrás, se acentuaba con el correr de los minutos. Pero las intenciones del conjunto de Liniers no se cristalizaban en la red. El equipo de Gareca hacia todo bien menos la definición, se nublaba al llegar al área de Guzmán.
El encuentro era de ida y vuelta. Palo y palo. Así, a cara descubierta juega el equipo de Martino, eso propone desde que asumió en Newell´s. Dos estilos distintos pero no por eso, totalmente opuestos. Newell´s no es puro vértigo, tiene jugadores que le imprimen pausa y aceleración en dosis similares. Pero Scocco hace la diferencia. Es el crack del equipo pero lo contiene el sistema de juego y sus intérpretes. A todas sus virtudes, le agrega el genio, la espontaneidad y la eficacia que le aporta el delantero. No depende sólo de él. Potencia sus virtudes y le ofrece variantes y opciones para desplegar lo mejor de su repertorio.
Desde la otra vereda se suscribe una idea diferente en algunos aspectos. La religión por tocar la pelota, asociarse y darle un buen destino y el respeto por un fútbol ofensivo, se sostiene desde la jerarquía de sus jugadores. En el juego de las comparaciones, Vélez es menos vertical que su rival de anoche pero no resigna su ambición ofensiva. Los muchachos de Gareca van demoliendo a sus rivales de a poco, los desnaturalizan, les quitan la pelota y los van superando por la fuerza de sus convicciones y el valor agregados de sus individualidades. Por supuesto que esto se da con mucha más facilidad con otro tipo de rivales.
Pero volvamos al partido de anoche. Ferreyra tuvo un par de ocasiones para descontar pero el arquero y la impaciencia hicieron lo suyo. Finalmente, el gol del ex delantero de Banfield llegó a 8 minutos con otra gran jugada colectiva pero no alcanzó. Y no fue por una merma física del visitante. Sin dudas, la máxima que sostiene Carlos Bianchi de que no se pueden pelear dos torneos a la vez, es ampliamente refutada por Newell´s. Martino y sus dirigidos demuestran todo lo contrario jugando de igual manera y sin resignar chances en ningún momento, salvo algún partido en el torneo local ( ante Lanús) casi siempre presentó el mejor equipo que tenía en cada presentación.
Luego, el ex entrenador de la Selección de Paraguay comentó: “Creo que tuvimos fútbol, sobre todo en el primer tiempo y parte del segundo, y cuando tuvimos que frenar el partido porque Vélez nos estaba sometiendo en contra de nuestro arco defendimos como pudimos. Por suerte, el resultado quedó favorable para nosotros”. Consultado sobre a qué rival le gustaría enfrentarse en cuartos de final, Martino no tuvo dudas en elegir a Boca: “Las dificultades en cuanto a lo futbolístico la tienen todos los equipos que llegan a cuartos de final, ambos son buenos equipos, presentan dificultades. Lo que sí hay una situación que tiene mucho que ver a esta altura y es el viaje. Evidentemente, preferimos no viajar a viajar”. Finalmente, el equipo de Bianchi le dio el gusto al empatar ante Corinthians y clasificarse. Pero esa será otra historia, una historia que se comenzará a escribir dentro de una semana.
Lo cierto es que con una idea de juego clara conceptual y estratégicamente hablando, jugadores jóvenes mechados con algunos de experiencia y muchas ganas y hambre de gloria, el Newell´s de Martino sigue peleando palmo a palmo en el ámbito local e internacional. El tiempo dirá si le toca ganar un torneo, dos o ninguno, pero no va a cambiar la opinión ni va a desmerecer todas las virtudes y lo valioso que fue el paso de el Tata por el conjunto rosarino. No sólo por su valía futbolística sino, por la jerarquía que le aporta al alicaído fútbol argentino.
“Tengo las condiciones dadas para seguir en Newell’s, pero son las circunstancias las que no me gustan. No me gusta que los partidos se jueguen cuando un determinado grupo de gente quiera. Poder elegir el árbitro por conveniencia. A mi me gustan las cosas ordenadas y claras. No tengo más ganas de dirigir en Argentina”, había disparado hace unos días. Ante tanto tramposo dando vueltas, tanto sabio de pacotilla que da cátedra con ideas e ideales que aportan confusión y piensan a corto plazo, será realmente una pena que Martino deje el país. Desde este espacio se valorará -pase lo que pase- la coherencia, las buenas intensiones y la honestidad de gente como el notable Tata Martino.