A tres días de completarse la retirada estadounidense de Irak, una serie de atentados rompió la ‘tensa calma’ de la capital Bagdad, dejando más de 60 muertos.
Once coche bombas y diferentes explosivos atacaron ayer varios barrios de la capital iraquí dejando un saldo de 63 muertos y decenas de heridos. Ocurrió a sólo tres días de la conclusión de la retirada de las tropas estadounidenses del territorio iraquí, que puso fin a más de nueve años de ocupación militar por parte de EEUU en el país de Oriente Medio. La misma Casa Blanca, fue la primera en anunciar su ‘repudio’ a las explosiones de la mañana a través de un comunicado de prensa. “Condenamos enérgicamente los ataques terroristas contra iraquíes inocentes”, reza el documento, que asegura que “estos intendos de descarrilar el progreso continuo de Irak fracasarán”, y que las fuerzas de seguridad locales “han demostrado que están a la altura para responder y mantener la estabilidad”.
Una reacción, la norteamericana, que ha generado fuerte escepticismo en Oriente Medio, ya que la ocupación en territorio iraquí se registraron la muerte de miles de civiles, torturas y violaciones reiteradas de los derechos humanos.
El ‘terrorismo’ al que se refiere la Casa Blanca, es para algunos el comienzo de una guerra interna desencadenada por el pedido de arresto del vicepresidente iraquí, Tareq al Hashemi, acusado de vinculaciones con grupos terroristas. Al Hashemi es representante de la comunidad sunita, con una fuerte influencia política en la región autónoma del Kurdistan, donde decidió refugiarse tras el anuncio de su pedido de detención.
El primer ministro, Nuri al Maliki, instó a las autoridades de esa región a entregar de inmediato al vicepresidente, quien en la última semana dio instrucciones a su partido, Al Iraqiya, para boicotear las reuniones de gobierno del cual es parte. Al Hashemi, es uno de los líderes del Movimiento Nacional Iraquí, surgido a partir de la unión entre diferentes grupos sunitas y chiitas con el objetivo de generar un estado laico y liberal. Con este intento de detención, se estaría minando el frágil equilibrio logrado entre las dos expresiones religiosas, y se trataría este, del motivo que desencadenó la serie de atentados en los barrios de Halawi, Bab Al-Muatham y Karrada, en el centro de Bagdad, los barrios de Adhamiyah, Shuala y Shaab (norte), Jadriyah (este), Ghazaliyah (oeste), así como en Al Amil y Al-Doura (sur).
El primer ministro, chiita, busca entonces desplazar a sus ex aliados sunitas del poder, justo dos días después de que EEUU declarara que “el sueño de un Irak independiente y soberano es ahora una realidad”. El secretario de defensa norteamericano, Leon Panetta, ya había advertido acerca de las divisiones internas en el país. “Irak será puesto a prueba en días venideros por el terrorismo, por quienes busca la división, por problemas económicos y sociales, por la demanda de la democracia misma” sostuvo Panetta al recibir los soldados estadounidenses en su regreso definitivo. “Continúan los desafíos pero Estados Unidos estará allí para respaldar al pueblo iraquí mientras navegan por esos desafíos para construir una nación más fuerte y más próspera”, aseguró.