Por Alan Szalai*
Durante los últimos días de la semana pasada, trascendió extraoficialmente el número de ingresantes a Carrera del Investigador Científico de CONICET para el año que viene: serían 385, menos de la mitad de los ingresantes de 2016. Quedarán en la calle alrededor de 400 investigadores con dictamen favorable, por falta de presupuesto. Desde los gremios y organizaciones políticas se realizarán movilizaciones la próxima semana para exigir que se frene el ajuste y se incorpore a todos los recomendados al organismo.
Luego de haberse aprobado el Presupuesto Nacional en la Cámara de Senadores que, con votos de Cambiemos, el PJ, el FR y la mayor parte del FPV, marcó más de un 30% de ajuste en Ciencia y Tecnología (CyT), se dio a conocer la primer consecuencia del recorte hacia el sector científico: en 2017 ingresarían a la Carrera del Investigador Científico de CONICET (CIC) solamente 385 personas, un 60% menos que el año pasado y el valor más bajo registrado en más de 10 años. Esta cifra todavía no fue confirmada de manera oficial, pero aún siendo levemente superior, seguirá representando un brutal recorte frente a los más de 900 ingresantes del 2016. De esta forma, los compañeros del sector empezamos a sentir en carne propia el plan que tiene el macrismo para nosotras/os: lejos de las promesas electorales de llevar el presupuesto en CyT al 1,5% del PBI, se está avanzando en la desinversión de los proyectos de investigación pública y la pérdida de puestos de trabajo, reflejando un total desinterés en cualquier tipo de desarrollo autónomo que no esté ligado a engrosar los bolsillos de las empresas trasnacionales.
El sistema de CyT viene acusando un descenso en la inversión en los últimos dos años. Analizando el recorte presupuestario en el sector científico y tecnológico para 2017, la situación que se avecina es alarmante: nos encontramos frente a un achicamiento del sistema y una inevitable fuga de cerebros, en tanto el recorte de ingresos a CIC generará que muchas de las y los investigadores jóvenes expulsados de CONICET deban seguir su trabajo científico en países donde se valore su labor altamente calificado. Es difícil comprender el beneficio de esta medida, dado que no solamente se están perdiendo puestos de trabajo, sino que se trata de recursos formados por el Estado durante muchísimos años con una elevada capacidad para producir y generar conocimiento que aporte al desarrollo del país. Parece ser que la política oficial es la declarada por el Ministro Lino Barañao (perteneciente al MinCyT, creado por el kirchnerismo, y devenido ferviente macrista): los investigadores jóvenes están demasiado cómodos en el país, y debe fomentarse que se vayan a trabajar al exterior o que pongan su trabajo al servicio de las empresas. Estos dichos, arrojados en un contexto de un ajuste presupuestario, no pueden significar algo distinto a fomentar la expulsión de trabajadores y trabajadoras científicas, y generaron el repudio de gran parte de la comunidad científica.
¿Por qué hablamos de despidos?
El número de ingresantes fue dado a conocer en los medios por integrantes del directorio de CONICET. En la última reunión entre autoridades de CONICET y miembros de las organizaciones gremiales, los funcionarios afirmaron que para los ingresos de 2017 ya estaban realizadas las evaluaciones, y que cerca de 800 postulantes tenían dictamen favorable: es decir, juntas evaluadoras compuestas por pares estudiaron las postulaciones y avalaron a ese número de candidatos de manera favorable para el ingreso a CONICET. Al haber presupuesto para solo 385 ingresos, nos encontramos frente a una situación en la que cerca de 400 candidatos que recibieron una evaluación favorable se están quedando en la calle, con el único argumento de que la plata no alcanza. Estos compañeros y compañeras llevan un mínimo de 7 años trabajando para el sistema científico nacional en forma precarizada: trabajan con becas doctorales y posdoctorales, motivo por el cual no son considerados trabajadores y no cuentan con derechos laborales básicos (como aportes jubilatorios o aguinaldo, entre otros).
Es justamente por esta condición precaria de trabajo (que abarca a cerca de 10.000 compañeros/as en CONICET) que el organismo les puede cerrar las puertas de un día para el otro sin siquiera dar un resarcimiento o justificativo. Por estos motivos, entendemos que a cientos de compañeros y compañeras se los está despidiendo de manera injustificada, y que esta situación debe ser denunciada de manera urgente, con protestas en la calle y difusión en los medios de comunicación, exigiendo su ingreso a CONICET. Al igual que ha sucedido en otras dependencias estatales, la precarización laboral promovida durante el gobierno kirchnerista le ha facilitado la tarea al macrismo a la hora de deshacerse de los/as trabajadores/as precarizados/as.
Los derechos y las victorias se lograron con movilización
A lo largo del 2016, el plan de ajuste del macrismo se fue vislumbrando con la situación de los ingresantes a CIC y CPA (Personal de Apoyo) del corriente año. Estando al mes de diciembre, aún no han terminado de ingresar todas las personas aprobadas, cuando normalmente antes de mitad de año la totalidad de los cargos venían siendo tomados. Esto provocó reiteradas movilizaciones a lo largo del año impulsadas por JCP (Jóvenes Científicxs Precarizadxs, el colectivo gremial de los becarios de CyT que desde 2005 viene reclamando el reconocimiento como trabajadores) y ATE, con la activa participación de los directamente afectados, ante las cuales CONICET debió ir cediendo, ir aprobando ingresos y brindando la información de quiénes ingresarían en cada tanda. Las demoras en los ingresos se debieron, por un lado a requisitos inauditos y de dudosa legalidad (en tanto no figuraban en los requisitos de la convocatoria original) impuestos por el Ministerio de Modernización, y por otro lado a demoras en los pagos de las cuotas que debía recibir CONICET según el presupuesto 2016. Ambas circunstancias marcaron el terreno para el ajuste que vendría de la mano del presupuesto 2017.
A su vez, cuando finalmente se discutió el Presupuesto en la Cámara de Diputados, la comunidad científica entera se movilizó masivamente al Congreso para repudiar el ajuste del sector, y fue así que se logró un incremento (insuficiente) de 1250 millones de pesos. Para tener una idea de la visión del macrismo hacia el sistema de CyT, desde CONICET han afirmado que con el proyecto original presentado por el Ejecutivo, sin el aumento que se logró con la movilización, ni siquiera se hubiesen producido ingresos a CIC en 2017.
Esto demuestra que el estado de movilización debe continuar, de la misma manera que se sostuvo durante el gobierno anterior y permitió obtener algunos derechos para las y los investigadores en formación. Es mediante la organización que se puede llevar el reclamo al resto de la sociedad y al gobierno nacional, quien es le principal responsable del ajuste en CyT. Desde JCP y probablemente otras organizaciones, se convoca a una acción para el 14 o 15 de diciembre en CONICET (Godoy Cruz 2390) donde el directorio estará reunido y planea dar oficialmente las cifras de ingresos. Será determinante la masividad durante la jornada, para exigir a CONICET que dé marcha atrás en la decisión de ajustar y exija al gobierno nacional los fondos necesarios para que no haya ningún despido e ingresen todas y todos las recomendadas. Como en toda movilización, también se incluirá el reclamo por el aguinaldo negado, y en este caso también por el bono de fin de año que resulta tan necesario en este 2016 de vacas flacas. Nuestro reclamo, lejos de ser corporativo, debe unificarse en la calle junto al del resto de los sectores populares del país, dado que las y los trabajadores somos a las claras los principales perjudicados de este brutal ajuste.
* Militante de Colectivo Desde el Pie en COB La Brecha y Jóvenes Científicxs Precarizadxs