Por Nadia Fink y Laura Salomé Canteros / Fotos: Gala Abramovich
Con la declaración de Alika Kinan, durante 4 horas y por seguridad, sin público y sin la presencia de él y las imputadas, comenzó en Ushuaia el juicio contra sus proxenetas. De sobreviviente a querellante, el apoyo a su lucha también se hizo sentir desde Buenos Aires.
Entre cientas de adhesiones y decenas de personas que ingresaron a los Tribunales Federales de Tierra del Fuego para acompañar a Alika Kinan, comenzó en Ushuaia el juicio oral y público contra Pedro Montoya, Ivana García y Lucy Alberca Campos, acusadxs del delito de “trata de personas con fines de explotación sexual cometido mediante el abuso de la situación de vulnerabilidad de las víctimas, en razón de ser siete la cantidad de víctimas, y por ser tres los imputados que actuaron de manera organizada”.
La que sería la única jornada pública del juicio oral comenzó con la lectura del requerimiento fiscal de elevación a juicio en un recinto colmado para luego, cerca de las 2 de la tarde, pausar en un cuarto intermedio donde el Tribunal debió evaluar los planteos de la defensa y de la fiscalía de incorporación de nuevas pruebas testimoniales.
Los magistrados -integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tierra del Fuego, Ana María D’Alessio, Luis Alberto Giménez y Enrique Jorge Guanziroli-, decidieron, además, por recomendación de psicólogas de la Oficina de Rescate y Acompañamiento a Personas Damnificadas por el delito de Trata, que Alika Kinan declarara como testigo y en qué condiciones.
Así fue que, desde las 17, Alika declaró por 4 horas, en una sesión privada, sin la presencia del público que debió desalojar la sala ni de los tres imputados que se negaron a declarar, en el caso de Montoya y García, y presentaron un escrito, en el caso de Campos, que fue rechazado por el Tribunal. La decisión sobre Alika fue fundamental, sobre todo, por la presencia de familiares y amigxs de lxs imputadxs que la hostigaron con insultos y carteles.
Las amenazas a Alika, “una manera de erosionar su estado anímico”
El delito de trata de personas, por su extrema complejidad y alto grado de complicidad entre los poderes, es uno de los más difíciles de demostrar y uno de los que menos condenas tiene. Llegar a este juicio, para ella, para las sobrevivientes que la acompañan y todas las mujeres, representa una lucha por los Derechos Humanos.
En esto, Alika Kinan es representada por Marcela Rodríguez, abogada feminista y coordinadora del “Programa de Asesoramiento y Patrocinio para Víctimas del Delito de Trata de Personas”, que depende de la Defensoría General de la Nación, y en el juicio (histórico por ser una sobreviviente de trata una de las querellantes), también interviene el titular de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), Marcelo Colombo.
Sobre la investigación, realizada durante la etapa de Instrucción, Adrián García Lois, fiscal general del distrito, integrante del Ministerio Público Fiscal (MPF), afirmó, en declaraciones a la agencia de noticias Télam, que las pruebas que llevaron a los imputados a juicio son importantes y que fueron relevadas tras “intervenciones telefónicas, filmaciones y fotografías”, para “determinar la titularidad de los locales, las habilitaciones municipales, con qué fines funcionada ese lugar (por “Sheik”), un asidero que llevó muchísimos meses hasta que finalmente se decide realizar el allanamiento”.
Y agregó, sobre la declaración de Alika, “ha denunciado amenazas pero además ha sufrido una intromisión con filmaciones clandestinas” y “eso no podemos dejar de vincularlo a esta declaración” ya que interpretó, “es una manera de erosionar su estado anímico”. Y confirmó que se evalúa su ingreso al “Programa de Protección de Testigos”.
“Alika interpela a todo el sistema prostituyente”
Alika no está sola. Así dice el hashtag que puebla las redes sociales. Así dicen las compañeras, abogada, familiares, amigas, mujeres sueltas que se convocaron en Tierra del Fuego para apoyarla en el inicio del juicio contra sus proxenetas y contra el Estado municipal. Alika no está sola dicen, también, las ciento de mujeres que dijeron presente en la puerta de la Casa de Tierra del Fuego con bombos, carteles, fotos de víctimas de trata, de mujeres aún desaparecidas, con una radio que daba cuenta del apoyo en la Ciudad de Buenos Aires, pero que también traía noticias constantes de lo que sucedía allá, bien al sur.
Y así como la solidaridad y el abrazo de muchos brazos para Alika fueron parte de todas las voces, también la firmeza abolicionista se hizo escuchar. Porque es una bandera que tomó Alika desde que fue rescatada (“Cuando están penetrando tu cuerpo no te podés sentir empoderada”, la escuchamos decir más de una vez) y porque, como afirmó Marcela, de la Campaña Abolicionista: “Alika interpela a todo el sistema prostituyente”.
En ese sentido, afirmó: “Ella dice: ‘yo fui captada por redes de trata, para ser cosificada y consumida por clientes prostituyentes que me tuvieron encerrada en prostíbulos y que fueron protegidos por el Estado. Ni más ni menos, está mostrando toda la cadena del sistema prostituyente y también está mostrando a la sociedad, porque está diciendo que ‘esos prostíbulos están a la vista de todo el mundo y a mí me consumían varones a la vista y conformidad de toda la comunidad de tierra del fuego’”. “Eso es lo que tenemos que rescatar de Alika: por eso ella es un antes y un después”, cerró Marcela.
Margarita, parte de Madres Víctimas de Trata y mamá de Susy, asesinada en situación de trata y prostitución, agregó: “Creemos que es muy importante que por primera vez una víctima sea querellante”. “Me hubiese gustado estar allá, saber quiénes son los abogados porque el Estado no tiene abogados para las víctimas…”, remató, entre el reclamo y la tristeza.
Alika viene dando una dura pelea, poniendo el cuerpo, como sabe hacer esta joven mujer apasionada y tozuda; amorosa y guerrera. Le pone el cuerpo a su maternidad numerosa, que lleva como otra bandera de su ser mujer y de su reconstruirse. Por eso las amenazas a ella y a su familia son otra manera de decirle que no le van a perdonar que sea ella quien los señala y pide condena. Y por eso le sigue poniendo el cuerpo a resistir y a mostrar que se puede ser con alegría, y en compañía.
Otra de las voces que dijeron presente fue la de Graciela Collantes, referente en la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH), quien fue también una víctima de explotación sexual. La organización a la que pertenece viene denunciando desde hace 20 años (1995) la complicidad policial, de la justicia y las redes de trata. “Muchas fuimos víctimas, pero no tuvimos la oportunidad de denunciar: yo creo que hoy es un gran día para todas las que venimos peleando durante años contra la explotación sexual, es un gran día para acompañar a Alika Kinan y a su familia, nos sentimos representadas, de alguna manera nos está llegando justicia para todas las que no tuvimos oportunidad”, afirmó. Y agregó: “Tenemos que seguir acompañando y no sacarle la mirada de encima a la justicia”.
Juliana es delegada de ATE Promoción Social, y sumó su punto de vista como trabajadora del Estado: “Sabemos que las políticas que ofrece el Estado a las mujeres que son víctimas de la explotación sexual y de otro tipo de violencias son vacías; son políticas inexistentes… por eso ponemos nuestra voz en la calle para salir a reclamar por las políticas públicas y por el desmantelamiento de las redes de trata”.
Uno de los testimonios fue el de Gabriela, quien se declaró “pastora pentecostal, abortera, feminista y abolicionista”. En un momento donde la Iglesia Católica intenta volver al escenario de discusión política desde el suntuoso Vaticano, Gabriela recuerda los alcances de su fe: “Y digo así porque me siento parte de una religión donde figura el Jesús histórico, tomamos como figura a la María subversiva, donde también está María Magdalena. Decimos que tenemos que seguir haciendo crecer estos gestos de solidaridad, de fraternidad, pero sobre todas las cosas, estos signos presentes de amor. Que tiene que ver con ese amor que hoy y acá manifestamos a Alika. Con ese amor allá, que también está representada en su abogada, en las compañeras que están acompañándola”. Pero su postura es clara respecto de algunas miradas: “También porque bajo ningún punto de vista aceptaremos jamás para nuestros niños, niñas, mujeres, travestis, que el destino sea la prostitución. Y por sobre todas las cosas, jamás aceptaremos que se reconozca como trabajo, porque creemos en la vida digna, y eso tiene que ver con justicia social, con políticas públicas”.
Estela Díaz, de la CTA, trajo una palabra fundamental para pensar en Alika: “valentía”. “Este juicio que se inicia va a sentar un precedente importantísimo y su enorme valentía es la que ha hecho posible que estemos hoy en este punto, enjuiciando además al Estado como responsable de la trata de mujeres y la explotación”, afirmó. En una actualidad de mujeres movilizadas en forma numerosísima rescató que se hable de construir “no más violencia discutiendo la raíz de las discriminaciones contra las mujeres; y la raíz es el patriarcado, la profunda desigualdad social histórica de clase, y no puede haber autonomía y libertad mercantilizando y utilizando el cuerpo de las mujeres como mercancía. La auténtica autonomía y libertad es la del amor, de la felicidad, de la construcción de nuestros proyectos, que son personales pero que los vamos a hacer colectivamente”.
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