Por Sebastián De Mitri*
Este martes 25 de Octubre se llevará adelante una Marcha Federal convocada por distintas organizaciones estudiantiles que durante la anterior semana participaron activamente en varias de las tomas de colegios que se realizaron en zona Sur.
El movimiento estudiantil está de pie. Resiste frente a la avanzada de la mercantilización de la enseñanza pública y profundiza sus métodos de lucha, volviendo a hacer propio lo que cotidianamente se le usurpa: la escuela y el sentido público de la misma.
La instancia de toma de una escuela es un paso gigante en la lucha de las y los estudiantes como forma de visibilizar no sólo sus reclamos históricos o coyunturales, sino también de hacer un llamado de atención a los CEOs de la educación, demostrando que existe una fuerza que se organiza por abajo y que no está dispuesta a aceptar proyectos de laboratorio que se le cuelen a las escuelas por la ventana y sin pedir permiso.
Marcha entrevisto a Luciana Gentinetta (ex estudiante del ENAM de Banfield) y Sofía Montenegro (presidenta del Centro de Estudiantes de la ENAM), quienes participaron en la toma de su colegio y nos contaron cómo se organizó y desarrolló la toma, también cuál fue su saldo.
¿Cómo fue el proceso de discusión que atravesó la comunidad estudiantil-docente para decidir la toma de la ENAM?
Sofía: Cuando desde la comisión directiva nos enteramos del Operativo Aprender comenzamos a informarnos y a investigar un poco sobre todo esto. Nos juntamos durante dos semanas con otros centros de estudiantes de colegios de la zona y decidimos que el ENAM, (al ser el colegio foco), tenía que ser la punta de la lanza, ya que si hacíamos una medida tan grande como una toma muchos colegios se sumarían a tomar medidas en contra del operativo. En estas dos semanas nos juntamos con docentes y ex estudiantes, contamos con su apoyo, pero al mismo tiempo algunos creían que era una medida extrema y podía salir mal.
Luciana: A pesar de no estar del todo convencidos de la medida en principio, las y los compañeros supieron argumentar el porqué de la toma tanto con las y los ex estudiantes, como con docentes. Otras medidas llevaban a ser consideradas en el porcentaje de ausentismo del Aprender 2016 y no conducían a frenar el examen. Finalmente la toma del ENAM se decidió por mayoría en una asamblea extraordinaria, contando con el apoyo de la inspectora de la escuela, previo aviso a toda la comunidad educativa.
¿Cuál fue su eje y forma de comunicar para intentar que el barrio y el resto de la comunidad educativa no mire con malos ojos la toma, sino que se sume en defensa de la educación pública dado el ajuste que vive?
L: La difusión dentro y fuera del colegio estuvo centralizada por la comisión de difusión. Quienes participamos allí nos encargamos de contactar a la prensa, de redactar los comunicados diarios y difundir las actividades dentro de la institución. Absolutamente toda la comunidad educativa (en contra o no de la medida y del Operativo), estuvo invitada a acercarse y debatir. A pesar de ello, nadie (de todas las y los que desprestigiaron esta lucha desde la comodidad de sus casas) se asomó por la puerta de la escuela para conversar. Los medios hegemónicos quisieron instalar que sólo queríamos perder clase y que nuestros docentes eran vagos. Para nosotros y nosotras el objetivo estaba cumplido: frenar el Operativo e instalar el tema en todos los medios de comunicación.
Se organizaron por comisiones específicas para garantizar que nada de lo que implica hacer una toma de colegio se les escape. ¿Cómo fue su desenvolvimiento, cuáles fueron los ejes a discutir y las propuestas que salieron de esa instancia?
L: Respecto de las comisiones de trabajo, fue una organización estratégica que planteó la comisión directiva del CEENSAM (centro de estudiantes) desde un principio. El ENAM es muy grande y las y los compas sabían muy bien la responsabilidad que estaban asumiendo. Su organización durante la toma fue excelente: durante las noches la comisión de seguridad se relevaba para verificar que en ningún sector hubiese problemas, en tal caso serían discutidos con los padres, madres y docentes presentes. Todos los días hubo actividades pautadas desde muy temprano a la mañana cuando desayunabamos entre 150 y 270 personas en el gimnasio. Por la noche antes de comer repasábamos las normas de convivencia y debatíamos sobre el Aprender 2016.
Los ejes de discusión partían de las instancias de asamblea. Desde un principio toda la comunidad tuvo las puertas abiertas para debatir y construir respuestas entre todos y todas, y así fue: sea quien sea, participando de la toma, todas y todos estaban en condiciones de argumentar por qué estaban haciendo lo que hacían.
También hay que decir que nos acusaron de antidemocráticos y criticaron la medida de fuerza (corriéndose de lo importante que era la causa), pero lo que no hicieron fue acercarse, participar y argumentar posturas con criterio, como sí lo hicieron las y los estudiantes.
Aunque se esmeren profundamente para desviar la corriente del problema, ni Macri ni Bullrich pueden esquivarle el bulto a semejante repudio frente al Operativo Aprender. En 6 de los 21 distritos escolares de la CABA, el rechazo a las evaluaciones impuestas rondó entre el 50 y el 90%. En algunos casos las y los docentes se opusieron llevando carteles con la consigna “Nosotrxs enseñamos, nosotrxs evaluamos”, en otros, las y los estudiantes rompieron las evaluaciones y denunciaron que las mismas no eran anónimas dado que cada una tenía un número asociado al lugar de la lista que ocupaba cada estudiante. Es claro que el gobierno no se hará cargo frente al llamado de atención que está haciendo la comunidad educativa; en ese sentido, ¿existe una lectura y postura de conjunto de las y los docentes frente al cómo seguir luego de haber finalizado la toma más allá de la Marcha Federal del próximo martes 25?
L: Como desde el principio, este gobierno dice y se desdice todo el tiempo jugando cínicamente con todas las y los argentinos frente a cada política llevada a cabo. Constatamos que los exámenes no eran anónimos, pero en la página del Ministerio de Educación decía algo diferente. Dicen querer tener una radiografía de la educación pero prejuzgan que a las escuelas públicas les va a ir mal, dicen querer profundizar la educación con datos fehacientes invirtiendo 150 millones de pesos en el examen pero subejecutan el presupuesto en el resto de las áreas votado en el Congreso el año pasado. Nuestro ministro debería enterarse que los problemas en educación no son sólo de evaluación: son de infraestructura, salario, de contención para nuestros pibes, pero pareciera no importar.
La postura de conjunto con las y los docentes es que la lucha por la educación pública debe mantenerse y que el debate debe ser dado en las aulas y el resto de los espacios educativos. Frente a un blindaje mediático importante y un Estado que no se responsabiliza de sus políticas de ajuste y busca culpas afuera, es necesario informarnos y generar conciencia, estudiar y poder ser críticos más allá de lo que vemos en televisión. Después de años, la Coordinadora Independiente de Centros de Estudiante de Zona Sur se ha conformado y ese es el mayor ejemplo de que esta lucha continúa.
¿Qué mensaje quieren dejar para las y los estudiantes que vienen sufriendo la avanzada de la derecha sobre el derecho de aprender dignamente bajo el ala de la gestión estatal y pública?
No bajar los brazos es el mensaje más sincero que podemos dar ahora. No creímos llegar tan lejos y lo logramos porque estamos juntos y organizados. Acá hay pibes que quieren estudiar, formarse dignamente y que el pueblo tenga esa misma posibilidad. No vamos a dejar que pisoteen nuestros derechos y hagan de nuestra educación una mercancía. Esta generación es de lucha y está más consciente que nunca.
*Militante del Frente Popular Darío Santillán y Agite Rebelión.