Por Mauricio Polchi / @Maurielbueno
Victoria Freire, militante feminista y delegada de la Junta Interna de ATE en el Ministerio de Trabajo, reflexiona sobre el paro nacional de las mujeres ante el pacto del gobierno y la CGT.
– ¿Cómo evalúas el Paro Nacional de Mujeres?
– Obviamente fue un evento de magnitud que puso sobre el tapete las formas de violencias contra las mujeres con una serie de consignas como “Ni Una Menos” o “Vivas Las Queremos”. Pero fue una jornada de protesta que también habilitó a pensar otras cosas respecto a cuál es la situación de las mujeres, las trans y las travestis en nuestra sociedad. Y fue un paro también, de una hora, 13hs a 14hs. Y fue novedoso porque fue convocado por el movimiento de mujeres y feministas sin contar con el acuerdo de ninguna cúpula sindical.
– ¿Qué mensaje plantea el paro como medida de fuerza?
– Es cierto que se dio en un marco donde los sindicalistas están discutiendo si parar o no. Coincido con el título de la periodista Luciana Peker que puso en una nota “mientras los gordos de la CGT toman el té, nosotras tomamos las calles”. Fue literalmente eso. Nosotras convocamos y participamos de un paro que logró una gran adhesión en las bases organizadas de cada ámbito laboral. Y hubo acciones, se hicieron asambleas, cortes, ruidazos, manifestaciones. Y además, con esta iniciativa de que debíamos estar vestidas de negro, durante esa hora en el día confluimos todas juntas.
– ¿Se da en un contexto adverso para las trabajadoras en relación a los hombres?
– El rol de la mujer trabajadora es muy complejo, nosotras tenemos una brecha salarial por debajo de nuestros compañeros varones, somos las que más afectadas estamos por el desempleo y muchas veces somos las que padecemos los empleos más precarios. Además nos hacemos cargo de nuestros hijos, de las tareas domesticas. Los índices señalan que el 76 por ciento de las mujeres realizan los cuidados en una casa, y encima esos son esfuerzos que no son remunerados. Es decir, hay muchas cosas que pensar sobre las mujeres en el ámbito del trabajo.
– ¿Y en el ámbito sindical?
– Nosotras vemos que en las instancias gremiales hay muy poca participación porque no somos delgadas generales, no somos delegadas adjuntas, al punto que en la última mesa de la CGT (Confederación General del Trabajo), de un total de 37 cargos para cubrir en el secretariado nacional de la central obrera sólo dos fueron ocupados por mujeres. Hay un problema con la representatividad. Justamente en este contexto se está discutiendo la paridad, porque mientras no haya mujeres en los lugares de conducción muy difícilmente nuestras demandas puedan ser escuchadas.