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    Sin categoría

    Una de Kafka en Saladillo

    15 abril, 20135 Mins Read
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    Una de Kafka en Saladillo

    Por Ramón Raggio. En la llanura pampeana todavía existen los milagros. Donde hay 8, la bonaerense encuentra 18 plantas de marihuana. La historia de Fernando: cuando la Justicia se cuelga, manda las causas a laberintos y te deja más de 60 días detenido en Magdalena.

    Todo empezó por el qué dirán. Una diferencia mal saldada sobre rumores y versiones. Por cogollos que faltaban de una planta que daba a una medianera en común, Fernando encaró a su vecino, efectivo del Servicio Penitenciario Federal, para aclarar los tantos.

    Dos años después de esa secuencia, cuando pensó que era una historia del pasado, las diferencias volvieron a la luz como amenaza. Pasaron días hasta que un “anónimo” lo denunció por sus plantas a la policía.

    Cuando volvío de su laburo como albañil, ese 7 de febrero, los reconoció a lo lejos. Efectivos de la bonaerense lo esperaban con orden de allanamiento, librada por el juez Jorge Mateos, titular del Juzgado de Garantías 6 de La Plata.

    Fernando Colombini – El Colo- accedió a abrir la puerta y a que revisen su casa.

    Su militancia cannábica lo puso en conocimiento de los protocolos. Al momento en que los efectivos dieron con las 8 plantas en el fondo de su casa, pidió la presencia de un fiscal. “Querían cortarme las plantas directamente, sin filmación, sin fotos”. No bastó la precaución. Además de un celular en desuso de su madre, y una bolsa con hojas de las plantas –que no tienen THC-, los bonaerenses hicieron magia: en las actas aparecieron 10 plantas más.

    “Más allá de que sean 8 o 18 plantas no había elementos que hicieran presumir comercialización. No hay filmación, no hay balanzas, ni fotos, ni nada, solamente la declaración del investigador policial que dice que por la noche había gente que iba a la casa de Colombini, algo bastante particular”, cuenta indignado el abogado defensor Pérez Guedes.

    Es que el Juez de la Provincia, y la Cámara de Garantías, no hacen ese razonamiento. Al Colo se lo acusó de sembrar cannabis “para producir estupefacientes”, es decir, comercializarlo.Y para ello solo bastaron los dichos fundados en la presencia policial en el operativo, nada más.

    Olor a viejo en Tribunales

    El Colo sabe que el artículo 19 de la Constitución Nacional lo protege. Entiende que sus actos privados, esos que no ofenden ni perjudican a terceros -como fumar cannabis que cultiva en su casa-, son ajenos a la incumbencia de magistrados, y por consecuencia del Estado.

    Por ese artículo es que la Corte Suprema de la Nación, y algunos juzgados federales, han desestimado denuncias similares considerándolas inconstitucionales a la luz de la jurisprudencia. Como el caso Arriola, quien fue excarcelado aún con 56 plantas que tenían fines de consumo personal.

    Pero para el magistrado Mateos eso no importó y puso la firma. Con ella comenzó un periplo plagado de irregularidades.

    Primero el Colo fue detenido y trasladado a la Comisaría de Saladillo, localidad en la que reside junto a su hija de 8 años y su pareja.

    Una vez allí el fiscal Alberto Espartaco Sarramone, quien participó del operativo, pidió la prisión efectiva y el Juez accedió. Esto significó un pasaje de ida a la Alcaidía de Magdalena -institución carcelaria de máxima seguridad-, lugar donde aún sigue alojado.

    La odisea recién comenzaba.

    Perderse por colgado en la ciudad de las diagonales

    Por la gravedad del delito con el que acusan al Colo, la causa debería corresponder a la Justicia Federal, no a un Juzgado de Garantías. Primer irregularidad, por ello Mateos se declaró incompetente, después de haber actuado.

    En lugar de que la causa fuera a la Justicia Federal de Azul –juzgado que tiene competencia sobre Saladillo-, Mateos la derivó a la Justicia Federal de La Plata.

    Por el Colo se presentó un hábeas corpus ante ese magistrado, patrocinado por la diputada Rachid y por la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Azul. Segunda irregularidad. La Cámara de Apelaciones y Garantías de La Plata, con la firma de los jueces Raúl Dalto y Silvia Oyhamburu, no sólo rechazó la presentación, sino que también, recién después de eso, se declaró incompetente.

    Es por eso que el defensor Pérez Guedes colgó el título de abogado por 20 días y se dedicó a hacer ejercicio en los pasillos de tribunales. Durante ese tiempo estuvo el expediente dando vueltas en La Plata, “hasta que llegó al Juzgado de Azul el viernes de la semana pasada”, después de que todas las distintas secretarías de los juzgados federales platenses se declararan incompetentes. “Ese mismo día el Juzgado Federal de Azul dice que la causa no es Federal, se declara incompetente y vuelve a la Justicia Provincial en La Plata”.

    Sobre él se ha invertido la carga de la prueba. Su defensa está evaluando presentar pronto un pedido de excarcelación extraordinario. La Agrupación de Activistas Cannábicos de Argentina se movilizó a la Casa de la Provincia de Buenos Aires, en Capital Federal, donde se entregó una carta reclamando su excarcelación.

    Al día de hoy el Colo sigue encerrado. Nadie podrá devolverle el tiempo que lleva encerrado, como tampoco nadie probablemente lo resarcirá por el mal viaje que le están haciendo pasar.

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