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    Cambiar la narrativa en función de la cultura y el destinatario

    12 abril, 20135 Mins Read
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    Cambiar la narrativa en función de la cultura y el destinatario

    Por Matías L. Marra. Continuamos la publicación de la entrevista exclusiva que Marcha realizó al director boliviano Jorge Sanjinés. En esta parte, reflexiona sobre cómo considera que los nuevos cineastas deben hacer cine para que esa narración sea acorde a sus tiempos, al hoy.

    – El Grupo Ukamau desarrolla una escritura fílmica en relación a lo que había que hacer sobre el contexto: dignificar a los pueblos originarios, denunciar los ultrajes colonialistas. ¿Usted cree que hoy en Bolivia se está dando una forma de crear, a nivel narrativo, en relación al contexto?

    Yo tengo una duda respecto a lo que los jóvenes cineastas en Bolivia puedan hacer. Creo que algunos están bien orientados y están mirando a su país. Y en la medida en que esa mirada sea profunda, van a elaborar un lenguaje coherente con la realidad boliviana, como ha pasado en el Grupo Ukamau, que ha cambiado la narrativa en función de la cultura y el destinatario.

    Pero para eso hay que vencer varios procesos. Primero, en el caso de los cineastas, hay varios jóvenes indígenas que han empezado a hacer documentales a través de centros de formación audiovisual, hay que esperar que puedan aparecer películas propias de ellos, con la visión de ellos.

    Es difícil, es complicado. Porque para un joven indígena la música, por ejemplo, es normal. Desde niño está vinculado a la música. Ha ido a las fiestas con sus padres, padres que todos tocan quena, charango, o bailan todo el tiempo en las fiestas. El niño convive con la música, y es un medio natural. Y por lo tanto muy tempranamente empieza a hacer música.

    Pero la mayor parte de los indios, no ha ido al cine. El cine es un medio no habitual, no normal. No está incorporado en su imaginario colectivo. Es decir, ese es un proceso que puede tomar mucho tiempo. Yo recuerdo los chinos hace años. Vi una película china en Francia, me acuerdo. Se veía una casa, se abría la puerta, salía un hombre y lo seguía un perro. Entonces el relato decía “hombre sale de casa con perro que lo sigue” (risas). ¡No habían comprendido qué era el cine! Estamos viendo eso, no tienen que decirlo, es absurdo. Sin embargo hoy en día tienen un tremendo cine, ya lo han incorporado. Porque el cine en la China tampoco estaba incorporado en el imaginario creativo del pueblo chino. Estaban manejando un instrumento totalmente ajeno. Y esto puede pasar también en el mundo indígena.

    Pero también hay que vencer los prejuicios. Por ejemplo aquí, en un país como la Argentina, que han borrado del mapa a los indios, con Roca. Pero quedan todavía indios. Han participado en la marcha de ayer [por la marcha del 24 de marzo] un grupo de mujeres indígenas, reclamando por sus derechos, territorios. Es una lástima que Argentina borró del mapa a los indios, por el valor que tiene la cultura de los indios y lo que los indios han dado al mundo. Todos los latinoamericanos deberíamos tener una formación al respecto. No sabemos nada. No se nos enseña nada. Sin embargo, para darte unas ideas. Tres quintas partes de los alimentos del mundo, de lo que se siembra y se cosecha, han sido cultivados por los indios. De lo que hoy día come la humanidad, tres quintas partes se lo deben a los indios.
    En la medicina, por ejemplo, sentaron las bases de la medicina moderna en la humanidad. Cuando los europeos, que se creían los más inteligentes (salvajes), llegaron al continente, la medicina europea era en base a la alquimia, la brujería y la sanguijuela. Mientras que en el Perú y en México, la medicina estaba muy avanzada. En el Perú se hacían trepanaciones [agujerear el cráneo para curar enfermedades cerebrales]. Hay restos humanos de la época incaica de personas que habían sobrevivido a cinco trepanaciones. Eso los europeos no lo conocían, no se podían abrir el cerebro. No tenían cómo hacerlo. Los indios tenían jeringas de goma, manguerillas de goma para las operaciones. Usaban zapatos con suela de goma. ¿¡Quién sabe eso?! Siempre a los indios se los considera los más atrasados, los más ignorantes, los más salvajes. Es la imagen que nos ha creado el cine norteamericano. [Pero] eran mucho más civilizados que los europeos.

    Cuando ellos llegan a México, a Tenochtitlán, y a Cuzco [Perú], habían avenidas pavimentadas, con jardines. Y muchas casas tenían agua potable. Los europeos salían en el siglo XVI, en París y en Londres, a hacer sus necesidades en la puerta de su casa.

    Y aparte de eso, los indios tenían un conocimiento de alrededor de entre cinco y seis mil plantas, para curar todas las enfermedades que conocían ellos. Menos las que trajeron los españoles, que fueron las que diezmaron: la viruela, el sarampión, la influenza. Mataron al 60% de la población.

    [En cuanto a tecnología], tenían avances muy grandes, en cuanto a sistemas de hidráulica, de riego. Una agricultura muy sofisticada, muy avanzada: eran los más grandes agricultores que produjo la humanidad. Ellos tenían mucho desarrollo en el terreno de la agricultura, y una tecnología muy avanzada para eso. Por ejemplo, ellos conocían el alquitrán, con que impermeabilizaban sus techos con pavimento. 

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