Por Lucio Garriga Olmo / @lucio_garrigao
Impulsada por el gobierno de Temer, avanza en el Congreso brasileño una reforma que congelará el presupuesto en salud y educación por los próximos 20 años. Fuertes críticas de organizaciones populares y gran apoyo de los grupos económicos y el FMI.
El gobierno brasileño -no electo- de Michel Temer sigue avanzando con medidas antipopulares. Por iniciativa suya, la Cámara de Diputados aprobó este lunes, en primera instancia, congelar el gasto público por los próximos 20 años. El proyecto crea un techo en el aumento presupuestario en salud y educación de acuerdo a la inflación del período anterior, modificando lo dispuesto por la Constitución de 1998. También establece que cualquier revisión sobre el mismo sólo la podrá realizar el presidente después de diez años de haber entrado en vigor.
La iniciativa significa la primera gran victoria política de Temer al conseguir que avance en el Congreso uno de sus proyectos más trascendentales y también supone una devolución de favores a los grandes poderes económicos y financieros que lo ayudaron a llegar al Palacio de Planalto con el golpe parlamentario.
El proyecto, denominado PEC 241/2016 por el oficialismo y “PEC de la muerte” por la oposición, fue aprobado por 366 votos a favor, 111 en contra y dos abstenciones. Sólo seis de los más de 30 partidos llamaron a votar en contra: PT, PDT, Rede, PSOL, PcdoB y PMB. Tanto el PMDB de Temer como el PSDB de Aécio Neves, su principal aliado, votaron a favor. Para que se convierta en ley, deberá ser aprobado nuevamente en la Cámara de Diputados, en la votación programada para el próximo 26 de octubre, y luego recibir el visto bueno dos veces más en la Cámara de Senadores, ya que se trata de una enmienda constitucional.
Tan importante es este proyecto para Temer que exoneró a tres de sus ministros para que pudieran ocupar una banca en la Cámara y así poder votar a favor. Además, en la noche del domingo ofreció una cena de lujo a los diputados para persuadirlos de aprobarlo.
Dime quien te banca…
La reforma constitucional recibió el apoyo de los grandes grupos económicos, sectores financieros y los monopolios de la comunicación. El Fondo Monetario Internacional (FMI) también se mostró a favor del proyecto. Su directora, Christine Lagarde, después de reunirse el domingo en Washington con el ministro de Economía brasileño, Henrique Meirelles, declaró: “Estoy animada con las reformas. Ayudará a fortalecer la credibilidad de la política macroeconómica brasileña, generar confianza en la economía y anclar el retorno al crecimiento fuerte”.
Como contraparte, la iniciativa provocó el fuerte repudio de movimientos sociales y organizaciones políticas, que comenzaron una serie de movilizaciones en diversas ciudades en rechazo al proyecto.
La diputada nacional Jandira Feghali (PCdoB-RJ) aseguró que la aprobación de la PEC es la “segunda fase del golpe de Estado” y criticó el “espíritu autoritario” que se afianzó en la Cámara. La diputada Clarissa Garotinho (PR-RJ) también fue crítica y afirmó que el proyecto significa “dar dinero a los bancos”.
Diputados del Partido de los Trabajadores (PT) también se sumaron al repudio el proyecto. Paulo Pimenta aseguró en su cuenta de Twitter que el proyecto “condena al pueblo en nombre de los banqueros y de los mercados. Es un esquema para enriquecer aún más al sistema financiero y actúa como un medio para pagar la cuenta del golpe”. El Senador Lindbergh Farias (PT-RJ) calificó a los legisladores que lo aprobaron como “sinvergüenzas” y escribió: “Un gobierno de facto, cobarde y cuya misión es poner en práctica las reformas neoliberales por la fuerza, sin pasar por las urnas. Aumentar el gasto en publicidad oficial, dedicado a banquetes para la base parlamentaria, manteniendo las ganancias de los rentistas y ataca los derechos de las personas”.
Las redes sociales también sirvieron para plasmar la fuerte oposición a la enienda. El tema fue trending topic en la noche del lunes y según Fabio Malini, profesor de la Universidad Federal de Espírito Santo, 186.713 tweets, equivalente a cuatro veces lo acumulado en la semana, fueron escritos sobre este asunto. Cada tres minutos se escribió un mensaje sobre el proyecto.
Además, estudiantes nucleados en la Unión Nacional de los Estudiantes (UNE) ocuparon el gabinete de la Presidencia de la República en San Pablo durante la votación del proyecto. “No dejaremos que acaben con nuestro futuro”, manifestó Peter Lucas, director de la Unión Estadual de Estudiantes de San Pablo (UEE-SP).
Por su parte, Michel Temer festejó la aprobación y el portavoz presidencial, Alexander Parola, aseguró en un comunicado: “La enmienda aprobada permitirá, una vez en vigor, proteger la economía brasileña de la irresponsabilidad fiscal y poner a Brasil en el camino de desarrollo con equilibrio, basado en el principio de que todo el mundo entiende que cada familia sigue en su propia casa, que sólo se puede gastar lo que plantea”.
Temer llegó al gobierno luego de un golpe institucional contra una presidenta que fue votada por más de 54 millones de personas con el apoyo de sectores muy poderosos a los que ahora parece estar devolviéndoles el favor. Este proyecto, sumado a la ley que permite la explotación por parte de multinacionales privadas en las gigantescas reservas petroleras del campo presal, detener la entrega de tierras para los campesinos para producir y vivir y las polémicas reformas de educación, trabajo y pensiones que impulsa, son todas medidas que van en el mismo sentido.