Por Matías L. Marra. Segunda parte de la entrevista exclusiva que Marcha realizó al prestigioso cineasta boliviano Jorge Sanjinés. Aquí habla de su última película, Insurgentes, que cuenta con la aparición exclusiva de Evo Morales. Cuenta además sus complicaciones a la hora de distribuir sus films.
– Usted hace una representación particular del burgués en sus películas. En Insurgentes, por ejemplo, las situaciones en que da voz a los opresores están marcadas por gran artificio. De hecho, en una escena, el doblaje de los diálogos* no corresponde demasiado con el movimiento de los labios. Frente a una representación dignificada de los pueblos originarios, aparece este artificio notable como imposibilidad de representar a los que siempre ganaron. ¿Cómo construye usted creativamente al burgués? ¿Está de acuerdo con esta lectura?
Sí, claro. Hemos tenido hasta un poco de asco, porque es gente ¡repugnante! Uno sale salpicado cuando trata con estos enemigos que son de su propio país. Tan despersonalizados, tan ajenos, tan violentos. La mejor manera que tienen de reaccionar es la violencia, el desprecio, la discriminación.
Ahora, por ejemplo, en Insurgentes, en la escena del golf más bien yo los trato con mucha benevolencia. Porque no se los insulta, nada. Ellos se insultan a sí mismos: con su ignorancia, con su apatía, con su desapego. Está hablando por primera vez el presidente, [ese es] el primer discurso que pronunció Evo Morales cuando asume la presidencia. Son las primeras palabras del presidente. Y los tipos están hablando del color de los zapatos.
– En Insurgentes aparece el mismo Evo Morales, relacionándose de distintas maneras con los luchadores oprimidos a lo largo de la historia. ¿Cómo fue para usted trabajar con el presidente?
Los críticos de derecha han dicho en Bolivia que es una película propaganda preelectoral. Pero dura una hora y media aproximadamente y la presencia de Evo Morales es de dos minutos y medio, con el discurso último. Nada. Cuando aparece la primera vez dura seis segundos, la segunda vez aparece ocho segundos, así. Algo tenía que aparecer, porque la película está mostrando justamente como ese señor indígena llegó al poder. Tenía que mostrarse de alguna forma, en algún momento.
– Es consecuencia del relato.
Es consecuencia del relato. Más bien alguien me decía que lo he mostrado demasiado poco. Y que lo he mostrado exageradamente. Depende qué actitud frente al proceso tengas. Si eres partidario del proceso te parecerá que Evo debía estar más, si eres contra que aparece demasiado. Pasa que aparece un fotograma y ya la película es un desastre para ellos [los críticos de derecha].Me hubiera preocupado si les hubiera gustado. Por suerte no, estaban muy furiosos. Y me alegré mucho.
– Hay cierta imaginería posmoderna que se entusiasma con que cada uno vea su propia película, con la disolución del cine como espacio y como acto colectivo. Usted ha mencionado antes que ve conflictuada la distribución de sus películas en tanto estuvieron pensadas para un acto plural, el cine, y no individual. ¿Qué herramientas se da el Grupo Ukamau para resistir la experiencia colectiva y a la vez mostrar el material?
Bueno, eso es una preocupación permanente. Desde muy temprano hemos hecho las películas y hemos impuesto como tarea priorizar el hacerlas llegar. Hubo momentos del proceso creativo del Grupo Ukamau que era muy difícil hacerlas llegar porque había gobiernos dictatoriales y represión. Pero durante mucho tiempo se hizo trabajo clandestino para difundir. Y en un momento dado, podría decirse que quince años continuado, el Grupo Ukamau se dedicó a difundir metódicamente y sistemáticamente en todo el país.
Dos sociólogos sostienen que el proceso que está viviendo la Bolivia de hoy en día, el Grupo Ukamau contribuyó. Al difundirse las películas en el mundo indígena, en áreas rurales, motivó, incentivó a los jóvenes indígenas, instruyó, reveló cosas que eran importante saberse. O transformó la historia, como el caso de Yawar Mallku. [Nota: La denuncia a los Cuerpos de Paz norteamericanos, que estaban esterilizando mujeres sin su consentimiento, hizo que se fueran de Bolivia].
– Pocas películas lo han logrado.
Nosotros mismos andábamos creyendo que una película no transforma la historia. Pero esa película transformó.
– La política de Evo Morales ha conseguido avances significativos para el pueblo boliviano. ¿Cuál cree usted que será lo próximo en relación al cine y este avance en la dignidad de los antes oprimidos?
No se sabe bien. Yo creo que en este momento, no hay todavía en el gobierno que está realizando este cambio sociopolítico en el país, una conciencia muy clara del valor que tienen los medios, como el cine. El presidente sí la tiene muy clara, pero ciertos ministros de los cuales podría depender, como el Ministro de Educación, o el de Cultura, no tienen las ideas que tienen los brasileros.
Los brasileros, en este momento, cada año invierten para estimular el cine brasilero 480 millones de dólares. Buena parte de ese dinero a fondo perdido. Porque saben el factor estratégico, movilizador, que tiene la imagen. Eso nos falta un poco en el proceso que estamos viviendo.
Como siempre ha pasado en Bolivia, hay más lucidez en las masas que en los dirigentes. Las masas en Bolivia siempre han estado por delante de la dirigencia. Las dirigencias han estado corriendo detrás de las masas para intentar ponerse delante y entender lo que pasa. Y no siempre lo han logrado.
Pero en todo caso, vivimos un momento prodigioso, porque se han [dado] cambios enormes. Hablo de estadísticas. Cuando Evo Morales llega al poder, de cada 10 bolivianos, 4 estaban sufriendo extrema pobreza. El año pasado se había rebajado a 1. En los últimos años en el gobierno de Evo Morales se construyeron más carreteras, autopistas modernas, que en los últimos 50 años. Ahora tenemos carreteras pavimentadas a todas las fronteras, a todos los países vecinos. Y se han hecho avances muy espectaculares en la macroeconomía.
* El doblaje de los diálogos no se realiza sólo para cambiar de idioma, sino que es habitual en el cine para rehacer un diálogo que se grabó mal o en que se cambia el texto dicho por el actor.