Por Cezary Novek
Entrevista a Narciso Rossi, uno de los editores de PelosDePunta, colección que nuclea más de cien autores de horror de todo el país y que este sábado cerrará la colección en El Bardo (San Telmo)
El miedo es una de las emociones más elementales de la naturaleza humana. Sin él, nuestra supervivencia como especie tendría los días contados. Es por eso que a lo largo de nuestra evolución se ha asentado en nuestros genes como una condición atávica. Y cuando el hombre aprendió a defenderse de los animales predadores, a entender las fuerzas de la naturaleza y a dominar el fuego, finalmente se sentó con sus compañeros de jornada a contar historias para entretener sus noches. La mayoría de ellas tienen en común el miedo como movilizador de anécdotas e historias en donde lo misterioso y lo sobrenatural han encontrado el reducto perfecto para perdurar en nuestras conciencias. Y quizás sea esa la causa de que, aún en pleno siglo XXI –con todas las comodidades y certezas que nos brindan los avances tecnológicos y las explicaciones científicas–, los lectores de la literatura de terror se mantengan firmes y más voraces que nunca. Nuevos miedos se suman a los que nunca se fueron y la literatura de horror se mantiene más viva que nunca con la revalorización de sus representantes clásicos (King, Matheson, Barker, Poe, Lovecraft, etc.) por parte de las nuevas generaciones de autores.
A nivel nacional, nunca se cultivó una tradición fuerte. Están los relatos inquietantes de Holmberg, los cuentos de Quiroga y Lugones; algunos relatos de Bioy, Cortázar, Mujica Láinez y Borges también se podrían incluir como antecedentes. Pero no es sino hasta fines del siglo XX que el terror comienza a hacerse presente con más fuerza a partir de la novela El mal menor, de CE Feiling y, más adelante, con los cuentos de Mariana Enríquez y Samanta Schweblin. En el medio, autores como Luciano Lamberti o Celso Lunghi se consagran como los nuevos representantes. Mientras tanto, aparece la colección PelosDePunta, impulsada por tres jóvenes editores que decidieron tomar el toro por las hastas y hacer una suerte de antología por entregas en la que convocaron a todos los autores –publicados e inéditos– que sientan pasión por las historias de miedo. En apenas un año, lograron visibilizar el proyecto a nivel nacional y ahora culmina con el cierre de colección y la aparición de La Otra Gemela, sello editorial que continuará con la tarea de publicar novelas y relatos
En vísperas del evento, Marcha conversó con uno de los editores, Narciso Rossi, quien hace un balance de la experiencia y habla de los futuros proyectos.
-¿Cómo surgió la colección PelosDePunta?
Como una necesidad personal de visibilizar el género. Siendo amante del terror necesitaba verlo en un lugar destacado y es sabido que en literatura siempre fue un género menor. Durante mucho tiempo esperé ese lugar y, al ver que no llegaba de la forma en que yo quería, me animé a dar el paso. Me gusta leer género y a través de blogs, novelas y revistas digitales descubrí que en Argentina se estaba escribiendo terror. Encontraba un cuento de Patricio Chaija al sur de la provincia, uno de Juan Revol en Córdoba, otro de Ignacio Román González en Viedma, la novela de Sebastián Elesgaray en La Plata. Eso era un paso importante y solamente era cuestión de unificar esas voces y darles el espacio necesario. Si varios escritores desconectados entre sí estaban haciendo género acá y allá era cuestión de tiempo para concentrarlos.
No tomamos a ninguna editorial como modelo porque la idea, como decía, surgió desde la necesidad de cubrir un espacio. Hubo, por supuesto, varias semillas que reconocería más tarde pero ninguna en aquel momento. Como gérmen puedo nombrar la antología El terror argentino publicada por Alfaguara hace unos cuantos años. También la antología Terror, lanzada por Planeta allá por el 2012. La idea es en apariencia la misma: relatos de terror de autores nacionales. La mayor diferencia entre aquellos libros y los nuestros se da en la fuerza con la que se encara el trabajo. PelosDePunta es una colección y como tal está compuesta por una sucesión de libros que tienen al terror como eje. Son trece libros de cuentos lanzados durante trece meses. No se permite respirar. La otra diferencia se encuentra en la difusión de autores. El objetivo primero de la colección es mezclar autores reconocidos y premiados con otros que están intentando obtener un lugar. La diversidad hace a nuestra colección. No nos quedamos solamente con los nombres que aseguran ventas. Permitimos combinar a los autores que, como decía, veía formándose a lo largo y a lo ancho del país.
-Sos autor de una extensa novela de terror y has capitaneado desde el comienzo este ambicioso proyecto. Después de todo este trayecto que llega a su fin ¿Qué planes tenés en el mediano y largo plazo?
En este momento mi prioridad es la editorial. La colección nos sirvió tanto a nosotros como a los autores que formaron parte de la experiencia. Ahora abandonamos este barco y nos subimos a uno mucho más grande que es el de dirigir una editorial. Estamos trabajando mucho para eso, apostando todo lo conseguido al nuevo desafío.
-¿Cómo funciona el equipo que conforman con Luciana Baca y Rubén Risso?
Dividimos tareas para no pisarnos. Algo que también aprendimos a hacer sobre la marcha. Luciana es correctora y se encarga de esa parte con mucha prolijidad. Lee los textos, anota sugerencias, posibles cambios, cuestiones gramaticales y de estilo. Hace un trabajo minucioso de lectura y relectura para que la obra pueda salir limpia, sin modificar ni una coma que haya puesto el autor. El trabajo de corrección que hacemos en la editorial es el de sugerir modificaciones para mejorar la obra pero nunca el de alterar los textos. Rubén, por otra parte, se encarga del aspecto visual de los libros y de todo lo que tiene que ver con su promoción. La colección tiene una referencia visual muy grande al cine. A simple vista las portadas o los packs parecen de películas. Jugamos mucho con eso porque el cine de terror es también el gran alimento de casi todos los autores de nuestra generación. Y mi lugar no es tan claro. Durante los trece meses seleccioné a los autores, los contacté, maqueté los libros, me involucré en todo lo legal, contratos, distribuidora, imprentas y demás.
-Dentro de la colección, llevaron a cabo dos proyectos de escritura colectiva. ¿Hay planes de continuar editando volúmenes que partan de consignas lúdicas al estilo de esas dos novelas?
Por el momento no hay ningún plan similar. Tanto BesoNegro (primer tomo especial de la colección que se aleja de los cuentos de terror y se presenta como una novela escrita por doce autores combinando horror y pornografía) como PesteRosa (segundo tomo especial que se escribe a modo de slasher entre ocho escritores y el dibujante de historietas Hernán González) fueron muy divertidos de realizar pero no hemos hablado sobre hacer algo parecido en el futuro. Tampoco con la colección. Fueron libros muy lindos de realizar pero todo lo que tiene que ver con ellos está ya cerrado.
-La colección llegó a su fin en el treceavo tomo. Cada uno de ellos tiene un título que apela a frases hechas del habla popular. ¿Hay algún título que les hubiera gustado utilizar y que no hayan podido?
Los títulos los fuimos eligiendo entre los tres. Hubo muchos nombres que no pudimos usar porque a cada uno le dábamos demasiadas vueltas antes de registrarlo. Me gustaba “MosquitaMuerta” para el tomo 12 (MalBicho) en el que se incluyen relatos donde los animales tienen un papel casi esencial; y “PechoFrío” para el tomo 8 (SangreFría) que es el único tomo sobre casos reales. “CaraRota” también era un lindo sustituto de ComeHombres y se barajó durante un tiempo. Creo que hasta hicimos portada de ese libro.
-Arrancaron a puro pulmón desde el casi anonimato y trece meses más tarde se han convertido en un referente del género a nivel nacional.
Fuimos afortunados. Creo que los espacios que se abrieron a medida que avanzábamos con la colección tienen mucho que ver también con el género. Es un espacio que los medios le daban al terror. A cualquiera que hiciera terror en estos días porque es algo que está en pleno desarrollo. Si a alguien se le ocurre buscar sobre el policial va a encontrar muchos libros, muchos autores y mucho ensayo también. Con el terror eso no pasa por eso es importante que este movimiento, que se venía gestando y al que decidimos aportar, no se detenga. Para nosotros sigue siendo muy satisfactorio ver las notas, ya sea en La Nación, Télam, Página 12 o en diarios de distintas localidades, porque sabemos que también es una puerta abierta para los 173 autores que forman parte de esto.
¿Cómo compatibilizan el trabajo convencional con el ejercicio de la literatura y la edición independiente?
Confieso que los últimos trece meses no tuvimos mucho tiempo libre. Eso nos llevó a dejar otros trabajos con el fin comunitario de apostar a lo que hacemos acá. Rubén es psicólogo y debió reducir la cantidad de pacientes para poder trabajar como la colección exigía. Lo mismo nos sucedió a Luciana y a mí siendo docentes. La escritura misma se vio reducida considerablemente. No lo digo como una queja. Muy por el contrario, estamos felices de haber tomado las decisiones que nos permitieron terminar el trabajo como queríamos.
-En un comienzo trabajaban con la plataforma de Autores editores, que utiliza un método de impresión por demanda. ¿Siguen haciendo impresión por demanda o hacen tiradas limitadas a un número específico?
Experimentamos mucho con MalaSangre porque ninguno de los tres se había dedicado jamás a la edición. Era un trabajo que queríamos hacer pero sin conocer el área, así que tuvimos que caer y levantarnos mientras íbamos caminando. Autores editores permite que un libro sea visible desde cualquier parte del mundo. Todavía lo usamos para las compras internacionales pero no como motor de la colección ya que representa apenas un poco menos del diez por ciento de nuestros lectores. La gente elige el libro, lo paga y Autores editores lo envía y nos hace el pago a nosotros. Para las tiradas mensuales fuertes –que van entre trescientos y quinientos ejemplares, dependiendo del tomo, de los autores y del dinero que considere invertir la editorial para impresión ese mes– trabajamos con imprenta. No fue fácil elegir una porque todas tienen sus pequeños cambios pero terminamos trabajando muy bien con el equipo de impresión.
Fuimos probando distintas alternativas con el primer tomo. De hecho hay más de una versión de ese libro dando vueltas en tiradas pequeñas. Actualmente trabajamos con imprenta y todas las ediciones que le siguieron y las reediciones ya se hicieron por este medio. La impresión por demanda la utilizamos para las compras internacionales pero todo lo que se refiere a clientes argentinos (que son el noventa por ciento) se imprime y luego se vende en la tienda online o en librerías amigas. Como editorial independiente nos movemos mucho para vender los libros. Además de la Feria del libro y ComicCon participamos de varias ferias y eventos independientes.
A días de cerrar PelosDePunta, ya está sonando el nombre de La Otra Gemela ¿Por qué cambiar el nombre de la editorial apenas haberlo instalado en la mente del público?
PelosDePunta es una colección autosustentable. ¿Qué quiere decir esto? Que con una inversión primaria –que permitió imprimir el primer tomo– se genera el dinero para continuar activa y así mantenerse. Ahora que la colección se cerró y que el equipo se terminó de consolidar, nos vemos en condiciones de cumplir nuestro primer objetivo. Todo lo que hicimos fue necesario para poder atravesar lo que se viene.
La Otra Gemela es una editorial. Como tal nos permite publicar obras de autor sin necesidad de armar antologías. La Otra Gemela parirá este año cuatro novelas y una reedición de la colección PDP bajo el nuevo formato. Además, algo muy importante para los autores de la colección es que los libros de la editorial serán distribuidos a nivel nacional, permitiendo a muchos estar por primera vez en las librerías más importantes del país.
La editorial es mucho más amplia. El grupo original sigue firme y además se incorporan dos personas al equipo, lo cual nos permite delegar tareas, dividirnos mejor y afrontar otros desafíos. El primero de octubre vamos a lanzar el sello y las cuatro obras que estamos preparando para este año. Además vamos a presentar el material nuevo en la feria del libro de Pehuajó el 2 de octubre. El sábado 15 estaremos en la feria del libro de San Isidro y también en la de Viedma, en Río Negro. Y un fin de semana después en Bahía Blanca, Pergamino y San Pedro. Finalmente, en noviembre vamos a presentarla en Capital Federal.
¿Cuáles serán los nuevos lanzamientos para esta nueva etapa?
Son cuatro novelas: La analogía del cielo, de Ignacio Román González, que resultó ganadora de la convocatoria de narrativa que organizamos el año pasado; El mago de la librería y la chica dark, de Fabio Ferreras; Los señores de Xibalbá, de Patricio Chaija; y Seis buitres, de Celso Lunghi. Durante lo que resta del año y los primeros seis meses del año siguiente vamos a estar con esta primera tirada y preparando para mediados del año que viene los otros títulos que, si bien ya los tenemos en vista y un poco hablados con los autores, no fueron cerrados.
Queremos tener un catálogo variado sin perder el eje. Vamos lanzar obras de autor y también seguiremos reeditando la colección PDP que es un muestrario amplio de la literatura nacional. Vamos a dedicar un espacio a la novela gráfica y otro pequeño a las colecciones. Hay todavía muchos autores de género que nos gustaría incluir y con los que hemos estado hablando pero no me animo a confirmar nombres. Nuestro deseo es editar lo que nos gusta leer. Seleccionar y decir esto tenemos que publicarlo. Que sea unánime la decisión de trabajar por ese libro.
Pueden visitar la nueva web ingresando a www.laotragemela.com o adquirir la colección en www.pelosdepunta.com
Este sábado 27 de agosto a las 19 en el bar El Bardo (Cochabamba 743, San Telmo) tendrá lugar el evento de cierre de la colección PelosDePunta, que a lo largo de un año ha convocado a escritores de todo el territorio nacional a escribir relatos de terror bajo diferentes consignas. La colección consta de trece tomos, de los cuales los dos últimos se presentarán en el evento de clausura. Además, incluye dos bonus tracks: las novelas colectivas Beso negro y Peste rosa. Presentarán: Celso Lunghi y Fernando Figueras. Habrá sorteos, firmas de ejemplares, entrevistas a autores, ventas de libros y packs promocionales.