Por Paulino Alvarado Pizaña y Juliana Díaz Lozano desde Chiapas / Fotos Regeneración y Colectivo Tragameluz
Entre el 30 de julio y el 13 de agosto se realizó en Chiapas el Festival “CompArte por la Humanidad” organizado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Un encuentro en el que artistas y activistas del mundo compartieron con las comunidades zapatistas manifestaciones culturales “para la construcción de un mundo más justo y más humano”.
La iniciativa, fuera de lo común, se enmarca en un proceso en el que están empeñados el EZLN y la Sexta (esfuerzo organizativo de los zapatistas junto a colectivos, grupos y organizaciones afines de varios países) de manera explícita desde 2015. Un proceso, según la convocatoria, concebido para construir una comprensión profunda de la dinámica capitalista actual y esbozar formas de hacer, imaginar y vislumbrar un mundo radicalmente distinto (1). Se presenta también en un contexto en que la labor política del EZLN se ha expandido, resultado del fortalecimiento de su autonomía construida por decenas de miles de integrantes. Consolidación tanto de la práctica política del “mandar obedeciendo” como de la capacidad de sustento económico de los pueblos, desde cada comunidad en particular hasta las regiones en general, pasando por las zonas y sus municipios.
Dentro de este proceso, el Festival “CompArte por la Humanidad” fue la primera de una serie de actividades convocadas por el zapatismo para este año en las que enlazan arte, ciencia y la gente de abajo. En el texto “Las artes, las ciencias, los pueblos originarios y los sótanos del mundo” de febrero de este año dibujaban la perspectiva que anima este paso del zapatismo: “Es nuestra creencia que la posibilidad de un mundo mejor (no perfecto ni acabado, dejemos eso para los dogmas religiosos y políticos) está fuera de la máquina y su posibilidad se sostiene en un trípode. O más bien en la interrelación entre tres columnas que han pervivido y perseverado, con sus altibajos, sus pequeñas victorias y sus grandes derrotas, a lo largo de la breve historia del mundo: las artes (…), las ciencias y los pueblos originarios con los sótanos de la humanidad (…) “las artes” porque son ellas (y no la política) quienes cavan en lo más profundo del ser humano y rescatan su esencia”.
Sobre las razones que impulsaron específicamente a realizar un festival donde compartir las artes de los pueblos zapatistas y los participantes del mundo, el EZLN explicaba en el comunicado de convocatoria: “Pensamos sí, que es en los momentos más difíciles, cuando es más la desilusión y la impotencia, que las Artes son las únicas capaces de celebrar la humanidad”.
Así, bajo esta comprensión del quehacer artístico y sus posibilidades, el festival transcurrió en dos momentos y lugares a manera de espejos en los cuales mirarse: el primero en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, donde participaron artistas populares de distintas partes del mundo con expresiones artísticas que iban desde el tango hasta los tatuajes, pasando por serigrafía, títeres, teatro, danzas regionales, música de los más variados estilos, malabares, videoclip, talleres de bordado, fotografía, escultura, cuentacuentos y demás.
El segundo momento se realizó en los caracoles zapatistas (2), en plena Selva Lacandona, donde artistas de las bases de apoyo del EZLN mostraron producciones preparadas durante meses en cada comunidad. En cada uno de los cinco caracoles participaron miles de indígenas zapatistas a través de la puesta en escena de obras de teatro, danza, poesía y plástica que daban cuenta de los principios y objetivos de la lucha zapatista; las distintas facetas de la autonomía como la salud, la educación, el trabajo colectivo, el buen gobierno, la justicia y la resistencia; la recuperación de las lenguas y culturas de las comunidades y regiones (3); así como la recreación de los 500 años de lucha del movimiento indígena en el continente.
En el discurso de apertura se dijo: “El día de hoy queremos mostrar los, las niñas, los y las jóvenes, los hombres y las mujeres, los, las ancianos, ancianos bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, nuestra forma de entender las artes que nunca antes lo habíamos demostrado ante el pueblo de México y del Mundo. Arte nacido de nuestros corazones rebeldes, arte que expresa nuestros sentimientos de dignidad, arte que utilizamos como arma de lucha y para la construcción de la nueva casa que estamos construyendo con las muchas rebeldías que recorren México y el Mundo. Un nuevo sistema donde se ejerza la otra Democracia, la otra Justicia y la otra Libertad (…) Nosotras, nosotros, zapatistas, llevamos 22 años de lucha en resistencia y rebeldía en contra del capitalismo, y 22 años de un nuevo sistema de gobernarnos donde el pueblo manda y el gobierno obedece”.
El lugar y papel de las mujeres
En el marco del CompArte se celebraron los 13 años de la instalación de las Juntas de Buen Gobierno y la creación de los caracoles, base política y territorial para la autonomía zapatista y el ejercicio de autogobierno de sus pueblos al que está supeditada su estructura político–militar.
En diferentes momentos de las exposiciones artísticas, las mujeres zapatistas plantearon el desafío del reconocimiento de su papel en las comunidades y en la organización. Con canciones, poesías y danzas expusieron el camino realizado desde la creación de Ley Revolucionaria de las Mujeres, que reconoce explícitamente los derechos sexuales y reproductivos de las indígenas, a una vida sin violencia y ser elegidas como comandantas e integrantes de las juntas de buen gobierno. Y plantearon los desafíos actuales, relacionados con la búsqueda de una mayor participación política de las mujeres, así como la revalorización del rol como productoras, cuidadoras de la naturaleza y de los saberes ancestrales.
Además, las y los zapatistas aprovecharon para expresar a lo largo del encuentro su solidaridad con la lucha docente llevada adelante desde hace tres meses en todos los estados mexicanos contra la embestida privatizadora plasmada en la reforma educativa que impulsa el gobierno. A su vez se refirieron a los intentos de avance de los partidos políticos, el gobierno y el narcotráfico por sobre las comunidades, intentando quebrar la resistencia con subsidios, programas y represión.
En lo que resta del año, esta voluntad de compartir y aprender de las distintas formas de luchar y proponer mundo, aún están por realizarse la Fiesta en Homenaje al Congreso Nacional Indígena y el encuentro “L@s Zapatistas y las conCIENCIAS por la Humanidad”; así mismo está pendiente la continuación de la iniciativa “La Escuelita de la Libertad según l@s Zapatistas”, que se ha venido desarrollando en distintas etapas desde 2013.
El sentido profundo de este conjunto de acciones puede resumirse en las siguientes frases del EZLN escritas en enero de 2013: “Nosotros pensamos que sí, que algo anda mal, muy mal. Pero que si, para salvar a la humanidad y la maltrecha casa en que habita, alguien se tiene que ir, deben ser, tienen que ser los de arriba. Y no nos referimos a desterrar a las personas de arriba. Hablamos de destruir las relaciones sociales que posibilitan que alguien esté arriba a costa de que alguien esté abajo […] Nosotros no queremos sólo cambiar de gobierno, queremos cambiar de mundo (4)”.
1-Parte de este proceso fue el Seminario o Semillero “El Pensamiento Crítico frente a la Hidra Capitalista” realizado en mayo de 2015.
2-Los Caracoles son las sedes de gobierno de las regiones zapatistas.
3-En los territorios zapatistas se hablan 6 lenguas originarias: tzotzil; tzeltal; tojolabal; chol; mame; zoque, más el castellano que es la principal lengua en los pueblos mestizos y segunda lengua de los pueblos indígenas.
4-Todos los textos y comunicados referidos en el artículo fueron pronunciados en el marco del CompArte en los caracoles Garrucha y Morelia. Se utilizó también como fuente la cobertura periodística de http://enlacezapatista.ezln.org.mx/