Por Galia Moldavsky – @galimol
En una jornada cargada de internas, las tres CGT anunciaron su reunificación bajo una conducción colegiada que liderarán los herederos de Caló, Barrionuevo y Moyano: Héctor Daer, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid, respectivamente. No se presentaron los gremios del Momo Venegas ni de Omar Viviani y el sector de Palazzo se retiró en medio del Congreso.
Finalmente, hay una sola CGT. Con un proceso que comenzó el año pasado y buscaba consolidar un movimiento obrero fortalecido frente a la pérdida del poder adquisitivo y los despidos, la institucionalización del nuevo Consejo Directivo con Héctor Daer (sanidad), Carlos Acuña (Estaciones de Servicio) y Juan Carlos Schmid (portuarios) parece ser un tímido primer paso para lo que planeaba ser una central obrera con un programa y agenda definido.
Las primeras internas quedaron demostradas en la convocatoria del evento: asistieron 1582 congresales representando a 124 de las 213 organizaciones sindicales. Desde UATRE, el sindicato que conduce Gerónimo “Momo” Venegas, ya habían anunciado su ausencia del Congreso Nacional e incluso intentaron impugnarlo con el argumento de que para la asunción del triunvirato de conducción se debía modificar el estatuto y según Venegas eso se debe hacer “con 90 días de anticipación”. Cabe recordar que el dirigente de los trabajadores rurales recientemente declaró que con el gobierno de Mauricio Macri habrá “pleno empleo y salarios dignos”.
Mientras se desarrollaba el Congreso, el “Momo” se mostró con los 64 gremios nucleados en las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas y difundieron un comunicado donde sostienen que “la unidad sindical, si es verdadera, se hace con todos los gremios y no con algunos”.
Las otras dos bajas fueron la de los gremios pertenecientes al MASA (Movimiento de Accion Sindical Argentino) dentro de los cuales están los taxistas que responden a Omar Viviani, la Unión Ferroviaria de Sergio Sasia y a los mecánicos de SMATA, nucleados detrás de Ricardo Pignanelli. Sasia había criticado que fuera un “acuerdo de cúpulas” que “institucionalizaba las diferencias” y desde el MASA han comentado que no se suman a la conducción por no tener un programa claro y ser “un tren que va camino a chocar”.
La sorpresa del evento fue la retirada con discurso de la Corriente Sindical Federal, representada por el secretario General de La Bancaria Sergio Palazzo. Si bien el dirigente había sido presentado como candidato a la conducción por su sector, sobre el final había accedido a un cargo como secretario de Finanzas de la nueva CGT. Sin embargo, durante el Congreso declinó los cargos y criticó la poca convocatoria y la ausencia de un plan de lucha.
“Falta que nos demos determinadas políticas en este Congreso: ¿Qué vamos a hacer como movimiento obrero, con más de la mitad de los trabajadores que están en la economía informal, que no tienen empleo, que son monotributistas y que hoy no los estamos representando y son los movimientos sociales los que los representan?”, lanzó Palazzo. Además, aprovechó para pegarle a Venegas (“Lo que no vamos a hacer es el juego de la impugnación para que el macrismo se regodee”) y pidió una medida de fuerza: “El Congreso tiene que tratar un paro nacional de 24 horas que no puede pasar del mes de septiembre”.
Luego de las palabras del dirigente, los congresales bancarios y de los gremios de la Corriente Federal; curtidores, Sadop, Pilotos y Personal Jerárquico de Energía, comenzaron a abandonar las instalaciones del estadio de Obras Sanitarias, aunque aclararon que seguían formando parte de la CGT.
Sin embargo, el resto de la jornada se desarrolló como había sido planificada y luego del Congreso Nacional Extraordinario que modificó el estatuto para instalar la figura del triunvirato como conducción, se pasó al Congreso Nacional Ordinario donde se votó la lista de unidad presentada. Se eligieron por mayoría los 3 secretarios generales, 34 secretarías más y diez vocalías que conforman el Consejo Directivo de la CGT reunificada.
Si bien hubo críticas al gobierno nacional y a la situación de los trabajadores, no se habló de la posibilidad concreta de realizar una medida de fuerza. Se había insinuado desde el moyanismo que se contemplaba la chance de convocar a un paro luego del 22, pero recientemente desde el entorno de Barrionuevo comentaban que de ninguna manera se estaba planeando esta medida. “El plan económico del gobierno va en contra de los trabajadores, pero hay que darles la chance de corregir. Les pedimos el dinero de las obras sociales, lo devolvieron. Les pedimos la modificación al Impuesto a las Ganancias, en estos días saldrá el proyecto”, argumentaban.
En la repartición de cargos los nombres que aparecen ya son conocidos cuadros dentro del sindicalismo y representan a los gremios con mayor peso dentro de la CGT: como secretario adjunto del triunvirato estará el estatal Andrés Rodríguez (UPCN). La secretaría adjunta será ocupada por Pablo Moyano, hijo mayor de Hugo.
Otras figuras que aparecen son la de Gerardo Martínez (UOCRA) con el área de Relaciones Internacionales; la secretaría de Interior quedará para Francisco Gutiérrez de la UOM; y el sindicato de Comercio de Armando Cavalieri tendrá la silla de Relaciones Institucionales. Facundo Moyano (peajes) recibió la secretaría de Cultura, Ciencia y Técnica y el panadero Abel Frutos la de Finanzas, en reemplazo de Palazzo. La UTA quedará con la de Vivienda y Turismo y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) con Acción Social.
Asimismo, un grupo de mujeres denunció durante el Congreso que no se cumplía con el cupo de género. Las únicas dos designadas son Noemí Ruiz del gremio de Modelos que tendrá a su cargo la secretaría de Igualdad de Oportunidades y Género y Sandra Maiorano de la Asociación de Médicos será la secretaria de Salud.
Con el 58% de las organizaciones sindicales, la ausencia de varios gremios fuertes y las fuertes diferencias internas entre las corrientes que representan los tres flamantes secretarios Generales de la CGT, se anunció la reunificación. Un proceso que lejos de cerrarse, dio un paso importante hoy en términos simbólicos en busca de poder expandir su representación en el futuro. Una de las claves para poder reencontrarse con sectores disidentes será un programa claro y/o una medida de fuerza. La última vez que se consagró un triunvirato en la central sindical quedó Hugo Moyano solo al mando luego de algunos meses. Hoy no hay ninguna certeza, y como suelen decir desde el gobierno, será a “prueba y error”.