Por Santiago Mayor. Tercera entrega de la poco conocida historia de Cuba en África y su rol fundamental en la independencia de diversos países del continente. A 25 años de la victoria cubana más importante fuera de su territorio que expulsó de Angola a las tropas sudafricanas.
Capítulo 5: Ronald Reagan, el Linkaje y la presión sudafricana
Con la victoria de Ronald Reagan en las elecciones presidenciales de EE.UU. de 1980 el panorama mundial cambió. El gobierno conservador estadounidense se convirtió en un importante respaldo para el régimen racista de Sudáfrica y su lucha contra los movimientos de liberación nacional del sur del continente.
Desde el año 1978 el gobierno sudafricano incumplía la resolución 435 de la ONU. La misma exigía que Sudáfrica abandonara la ocupación ilegal de Namibia (frontera por la cual sus tropas llegaban al sur de Angola) ejercida desde la década de 1920 pero con fuerza a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial. Ante esta situación, el gobierno sudafricano se arriesgaba a ser sancionado por distintos organismos internacionales. Reagan ofreció una solución: el Linkaje.
El Linkaje era un artilugio de la diplomacia estadounidense que igualaba la ocupación ilegal de Sudáfrica sobre Namibia con la presencia legal de los cubanos en Angola. De esta forma, Pretoria cumpliría con la resolución 435 sólo si Cuba retiraba su misión militar.
Stephen Lewis, embajador canadiense ante el Consejo de Seguridad de la ONU, declaró entonces: “El Linkaje no tiene justificación en el derecho internacional (…) es incompatible con la resolución 435 y ha sido rechazado por el mismo Consejo de Seguridad (…) Así como el sistema del Apartheid tiene un solo defensor, la independencia de Namibia tiene un solo obstáculo”.
Dando cuenta del carácter positivo que tuvo esta maniobra para Sudáfrica, todavía en 1988 el canciller Pik Botha declaraba ante el parlamento sudafricano que “durante los siete años del gobierno de Reagan, el Linkaje ha sido un escudo que nos ha protegido de las sanciones”.
Alentados por este apoyo estadounidense Sudáfrica comenzó a lanzar importantes ataques sobre el sur de Angola persiguiendo a los guerrilleros namibios, golpeando al gobierno angolano y dando apoyo a la UNITA. Esta presión militar llevó al gobierno del MPLA a firmar un acuerdo con los sudafricanos.
El acuerdo de Lusaka de 1984 se llevó a cabo sin consultar a los cubanos. Implicaba el retiro de las fuerzas de Sudáfrica del territorio ocupado en el sur de Angola y como contrapartida el MPLA no permitiría que cubanos y guerrilleros namibios circularan por esa zona del país. A su vez planteaba el “inicio de conversaciones” sobre la resolución 435 pero no decía nada del apoyo de Pretoria a la UNITA.
Lusaka no llevó a nada (tal como los cubanos habían advertido a los angolanos) ya que el planteo de Sudáfrica era que el retiro de las tropas cubanas se diera en paralelo a la ejecución de la resolución 435. Mientras tanto la UNITA con apoyo del ejército de Sudáfrica seguía atacando puestos del gobierno.
En Mayo de 1985 las negociaciones se dieron por terminadas cuando se encontró una fuerza especial de la SADF preparándose para hacer volar los tanques de petróleo de la Gulf Oil Company en Cabinda, al norte del país.
Capítulo 6: El papel de la UNITA y la obsesión soviética por Mavinga
Luego de derrotar a las tropas del Frente Nacional para la Liberación de Angola (FNLA) en 1976, las fuerzas del MPLA se concentraron en luchar contra el otro grupo irregular que actuaba en su territorio: la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA).
Esta organización, dirigida por Jonas Savimbi, recibía un abierto apoyo de Sudáfrica y tenía su base de operaciones en el sur de Angola. En esa parte del país el poderío de la fuerza aérea sudafricana le permitía a la UNITA moverse con facilidad sin que las tropas angolanas pudieran actuar. A su vez, para mediados de la década de 1980 la UNITA se había desplegado también en la zona meridional de Angola realizando actos de sabotaje y matanzas contra la población civil.
Los cubanos no participaban de las acciones contra la UNITA salvo con asesores militares y algunos pocos soldados que defendían posiciones estratégicas. Su tarea principal en Angola era defender al país de la amenaza externa. Sin embargo, en la década de 1980 los soviéticos habían desembarcado en Angola apoyando al MPLA en su lucha contra Sudáfrica y las fuerzas irregulares de la UNITA. Aunque nunca enviaron tantos soldados ni ayuda humanitaria como los cubanos su peso era importante porque garantizaban apoyo económico y, sobre todo, las armas y municiones para llevar a cabo la guerra.
Fue así que un debate entrecruzó a cubanos, angolanos y soviéticos durante aquellos años. Los generales soviéticos apoyaban fervientemente un ataque directo al poblado de Mavinga (tomado por las tropas de Savimbi en 1981) que era la cabecera municipal más al sur de la provincia de Cuando Cubango, 250 km al norte de la frontera con Namibia. Era considerado por los soviéticos como la puerta de entrada al sur de Angola y por lo tanto a las bases de la UNITA.
Los cubanos, por el contrario, argumentaban que con la superioridad militar que tenía la fuerza aérea de Sudáfrica, adentrarse en el sur del país podría tener resultados catastróficos. Los caribeños sostenían que era necesario combatir a las bandas de la UNITA que actuaban en el centro y norte del país, contra la línea de ferrocarril más importante y muchas veces cerca de Luanda, la capital.
Los angolanos primero siguieron el consejo cubano, pero en 1985 cedieron ante los soviéticos. Fue así como tropas angolanas y soviéticas (los cubanos se negaron a participar) avanzaron contra Mavinga. Al principio lograron dispersar a las tropas de la UNITA pero entonces Sudáfrica intervino con su aviación y artillería pesada de largo alcance torciendo el rumbo de la batalla.
En 1987 la situación se repitió. Soviéticos y angolanos marcharon contra Mavinga y nuevamente fueron aplastados por la SADF pero esta vez los sudafricanos no solo los repelieron si no que se adentraron a perseguirlos. Para noviembre, las mejores unidades angolanas se encontraban cercadas en Cuito Cuanavale y todo parecía indicar que serían aniquiladas.
Continuará.