La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunció en cadena nacional que el gobierno federal dejará de recaudar impuestos de los productos de la canasta básica con el objetivo de “abaratar el costo de vida de los brasileños” y frenar la inflación.
La medida fue anunciada el viernes 8 de marzo. “Con esa decisión, usted, con la misma renta que tiene hoy, podrá aumentar el consumo de alimentos y de productos de limpieza, y aún tener dinero para ahorrar o aumentar el consumo de otros bienes. Desde el mes pasado usted está pagando una boleta de luz más barata. Ahora, con esa reducción de gastos, usted va a poder equilibrar un poquito mejor su presupuesto domestico”, resaltó la mandataria. Hizo referencia así a los ajustes en las tarifas de energía eléctrica realizados en febrero que representaron una reducción de un 18% hasta un 25%, dependiendo del Estado.
“La estabilidad de la economía es fundamental para todos nosotros. Y es por eso que no dejo de buscar siempre nuevas formas de abaratar el costo de vida de los brasileños y de proteger su poder de consumo y sus derechos de consumidor”, añadió.
Dilma afirmó haber elegido el 8 de marzo como fecha del anuncio en reconocimiento a “la lucha diaria de la mujer brasileña”. El anuncio iba realizarse el 1º de mayo, como parte de las conmemoraciones por el Día del Trabajador. Sin embargo, el aumento de la inflación en los últimos meses habría motivado al gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) a anticipar la medida. En los últimos 12 meses la inflación en Brasil llegó a 6,3%. El gobierno busca mantener su meta de que la inflación no exceda los 6,5%. El precio de la canasta básica había tenido un importante aumento en febrero. En la ciudad de San Pablo, una de las más caras del país y del mundo, llegó a 336 reales (815 pesos).
Las cuentas
Para el consumidor la modificación implica una canasta básica 10% más barata, aproximadamente. En los productos alimenticios como carne vacuna, pollo, arroz, porotos, aceite, café, harinas y pastas, por ejemplo, la medida deberá bajar el precio de los productos un 9,25%. Para los productos de higiene personal, la reducción puede llegar a 12,5%.
Para el Estado brasileño, la medida significa dejar de recaudar, por año, 7,3 mil millones de reales (18,2 mil millones de pesos). “Los beneficios que vendrán para la vida de la gente y para nuestra economía compensan esa reducción en la recaudación” justificó Dilma Rousseff.
El lunes, el ministro de Economía, Guido Mantega, se reunió con empresarios de la industria de alimentos y dueños de las cadenas de supermercados del país para discutir la implementación de la medida.
El sector aceptó reducir los precios a partir del martes 12 de marzo pero la reducción será gradual. Según los empresarios debido a cuestiones tributarias que les impiden bajar, al consumidor final, las tasas de 9,25% para alimentos y 12,5% para productos de higiene que había anunciado Dilma.
La Asociación Brasileña de Supermercados (Abras) afirmó que en dos semanas hará la reducción integral propuesta por la presidenta, y añadieron que para que eso ocurra también será necesaria la colaboración de los industriales.
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La presidenta aprovechó el espacio en la cadena nacional de radio y televisión para anunciar una nueva política nacional “que transformará la Defensa del Consumidor en una política de Estado en Brasil”, creando nuevas leyes y fortaleciendo las ya existentes.
También anunció la instalación, en cada Estado, de un centro integral de atención a la mujer que contará con un sector de prevención a la violencia domestica y otro que estimule la creación de pequeñas empresas para las mujeres, con créditos y capacitaciones destinadas especialmente a ellas.