Por Guillermina Huarte y Sandra Aguilar* desde Córdoba
Postergar para olvidar. A un año del travesticidio de Laura Moyano se sigue sin una respuesta judicial. La fiscal Liliana Copello dilata la investigación y la causa no avanza para adormecer el reclamo social.
Laura fue encontrada sin vida en un descampado a plena luz del día en una de las calles principales de Villa Allende, Córdoba, el 25 de julio de 2015. Fue vista por última vez al salir de un boliche a las 8 de la mañana y a casi un año la causa no ha tenido avances.
El asesinato de Laura fue producto de un crimen del odio, odio social que se ejerce hacia nuestras identidades de género y orientaciones sexuales de muchas maneras por no respetar las normas sociales. La asesinaron a golpes, de manera brutal y dejándole marcas en su cuerpo y genitales. El estado en el que dejaron su cuerpo expresa que se trató de un crimen de odio. “La golpearon con saña”, dice su hermana Soledad, aún preguntándose por qué le hicieron eso.
Laura Moyano era una mujer trans de 35 años. Tenía una participación activa en su barrio, por lo que era muy querida por sus vecinxs. Colaboraba en tareas comunitarias, formaba parte de varios grupos de trabajo en el centro de salud N° 34 del barrio 9 de Julio, donde también cursaba la primaria para adultxs en el centro vecinal. Laura era el pilar económico de su familia. Trabajaba como empleada doméstica de día y de noche como trabajadora sexual (tal como ella se identificaba). Además de hacer changas ya que no conseguía trabajo estable, como la mayoría de las personas trans, quedó excluida del acceso al mercado laboral formal.
Un año sin respuestas
Su hermana Soledad Moyano lleva adelante una incansable lucha desde el momento en que encontraron a Laura. Hoy ella es el sostén económico de la familia. Al dolor por la pérdida de su hermana se suma el duelo del padre recientemente fallecido, quien era el único querellante en la causa por el asesinato de Laura. Ahora ella deberá iniciar el pedido de incorporación de querella para ser considerada interlocutora plena en el proceso judicial. Soledad no deja de insistir en que no bajará los brazos hasta saber quién o quiénes la mataron.
A su vez, la familia contaba con el patrocinio legal de la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia. Esto hoy se encuentra en suspenso dado que el nuevo gobierno desmanteló dicho organismo. El equipo que asesoraba a Soledad y su padre ya no están.
Hace un año que la causa está a cargo de la fiscal Liliana Copello y aún no presenta avances. La investigación no arroja luz sobre los hechos, no hay sospechosxs ni detenidxs. Actualmente la carátula de la causa es de “homicidio simple”, sin contemplar el tipo de violencia ejercido sobre el cuerpo de Laura.
Esta misma fiscal en menos de dos meses, ha imputado por el delito de “homicidio calificado por el vínculo” a Dayana Gorosito que denunció que le habían robado el cuerpo de su beba fallecida durante el parto en el Hospital de Unquillo. En esta causa no hay pruebas que demuestren esta acusaciòn y sin embargo Dayana fue prontamente incriminada “por consentimiento pasivo”.
Si analizamos el proceder de la fiscal en otras causas surgen las punzantes acerca de cuáles son los supuestos que organizan su proceder. En poco tiempo inculpó a una mujer por no asumir el mandato de la maternidad. Mientras que omite la investigación de una persona trans, cuya identidad y trabajo no es valorada socialmente de la misma manera. Es posible ver la función que también la justicia cumple en relación a la regulación de los roles e identidades de género. Es notoria la indiferencia con la que se tratan los casos de las mujeres trans o travestis de sectores populares que son asesinadas en el país. Entonces, ¿qué cuerpos importan para la justicia?
Por eso, el lunes pasado que se cumplió un año del crimen, se realizó una concentración en Tribunales II de la ciudad de Córdoba para denunciar la impunidad del caso y pedir justicia. Junto a su familia y amigxs se sumaron activistas y organizaciones como el PO, PTS, Desde el Fuego Córdoba, Mala Junta, Frente Popular Darío Santillán, La Colectiva, Pañuelos en rebeldía, Izquierda Revolucionaria, y medios alternativos como Zumba la turba y la Red Nosotras en el Mundo.
El viernes 29 de julio se realizó una emotiva marcha que partió desde la casa de Laura hasta la construcción abandonada donde fue encontrada. Acompañando a su familia se acercaron distintas personas, vecinxs y amigxs de Laura. Al llegar al lugar, Soledad pidió un minuto de silencio para recordar a Laura. Y luego, con una voz dulce y dolorida entonó junto a la gente que allí estaba presente, “hay tantos modos de volver a la tierra, el tuyo nos duele pero no nos calla. Tu sonrisa brilla, con eso nos basta”. Con una increíble fuerza, aseguró que no se detendrá hasta no saber qué pasó con su hermana, y que luchará para que esto se haga público.
*en Desde el Fuego Córdoba y CABA
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