Por Daniela Soledad Foresti y Mariela Velárdez
El pasado viernes 22 de julio se realizó una radio abierta en la estación de Ezeiza para denunciar y visibilizar la violencia obstétrica y la desaparición de bebés en el Hospital Interzonal “Dr. Heurnekian” de esa localidad. Y también, que la Justicia es cómplice y funcional a esa violencia y a esas desapariciones.
Por la tarde, las familias se fueron acercando a la peatonal de Ezeiza, donde las organizaciones convocantes se aglutinaron para comenzar la actividad. Mujeres con pecheras violetas volanteaban y dialogaron con las personas que bajaban del tren. La historia de Aixa Rossi fue tristemente protagonista. Aixa denunció en septiembre de 2015 la desaparición del cuerpo de su bebé luego de su nacimiento, y la acusada terminó siendo ella; hoy procesada. También salieron a la luz los casos como los de Alma López, aquella bebe tan amada y esperada por su mamá, que luego de ser gestada en un embarazo sano y sin ningún problema, con un trabajo de parto normal, nació muerta el 18 de julio del 2014 y hasta el día de hoy ni la justicia ni el hospital logran explicar qué sucedió. Al menos siete casos similares fueron los que se pudieron comprobar en los últimos dos años.
Las voces de las mujeres se hicieron escuchar. Sus relatos, que tuvieron lugar luego de las denuncias, dejan al descubierto al Estado patriarcal y capitalista que intenta someter los cuerpos de las mujeres, sin importar nuestras decisiones reproductivas. Por ejemplo, una mujer, madre de varios hijos e hijas que ha tenido que soportar la pérdida de su bebé por negligencia médica, también debió “tolerar” el maltrato institucional y la violencia obstétrica al escuchar de las autoridades del Hospital frases como “no llores tanto que pronto tendrás otro”, o “la verdad te hicimos un favor porque en los tiempos que corren para qué queras tantos hijos”.
En la Argentina, hablar de derechos reproductivos, de parto respetado y de aborto legal se ha tornado una lucha en sí misma. En todos los ámbitos. La Ley de parto respetado fue aprobada y regulada en los últimos tiempos, sin embargo en la mayoría de clínicas y hospitales no se respeta: las mujeres siguen siendo víctimas de cesáreas innecesarias, maltratadas en el parto y separadas de sus bebés inmediatamente. Por su parte, el proyecto de Ley para legalizar el aborto fue recientemente presentado por sexta vez de mano de la Campaña Nacional por el Derecho al aborto Legal, Seguro y Gratuito. Nunca logro ser tratado en el recinto.
Pero los derechos de las mujeres que van a parir en el Hospital Interzonal de Ezeiza son nulos. O al menos en la práctica cotidiana eso queda demostrado. El caso de Aixa es una prueba irrefutable de ello: tras realizar la denuncia de la desaparición de su bebé, Aixa fue imputada por “falso testimonio e intimidación pública” en la Fiscalía 1 de Ezeiza, a cargo del Dr. Ricardo Bruzzone, descentralizada de Tribunales de Lomas de Zamora. Ella se acercó a la fiscalía para denunciar que había dado a luz a su segundo hijo, Juan Cruz Fecha, en el hospital de Ezeiza, que le dijeron que había nacido muerto y se negaban a mostrarle el cuerpo y la historia clínica de ella como paciente. Las autoridades del hospital dicen que ella nunca estuvo allí, o al cambiar su relato, dicen que Aixa había perdido su bebe hacía ya varios meses. Quien denuncia, la que fue a parir a su hijo, es tratada por loca y mentirosa.
Quien la acusa es la fiscal María Garrido, que en todo momento intentó encubrir lo que fuera que ese día haya pasado. No ha llamado a declarar a ningún testigo que pueda dar fe de que ella estuvo embarazada hasta el día de tener su bebé en el hospital. Realizó “pericias” a Aixa sin contar ella con asesoramiento y defensor público ni ser informada sobre sus derechos. Además de tomar testimonios de testigos sin la presencia del abogado defensor, sin notificar debidamente de las mismas. Negó además, y con escusas burocráticas, el libre y total acceso al expediente. Realizó un tratamiento dudoso de las cintas de filmación de seguridad del hospital, factor clave para demostrar la inocencia de Aixa y las contradicciones en el relato de las autoridades del personal del hospital. Aixa estuvo detenida e incomunicada hasta de su abogado defensor por más de 72 horas, periodo excesivo para una normal averiguación de antecedentes; situación que facilitó la amenaza de la policía y el maltrato institucional con paseos injustificados dentro de móviles policiales.
Pero el caso de Aixa no es aislado. Son varias las familias que se animaron a denunciar situaciones similares en el Hospital de Ezeiza, donde la mala praxis y la violencia obstétrica se cobraron la vida de sus hijos e hijas: Luna Ayala, 22/01/2013; Santino Leiva, 03/07/2014; Alma López, 18/07/2014; Catalina Franco, 31/07/2014; Abigail Choque, 07/09/2014 y Lian Ayala, 10/09/2014.
¿Por qué son las mujeres las que somos acusadas, intimidadas y condenadas cuando nos animamos a denunciar? Somos condenadas pública y judicialmente, porque la justicia no duda en actuar con celeridad cuando se trata de encarcelar a las mujeres que pelean por sus derechos, como método “correctivo”, como ejemplo para las miles que viven situaciones similares, en un claro intento de atemorizar. Tal es el caso de Belén, que está presa por llegar a un hospital público con un aborto espontáneo. Tal vez sea por eso que Alejandra, mamá de Alma; o Nadia, la mamá de Santino, todavía en sus muros de Facebook invocan a sus bebés, sabiendo que la justicia nunca estará de su lado.
Sabemos que esto no pasa sólo en Ezeiza, sabemos que la salud pública no está garantizada para las mujeres y familias humildes y trabajadoras en ningún lugar, como también nos sobran los ejemplos en los que la Justicia se pone del lado de los golpeadores, de los abusadores, de las instituciones que ejercen violencia y nunca del lado de las víctimas.
Pero las mujeres de Ezeiza quieren cambiar las cosas. Por eso se organizan, salen a la calle. Bajo el lema “Ezeiza no se calla más” como excusa para el encuentro, para la organización. No hay resignación que valga para estas mujeres que anuncian pelea, acompañando a cada mujer que se anime a decir su verdad.
Porque no estamos solas si estamos organizadas, dicen. Porque están convencidas de que todas las mujeres tenemos derecho a decidir qué queremos hacer con nuestros cuerpos y disponer de plenos derechos sexuales y reproductivos. Porque la lucha por el Aborto legal seguro y gratuito, como la de los Partos respetados, se miden en nuestros cuerpos.