Por Vivian Palmbaum
El miércoles un conjunto de organizaciones sociales de la Ciudad de Buenos Aires, nucleadas en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular delegación Capital y al Movimiento Barrios de Pie, confluyó en una jornada de lucha: 100 ollas populares, Jornada de lucha: contra el hambre, por trabajo digno, donde también se reivindicó la necesidad de la vivienda.
La medida de protesta consistió en la instalación de 100 ollas populares en diferentes puntos de la Ciudad, con cortes parciales de calles para visibilizar una situación de malestar que están padeciendo los sectores populares y exigirle respuestas al gobierno porteño, tal fue lo afirmado en la conferencia de prensa que se realizó el día anterior frente a la Jefatura de Gobierno, para anunciar públicamente la jornada de lucha.
La medida se inició con la olla de mate cocido a las 7 de la mañana del 19 de julio pasado, en la esquina de Corrientes y Callao, donde el conjunto de las organizaciones convocantes se dieron cita en uno de los días más fríos del año, para ir marchando, luego, hasta Plaza de Mayo, donde finalizaba esta primera intervención al mediodía. Una gran olla popular que se instaló en la Plaza para el convite, de propias y ajenos, como símbolo de la extrema necesidad a la que se ven sometidos los sectores de la economía popular, en sus diferentes modalidades. “Por cada trabajador de la economía formal que queda sin trabajo, cuatro de los nuestros quedan afuera”, resaltaba Jacquelina Flores del M.T.E. (Capital).
También en horas del mediodía la jornada se desarrollaba en diferentes puntos de la Ciudad con ollas populares y cortes de calles, y tuvieron como escenario los comedores barriales que sacaron sus ollas afuera, con una concurrencia importante. “Poner sobre la mesa la problemática de la agenda de las y los trabajadores de la economía popular”, resaltaba Rafael Klejzer del M.P. La Dignidad, al inicio de la jornada, al tiempo que Luciano Álvarez de la O.S.y P. Los Pibes destacaba la creciente ausencia de respuestas a las necesidades de vivienda, con un estado de la Ciudad que dispone de recursos y regulaciones que son sistemáticamente negadas a los sectores populares. Martín Casasola, de Seamos Libres, aludía al “privilegio para las grandes corporaciones en detrimento de las cooperativas de los barrios, de todos los trabajos que los compañeros se inventaron hace muchos años y que vinieron a destruir”.
En horas de la tarde, frente al Hotel Sheraton, del barrio de Retiro, confluyeron el conjunto de movimientos sociales que como parte de la convocatoria intentaba mostrar la asimetría que viven los sectores populares frente a lo que constituye un símbolo de las políticas de gobierno que miran hacia el exterior. Sergio Sanchez, del M.T.E.-Capital lo expresaba con claridad: “Frente al Sheraton vamos a mostrar la otra cara de la realidad. Todas las personas merecen llevar un plato de comida a su mesa. Un trabajo digno. Una vivienda digna”.
La jornada tuvo gran repercusión mediática, porque los principales medios hegemónicos le dieron una inusual repercusión a la medida. La nota de color constituyó la intervención de algunos noteros que como Daniel Malnatti, de TN, provocaba a los integrantes de los sectores populares con preguntas del estilo: “¿Si pudieras estar en tu casa calentito vendrías acá?”. O cuando intentaba confrontar a peatones: turistas o notoriamente de otra clase social, con los trabajadores de la economía popular. Mientras, un señorito expresaba frente al micrófono una muletilla bastante repetida entre el sector al que pertenece: “Hacen acciones de protesta en lugares donde molestan la circulación, ¿por qué no lo hacen en otro lugar?”. También otros medios televisivos intentaban hacer una nota de color mostrando la olla popular de mate cocido y haciendo preguntas de antropología de la pobreza a los participantes.
Alrededor de las 18, la movilización se trasladó a la Plaza de los Dos Congresos, frente al Congreso Nacional, donde se armó una gran olla popular, a la que asistió, sobre todo, la gran cantidad de indigentes que habita las inmediaciones. Un “guiso de olla” para mitigar el frío que se iba incrementando a medida que iba avanzando el anochecer, para el deleite de comensales friolentos que con las banderas bien en alto mostraban, para el cierre de la jornada, la presencia de un conjunto de trabajadores y trabajadoras de la economía popular, que estaba participando de esta jornada de protesta y la visibilización de las crecientes necesidades del sector: trabajo, vivienda, urbanización de las villas, actualización de los honorarios que perciben las cooperativas de los barrios populares. Al respecto, Jacquelina Flores se preguntaba: “¿Cómo puede ser que la canasta básica sea de $ 12 mil mientras los trabajadores de la economía popular cobran menos de $ 3 mil?”. Una importante cantidad de demandas respecto de las necesidades básicas del sector de la economía popular, que hoy parecen constituir, sin dudas, el sector más vulnerable de la población, afectado por políticas que no parecen tenerlos en cuenta.
Con el último plato de guiso, se inició un acto de cierre de la jornada de lucha, donde estuvieron las y los referentes de las distintas organizaciones de base de la CTEP Capital: Seamos Libres, M.P. La Dignidad, M.T.E. capital, O.S.y P. Los Pibes, junto al Movimiento Barrios de Pie.
En el cierre de la jornada hubo unas breves palabras de referentes de las organizaciones presentes: Rafael Klejzer, Martín Casasola, Jacquelina Flores, Sergio Sánchez, Luciano Álvarez y Walter Córdoba, que coincidieron en destacar la importancia de la unidad en esta jornada de lucha, donde los distintos sectores de la economía popular coinciden también en la necesidad de incluir a otras organizaciones compañeras. “La calle nos hermana”, dijo Jacquelina Flores como condensación de todas las distintas expresiones.