Por Carina López Monja – @Carinalopezm
La conmemoración de los 200 años de la independencia argentina dejo sabores amargos. La presencia del rey de España, el desfile con genocidas, el intento de Macri de refrendar su gestión y el segundo semestre, frío por donde se lo mire. La ausencia aún de una respuesta unitaria, la deuda del movimiento popular.
Junto al anciano rey emérito Juan Carlos, que generó fuertes rechazos, y con pocos representantes de países vecinos, Macri celebró el Bicentenario en la provincia de Tucumán, con un fuerte operativo policial y un vallado que impedía que se acercara la gente. “Acá empezó la historia. Acá un conjunto de ciudadanos se animaron a soñar. Deberían tener angustia de tomar la decisión, querido rey, de separarse de España”.
El relato, que evita recordar que la historia en estas tierras tiene más de quinientos años y no empezó en 1816, se agrava ante la “angustia de separarse de España”, según el presidente de Argentina. Pero, tal como han dicho varios analistas, el Bicentenario es un festejo sin pasado, sin memoria, sin pueblo. El objetivo de conmemorar la gesta de la independencia sin visualizarla como gesta, y una revolución sin considerarla como tal, está íntimamente ligado al relato macrista.
“No tengamos miedo. No escuchemos a los que se han enfermado con el poder. Ya empezamos a caminar en la dirección a un futuro mejor, con diálogo y trabajo”. En el reino del revés, nada bueno para el segundo semestre.
Canalizar el descontento, de la mano del papa Pancho
En su discurso, Macri parecía responderle a su opositor más temido quien le para la mano desde Italia. “Somos independientes y libres. Y depende de nosotros que marquemos el proyecto y el rumbo”. Las palabras llegaron luego de conocerse el mensaje papal por el Bicentenario en donde resaltó la idea de Francisco de que “La Patria no se vende” y el pedido de cuidarla.
En la carta al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Francisco hablo de la Patria Grande, “la que soñaron San Martín y Bolívar. Por esa Patria Grande también rezamos hoy en nuestra celebración: que el Señor la cuide, la haga fuerte, más hermana y la defienda de todo tipo de colonizaciones”.
En otro párrafo, dijo que la Patria es como la Madre, que no se la puede vender.
Más allá de los mensajes a diestra y siniestra del Papa (que como dice Horacio Verbitsky, no se aparta de la alianza estratégica del Vaticano primero con Roosevelt para contener al bloque soviético y luego con Reagan para liquidar al comunismo en Europa y al sandinismo y la teología de la liberación en Centro y Surámerica) el uso del término colonización, es claramente una crítica velada a Macri, compartida por numerosas organizaciones y movimientos populares que vienen resistiendo las políticas de ajuste y los intentos de avanzar en una nueva subordinación de Argentina a las grandes potencias imperiales.
Entre otros, el premio nobel de la paz, Adolfo Perez Esquivel, alertó sobre un proceso de re-colonización de nuestros países, para volver a llevarse nuestros bienes y recursos naturales. Las negociaciones con la Unión Europea, el ingreso argentino como observador en la Alianza del Pacífico y la aceptación del Tratado del TransPacífico (TPP) son muestra de eso.
Semestre frio, tarifazo para todos
“Todas las transiciones son difíciles y este punto de partida es especialmente difícil. Dada la precariedad, tuvimos que tomar muchísimas decisiones dolorosísimas. Pero yo sé que tengo que cuidar a todos los argentinos”, dijo Macri.
Acto seguido, Macri le pidió a los trabajadores que no busquen reducir la jornada laboral y justificó los tarifazos. Más lejos fue el senador Federico Pinedo, quien exigió a la Corte Suprema una respuesta integral y adelantó que sin suba de tarifas, habría más impuestos, más inflación y más desocupación. Otro que no mostró prurito en interferir en el poder judicial fue el director por el Estado de YPF quien tildó de “irresponsable” la decisión de la justicia de suspender la aplicación de las subas en el gas.
Todo indica que hoy la Procuración del Tesoro presentará un recurso extraordinario y apelará la decisión dictada por la Cámara Federal de La Plata. Mañana, o a lo sumo el miércoles, la Corte Suprema podría tomar alguna medida procesal, aunque no una decisión de fondo, que podría demorarse hasta agosto.
Lo más probable es que la Corte Suprema (la misma que inauguró el año con un fallo que limita el derecho de huelga y favorece al Gobierno y a la burocracia sindical) avale el aumento de tarifas de Cambiemos y sea el gobierno quien busque una “solución política” para apaciguar los ánimos. Hasta la derecha alerta que el ajuste “imprescindible” debe reparar en que existe un tejido social muy dañado.
Una deuda pendiente, de este lado de la cancha
El gobierno de Cambiemos suma manchas al relato y repudios de numerosos sectores políticos, sociales, de la cultura, del trabajo pero aún no se logra construir un rechazo de magnitud que permita frenar o dar marcha atrás, con la presión masiva, de las medidas impopulares e injustas que se vienen tomando.
Si bien se preparan un conjunto de medidas, protestas, movilizaciones en esta semana para rechazar el aumento de tarifas y exigir que se retrotraigan los valores, gran parte de ellas están desarticuladas.
Mientras tanto, el gobierno apuesta a reducir el costo y el impacto que han tenido estas medidas y seguir usando el escudo de Comodoro Py, los desfiles en los tribunales federales de ex funcionarios para tapar el sol con las manos. Lo han dicho desde el PRO: las causas judiciales fueron un alivio en el peor momento económico. El relato incluso espera que el pueblo asuma el costo de “la década ganada” como si el ajuste fuera causa directa de las causas de corrupción y no de un plan económico diseñado por un equipo de CEOS.
Mientras tanto el segundo semestre baja su temperatura y amenaza con heladas que serán desfavorables para el pueblo trabajador. A los despidos y el ajuste, se suma una economía recesiva y la falta de consumo aqueja nuevas empresas que amenazan con despidos. La respuesta del gobierno en términos simbólicos es el Rey y los militares genocidas en el desfile de la Independencia. Son gestos con una gravedad sopesada en el PRO, que van acompañados de medidas no tan conocidas pero con consecuencias económicas a largo plazo, como el proyecto de contratación público-privado, símil de la APP de Paraguay.
La tarea que se impone es de resistencia para frenar los avances del macrismo, pero con capacidad de incidir y torcer el brazo de las medidas que atacan de lleno a las familias trabajadoras. El relato macrista busca igualar a todos los que no acompañan y construye una “oposición razonable” que busca, de una vez por todas, suturar el 2001. La deuda pendiente, de este lado de la cancha, es construir desde abajo, a la izquierda, sin sectarismos y sin atajos, una propuesta política que recupere la historia y el protagonismo de los pueblos para que se respeten sus derechos, para que no se vulnere la soberanía, para construir un país libre y soberano, sin opresores ni oprimidos.