Por Oscar Fariña*. Reescritura tumbera de Martín Fierro, de José Hernández. Reproducimos a continuación el primer capítulo íntegro del libro, enviado por el autor especialmente para Marcha**.
Acá me pongo a cantar
al compás de la villera,
que el guacho que lo desvela
una pena estrordinaria,
cual camuca solitaria
con la kumbia se consuela.
Pido a los porros del Chelo
que ayuden mi pensamiento,
les pido en este momento
que voy a cantar mi historia
me deliren la memoria
que esta va con sentimiento.
Vengan porros milagrosos,
vengan todos en mi ayuda,
que la lengua se me anuda
y se me nubla la vista;
pido a mi D10s que me asista
en esta ocasión conchuda.
Yo vi a banda de chabones,
con famas bien otenidas,
y que despué de alquiridas
no las quieren sustentar:
parece que sin bombear
ya se van en la lamida.
Ma donde otro guacho pasa
el Tincho Fierro va a pasar;
nada lo hace recular
ni el grupo GEOF lo espanta,
y ya que todos son chanta
yo también quiero afanar.
Choreando voy a morir,
choreando me han de enterrar,
y choreando vuá llegar
al pie del Eterno Padre:
de la concha de mi madre
vine a este mundo a chorear.
Que no se trabe mi lengua
con la merca de los trava;
la cumbia mi gloria labra
y, poniéndome a cantar,
flashando me han de encontrar
aunque la tuca se me abra.
Me siento en un bar del Bajo
y mi pedo va en aumento;
como si erutara el viento
hago tiritar los vasos.
Con pelpas, trolas y fasos
queda ahí mi pensamiento.
Yo no soy cheto estudiado,
ma si me pongo a rimar
no tengo cuándo acabar
y me hago viejo cantando:
las cumbias me van brotando
como el meo al escabiar.
Con el pianito en la mano
ni la yuta se me arrima;
nadie me pone el pie encima,
y cuando el visio me entona,
hago gemir a mi prima
que se copa de putona.
Yo soy chorro en mi barrio
y chorrazo en barrio ajeno;
siempre me tuve por güeno
y si me quieren probar
salgan otros a fanar
y veremo quién es meno
Nunca escondo la kabeza
aunque vengan patrullando;
a los blandos me los mando
y soy duro con los duros,
y ninguno en un apuro
me ha visto andar arrugando.
En el peligro ¡qué mierda!
la poronga se me ensancha,
soy local en toda cancha,
y de esto nadie se asombre:
el que se tiene por hombre
a cualquiera se lo garcha.
Soy guacho, y entiendalón
como mi lengua lo esplica:
para mí tu verga es chica
y tu hermana ya es mayor;
chamuyan los que se pican
que así se viaja mejor.
Nací como nace el pedo
en el fondo de algún bar;
nadie me puede afanar
eso que Barba me dio:
lo que al barrio traje yo
del barrio voy a llevar.
Mi gloria es vivir tan libre
como el pajero del Chelo;
no hago rancho en este suelo
donde tanto hay que sufrir,
y nadie me va seguir
cuando yo remuento el vuelo.
Yo no tengo en el amor
quien me abra una querella;
como esas pibas tan bellas
que fuman rama tras rama,
yo tengo cien en mi cama,
y me hacen ver las estreyas.
Y sepan cuantos escuchan
de mis penas el relato
que nunca péleo ni mato
sino por necesidá
y que a tanta alversidá
sólo me arrojó el mal trato.
Y calen esta cansión
que hace un guacho perseguido,
que padre y marido ha sido,
un poquito delincuente,
y sin embargo la gente
lo tiene por un bandido.
*Nació en Asunción, Paraguay, en 1980. Reside actualmente en Buenos Aires. Cursó la carrera de Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Ha publicado, entre otros libros de poesías, Pintó el arrebato y Mamacha (2008), Un valet de policías en el agua y El velo hermafrodita de la lengua (2009). El guacho Martín Fierro se publicó en 2011.
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