Por Cristiane Sampaio*
La posibilidad de convocar a un plebiscito sobre una nueva elección presidencial en Brasil continúa levantando polémicas entre los movimientos populares que están discutiendo el significado de una posible consulta, y la resonancia que ella tiene en el escenario nacional.
La idea fue oficializada a través de la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) nº 28, que actualmente se tramita en el Senado. Firmada por cerca de 30 senadores, la PEC sugiere la realización de un plebiscito simultáneo al primer turno de las elecciones municipales del 2016, para consultar al electorado sobre la necesidad de nuevas elecciones para presidente y vice-presidente de la República.
“Tenemos que colocar en las manos del pueblo la resolución de esta crisis tan profunda por la cual estamos pasando”, defiende la senadora Vanessa Graziottion (PCdoB-AM), que está entre los autores de la propuesta.
En el juego de fuerzas en el Senado, ella cree que la cuestión del plebiscito ayudaría a contornear la votación del impeachment. “La fuerza de la propuesta aún es reducida, pero estoy un poco más optimista estos días porque, conversando con otros senadores, percibimos la enrome insatisfacción que hay con ese nuevo gobierno, que es un desastre. Por eso no tengo dudas de que tenemos chances de ganar votos con esa propuesta. Hay gente cuestionando si daría para gobernar con el 10% de la aprobación, pero, ¿quién consigue gobernar con 13%”?, cuestiona la senadora, citando la investigación del Ibope (Instituto Brasileño de opinión Pública y Estadística), divulgada el último viernes (1).
Solicitado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI), el levantamiento apuntó que actualmente Michel Temer es aprobado por apenas 13% de la población. En una investigación realizada en marzo, Dilma recibía la aprobación del 10% del electorado.
MST
El Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), la convocatoria a un plebiscito no es vista como una estrategia política razonable. “Los senadores tienen mandato y autonomía para hacer la PEC que quieran, pero nosotros no apoyamos la idea porque no aceptamos que la presidenta, que no cometió crimen de responsabilidad, acorte su mandato. Eso estaría legitimando el golpe”, dice el coordinador nacional del MST, Alexandre Conceição.
Ademas, él agrega que técnicamente “no hay viabilidad temporal ni jurídica para eso porque los cambios, si fuesen aprobados, sólo podrían entrar en vigencia un año después, es decir, para el 2017. O sea, habría un mandato de un año. No tiene ni sustento temporal”, afirma el dirigente.
Fuerzas Sindicales
Según el Departamento Intersindical e Asesoría Parlamentaria (Diap), que representa cerca de 900 entidades de todo Brasil, en el campo sindical no hay una única posición en torno al asunto.
“Los que tienen una proximidad con el PT, el PCdoB y otros partidos situados más a la izquierda del espectro político no sólo están de acuerdo con la propuesta, sino que están abocados en ese proceso de intentar crear las condiciones para la consulta popular. Ellos entienden que la alternancia de poder sin elección sería un fraude y que por eso el elector precisaría ser consultado, hasta porque hay un cambio en la agenda. Y hay un otro grupo que resiste al gobierno interino, claro, pero no entra en el debate sobre nuevas elecciones”, explicó Antônio Augusto Queiroz, analista político del Diap. Con sede en Brasília, el órgano actúa junto a las casas legislativas federales para acompañar las pautas de los trabajadores.
Ademas, según mencionó, algunas fuerzas sindicales ven el plebiscito también como una oportunidad para colocar en la esfera pública discusiones más detalladas sobre los movimientos que llevaron al apartamiento de Dilma.
“Si por acaso fuese hecho de forma como debe ocurrir un plebiscito, oyendo las fuerzas contrarias y favorables, eso podría dar condiciones para explicar para la opinión pública que, de hecho, hubo una usurpación de poder. (…) Hay que destacar que hay, inclusive, un bloqueo en la gran prensa para discutir ciertas cuestiones, lo que podría ocurrir con la consulta”, dijo.
Para el MST, es preciso luchar por la reconducción de Dilma al cargo reivindicando una agenda que paute la reforma política. Ese compromiso es necesario y precisa ser algo inmediato, porque eso sería más consistente para alterar las cuestiones problemáticas que tenemos en el escenario electoral que una PEC por nuevas elecciones. Por eso vamos a mantener nuestra campaña ‘Fuera Temer’, anti-golpista. Las jornadas de lucha y resistencia van a persistir, para que sea respetado el voto de los 54 millones de personas que eligieron a Dilma”, finalizó.
*Artículo publicado originalmente en Brasil De Fato – Traducción: María Julia Giménez
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