Nota y fotos por Emmanuel Gentile
Representantes de unas veinte comisiones internas opositoras a la dirigencia del gremio de la pintura se presentaron en las puertas del sindicato para reclamar una serie de beneficios que les eran negados a los afiliados. En noviembre, la lista Verde le disputará las elecciones al secretario general, Pedro Zambeletti, titular de UPFRA desde hace 43 años.
Si hay una característica común a la mayoría de los sindicatos del país es que cuentan con dirigentes que se eternizan en el poder durante décadas, aun pesando sobre ellos innumerables denuncias de aprietes, sobornos y fraudes electorales. La Unión Personal de Fábricas de Pintura de la República Argentina (U.P.F.P.R.A.) está lejos de ser la excepción. Su secretario general, Pedro Victorio Zambeletti, es titular del gremio desde hace 42 años.
Este miércoles por la tarde, en medio de una gran tensión, representantes de unas veinte comisiones internas del gremio de la pintura ingresaron a la sede del sindicato, en avenida Nazca al 800, en el barrio porteño de Flores, para reclamar una serie de beneficios que les eran negados a las y los afiliados bajo todo tipo de pretextos.
Bonos de consulta para la obra social; tickets sindicales para ingresar a un campo recreativo; mochilas; útiles escolares y hasta una planilla para la medicación de una trabajadora insulinodependiente. Todo estaba en falta para las y los afiliados desde hacía meses. Especialmente para quienes se referencian en las comisiones internas opositoras a la dirigencia, que hoy superan el 70 por ciento del total. Es por eso que los delegados de fábricas como Tersuave, Akzo Nobel, Alba, Rex, Alba, Disal, PPG, Basf Argentina, entre otras, se plantaron en el hall de entrada y anunciaron que no abandonarían el lugar hasta que no les entregaran todo lo que exigían.
A las 15.30, bombo y redoblante en mano, los activistas nucleados en la opositora Agrupación Justicialista 8 de octubre Lista Verde lograron ingresar al edificio. No fue fácil. Del otro lado, empleados de seguridad con camperas del sindicato y otros gremialistas fieles a la conducción se abroquelaron para defender la “trinchera” de Zambeletti, quien no salió a dar la cara en ningún momento. Adentro hubo gritos, insultos y empujones. Si no pasó a mayores fue porque los delegados se contuvieron entre ellos para no responder los puñetazos que los zambelettistas lanzaron al aire.
“Queremos lo que los compañeros nos reclaman en las fábricas, no pedimos nada más. Solo lo que nos corresponde y nos vamos”, se escuchaba entre el tumulto. Minutos más tarde, una delegación ingresó a una de las oficinas para negociar con la gente de Zambeletti. En el hall quedó el resto de las y los compañeros a la espera de lo que se resolviera. La tensión cesó, pero la bronca continuaba: “No es con ustedes. Acá somos todos del mismo palo. El que nos falta el respeto es el secretario general. Estamos cansados de que nos toquen el culo”, explicaba un delegado en medio de una tensa calma. Una hora y media después todo eso que faltaba, apareció. Se repartieron los tickets, los bonos, las mochilas, los útiles escolares y todo lo que habían ido a buscar.
“Teníamos la resistencia del secretario general y su comisión directiva para no dejarnos entrar y no entregarnos los tickets. Lamentablemente tenemos que llegar a esto porque nos cierran la puerta de nuestra propia casa. Acá no hay verde ni blanca, solamente queremos que los afiliados tengan lo que necesitan. Hay gente que viene desde muy lejos, pero hubo una decisión orgánica de no entregarles lo que les corresponde. El objetivo se logró”, dijo satisfecho Fabián Espíndola, delegado de Disal S.A. y referente de la lista Verde.
En noviembre, la lista opositora Verde disputará las elecciones con el objetivo de desterrar al secretario general Pedro Zambeletti, titular de U.P.F.R.A desde 1974. El último antecedente electoral reforzó el manto de sospechas respecto de una endeble democracia sindical, que puede inferirse de un gremio cuya conducción permanece intacta durante cuatro décadas. Fue en 2008, y según recuerdan los opositores, hubo un fraude escandaloso. “Como se dice popularmente, dieron vuelta las urnas –recuerda Espíndola–. Hemos ganado y nos han matado con el fraude. Hoy estamos mejor parados, pero lamentablemente este tipo se maneja con aprietes y plata”.
Pablo Carrizo, de Azko Nobel y también integrante de la Verde, destacó positivamente la jornada y se esperanzó con alcanzar la salida del “tirano”. “Esto nos da un empuje anímico y esta vez estamos mejor preparados. Sabemos cuáles son sus posibles trucos, y la postura de ellos nos indica que vamos por buen camino”, señaló. Y agregó que en las fábricas cuentan con todo el apoyo de las bases. “Hoy nos dimos el lujo de prescindir de que nos acompañen los trabajadores, que seguramente vamos a estar convocando en algún momento y será masiva la respuesta”.
Para Fabián Akim, delegado de la multinacional Basf Argentina, hay una demanda de parte de sus representados que debe ser atendida y respetada: “Los compañeros nos piden que seamos representativos realmente de las bases. Porque hoy muchos sindicalistas se han olvidado de los trabajadores que todas las mañanas se levantan 4 de la mañana y vuelven a las 10 de la noche para llevar un mango a la casa y que le alcance a fin de mes. Más en estos tiempo en que las cosas están tan difíciles”, sostuvo.
Akim remarcó que en las fábricas de pintura se trabaja con productos químicos tóxicos que afectan a la salud de las y los laburantes, situación que el sindicato no resuelve como debería. “No puede ser que desde acá, porque están en una oficina cómodos, no les importe lo que le está pasando al trabajador. Hay productos que son cancerígenos, hay productos que son muy delicados. Tenemos que mejorar las condiciones de trabajo de nuestros compañeros”, opinó.
Se viven momentos claves en el gremio, no sólo porque se aproximan las elecciones. La dirigencia está llevando adelante las negociaciones paritarias y la oposición reclama información y participación activa. “Zambeletti se presenta como secretario general de un gremio lamentablemente fracturado, y esa es una posición endeble frente a la Cámara de la Pintura. Nosotros por eso tuvimos el gesto, que creo que corresponde, de dejar las diferencias de lado y prestar nuestra colaboración, la cual él desestimó”, aseguró Carrizo.
Si bien la información que manejan llega en cuentagotas, se habla de entre un 33 y un 34 por ciento, un panorama desalentador para los trabajadores, ya que, según remarcan, la paritaria de la Pintura suele cerrarse un punto arriba de lo que consigue Camioneros, que este año firmó un 37%, aunque en cuatro cuotas.