Por Nicolás Zyssholtz. Mientras los escándalos por el equipo de Copa Davis rodean al tenis argentino, Del Potro ganó el ATP 500 de Rotterdam y Nalbandian cayó en la final de San Pablo frente a Nadal. Además, Zeballos se coronó en Viña, Berlocq pasa un gran momento y Alund sorprendió en Brasil.
El mejor momento del tenis argentino parece haber terminado. De aquella brillante generación en la que destacaban Guillermo Coria, Gastón Gaudio y Guillermo Cañas, entre otros, solamente queda un David Nalbandian que parece más cerca del retiro que de su instante de gloria –aquel que lo vio finalista de Wimbledon y campeón del Masters, entre otros logros-. En el medio, está el surgimiento de un Juan Martín del Potro, consolidado entre los mejores del mundo desde hace al menos cuatro temporadas, pero atravesado por su aparente falta de interés por la Copa Davis.
En el marco de ese cuadro negativo, acaban de pasar dos semanas bañadas de éxito para los tenistas argentinos. Ayer fue el propio Del Potro, que como todos los años no juega la gira de arcilla en Latinoamérica, el que se alzó con el título del ATP 500 de Rotterdam (Holanda), derrotando en la final al francés Julien Benneteau por 7-6 (7-2) y 6-3. El gigante tandilense tuvo una semana fantástica y se llevó el título sin perder un solo set, aprovechando además la ausencia en la final de Roger Federer, que cayó en cuartos justamente con Benneteau. De esta manera, “Delpo” se mantiene en el séptimo puesto del ranking mundial, aunque a solamente 75 puntos del sexto, el checo Tomas Berdych.
Mientras tanto, de este lado del mundo están jugando la mayoría de los argentinos, en la mencionada gira americana sobre polvo de ladrillo que este año tiene el aliciente de ser el escenario para el regreso del español Rafael Nadal, tras más de seis meses afuera del circuito. La última semana la cita fue en el ATP 250 de Brasil, en San Pablo. Allí David Nalbandian, que venía de no participar del cuadro de singles en Viña del Mar tras la serie de Copa Davis frente a Alemania, mostró su mejor cara de los últimos tiempos, con la victoria sobre Nicolás Almagro como punto más alto, para llegar a la final, donde no pudo con Nadal y cayó fácilmente 6-2 y 6-3.
En el mismo torneo de San Pablo la gran sorpresa fue un argentino prácticamente desconocido, Martín Alund, número 111 del ranking de la ATP, que había perdido en la última ronda de la clasificación e ingreso al torneo como “lucky loser” (perdedor afortunado). Ya en el cuadro principal superó al local Mello, al francés Chardy (cuarto preclasificado) y al italiano Volandri, antes de caer en semifinales ante el propio “Rafa”, no sin sacarle un set. Alund es un tenista sanjuanino de 26 años, especialista en dobles, especialidad en la que fue campeón de cinco torneos Challenger durante la temporada 2012, tres de ellos siendo pareja de Horacio Zeballos.
Y hablando del “Cebolla”, fue él quien dio uno de los mayores golpes de los últimos tiempos en el tenis mundial, la semana pasada en Viña del Mar. Zeballos venía de darle el tercer punto a Argentina en la serie con Alemania, haciendo dupla con Nalbandian, y en Chile consiguió su primer título individual ATP venciendo ni más ni menos que a Rafael Nadal, en la semana en que el mallorquín retornaba a las canchas. En ese torneo también alcanzó las semifinales Carlos Berlocq, que en San Pablo llegó a cuartos de final.
Justo cuando mañana comienza en el Lawn Tennis el ATP de Buenos Aires, pasaron dos semanas plagadas de éxito para los tenistas argentinos. Sin embargo, no son situaciones para ilusionarse; no caben dudas que el único jugador nacional que está a la altura del primer nivel mundial es Del Potro –y quizás Juan Mónaco, de mal arranque de año-, y los otros casos se tratan probablemente de picos de rendimiento que se suelen dar en los torneos que a los argentinos les sientan más cómodos. El año apenas comienza y, mientras la polémica por la Copa Davis sigue devorando el futuro del “deporte blanco”, los resultados aparecen, sorprenden y permiten ver el horizonte detrás de los nubarrones.