Por Redacción Marcha
Lo vivido durante el domingo en Oaxaca recuerda la triste realidad de México. En un país con más de 40 millones de pobres y donde el recuerdo de Ayotzinapa y los 43 normalistas desaparecidos sigue presente, nuevamente las fuerzas del orden levantan las armas contra su propia población.
Hasta ahora (aún no hay claridad del número total de fallecidos y heridos), se contabilizan 10 muertos, más de 50 heridos y 20 personas desaparecidas. La policía llegó el domingo a la mañana a Oaxaca a levantar el bloqueo que mantenía la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que se viene movilizando en contra de la reforma educacional del gobierno de Enrique Peña Nieto.
“Hemos sido testigos del actuar extremadamente violento del Estado Mexicano al reprimir al magisterio y la sociedad organizada en resistencia en diversas zonas del estado de Oaxaca incluyendo el Istmo de Tehuantepec, Nochixtlán y la ciudad de Oaxaca (…) La atención médica no ha sido garantizada y la población civil ha tenido que generar puestos de atención emergente para atender a las personas heridas sin poder darse abasto. Tememos acciones particularmente violentas en la ciudad de Oaxaca esta noche. Hemos sido testigos de la llegada durante el día de hoy de cantidad de aviones de la Policía Federal y Gendarmería a la ciudad y la tensión se hace cada minuto más palpable”, dijo ayer en un comunicado el Espacio Civil de Oaxaca.
La reforma, aprobada en 2012 por el Congreso, supone una evaluación obligatoria para los profesores, poniendo en riesgo, según la CNTE, la estabilidad laboral de los docentes. La violencia en torno al conflicto ha ido escalando en los últimos meses, particularmente con la ofensiva de Peña Nieto contra la CNTE al quitarle su personalidad jurídica y avanzar a la detención de dos de sus más importantes dirigentes. Pero el mayor sindicato mexicano -agrupa a 200 mi docentes en sus filas- no se ha dejado torcer fácil y ha marchado a la Ciudad de México, armado barricadas, bloqueado rutas en diversos Estados, etc. Entre ellos, el de la entrada a Oaxaca, que mantenían desde hace siete días.
Sin embargo, lo del domingo se escapó de las manos. La policía federal no dudó en enfrentar la movilización armas de fuego y gases lacrimógenos contra todo aquel que se cruzara. “Tiren a matar”, fue la orden. El gobernador del “izquierdista” Partido de la Revolución Democrática, Gabino Cué, llegó a asegurar descaradamente que “las fuerzas policiales no tiraron con sus armas”. Lo mismo el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, que reafirmó los dichos.
Inmediatamente tuvieron que desdecirse, pues la evidencia que circulaba por redes sociales deja en claro que la Policía Federal portaba armas y las usó contra la población civil. Jorge Arturo Pérez, fotografo de Cuartoscuro que presenció el enfrentamiento, dijo que “los policías aseguraron que les dispararon con una AK-47; sin embargo, nosotros no vimos nada de eso. Lo que vimos fue a policías federales accionnado sus rifles AR-15 y pistolas 9 milímetros contra el bloqueo que mantenían los pobladores”.
Pese a la represión, los profesores aseguran que la movilización continúa. “El movimiento responderá de manera contundente, ordenada y pacífica”, afirmó el coordinador de la Comisión Política de la Sección 22 del CNTE, Juan García. La CNTE bloqueará este martes las carreteras en ocho regiones del estado, en protesta por los fallecidos, heridos y desaparecidos. Ayer se realizó un plantón en la plaza de la ciudadela, en el centro histórico de la capital, con una marcha pacifica y silenciosa que concluyó a la altura del antimonumento de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
El magisterio mexicano también ha recibido apoyo desde distintas partes. En un comunicado en conjunto, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el Congreso Nacional Indígena afirmaron que “Frente el cobarde ataque represivo que sufrieron los maestros, maestras y la comunidad en Nochixtlán, Oaxaca, los pueblos, naciones y tribus que integramos el Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, le decimos al magisterio digno que no está solo, que sabemos que la razón y la verdad están de su lado, que la dignidad colectiva con la que habla su resistencia es inquebrantable y ésa es la principal arma de los que de abajo somos”.
Para el miércoles está programada una reunión entre la dirección política del CNTE y el secretario de Gobernación Miguel Osorio Chong. El magisterio ha reiterado su disposición “al trabajo con el gobierno federal, para encontrar soluciones a los planteamientos que hemos hecho públicamente y en reiteradas ocasiones. De la parte oficial, exigimos una postura franca y seria”. Sin embargo, la tónica hasta ahora ha sido otra. El gobierno se ha negado a negociar mientras los profesores mantengan las protestas.
En mayo, Peña Nieto prometió instalar “una mesa de trabajo y no reprimir el movimiento”. En medio de una bajísima aprobación, el descalabro por el escape del Chapo y la caída de la economía, el PRI ve la reforma educacional como un caballo de batalla. Y especialmente el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, que espera que la aprobación de la reforma catapulte su pre candidatura presidencial. Las condiciones para el diálogo, según el Ejecutivo, son que los líderes de la CNTE acepten la reforma porque “es su obligación cumplir y hacer cumplir la ley”, en palabras del presidente. Es decir, solo se sentarán para implementar el cambio, no modificarlo.
Sin embargo, los ojos del mundo están nuevamente sobre México y la política represiva de Peña Nieto. Diez muertos, uno de ellos profesor y otro periodista que cubría los hechos, no podrá ser ocultado por el gobierno.
Así los disparos de los policías federales en Nochixtlán @julioastillero@lhan55pic.twitter.com/cOc6DvIYIt
— Jorge A. Pérez (@Tte_ARto) 19 de junio de 2016