Por Gonzalo Reartes
El disco La esquina del infinito fue lanzado en el mes de agosto del año 2000. La producción se hizo en conjunto con Ricardo Mollo. Fue presentado con dos fechas en el estadio de Ferro y con presentaciones por el interior y llegó a vender 40.000 copias.
La Renga es, sin dudas, una de las bandas de rock más míticas de las últimas tres décadas. Su poder de convocatoria es sólo superado por aquel del Indio Solari. Si bien lo masivo no tiene mucho que ver con la calidad musical de un grupo, es destacable la poca publicidad con la que cuentan los recitales rengueros. La banda no suele publicitar en los grandes medios de comunicación sus apariciones, por lo que hay una clara cuestión de culto en sus seguidores.
Es que esta es una banda poco convencional para la triste actualidad musical argentina. No transa, no se vende. Y su obra habla a las claras de temas que no tienen mucho que ver con lo que esté o no de moda, con lo que puede o no vender. Se han rehusado a la exposición en los medios durante sus más de veinte años de trayectoria y cuentan, actualmente, con una producción absolutamente independiente, luego de pasar unos cuantos años dentro del sello PolyGram y Universal.
Ya en 1994, logran llenar por primera vez el estadio Obras y así se demuestra el gran crecimiento del poder de convocatoria. Cierran el año con dos shows: uno en el Microestadio de Ferro el 23 de diciembre y otro a beneficio de la CORREPI el día 30 de diciembre. En 1997 se cumplieron veinte años del surgimiento de la gran lucha y gesta llevada a cabo por las Madres de Plaza de Mayo. La banda participa del festival en homenaje en el Estadio de Ferrocarril Oeste ante cerca de 25.000 concurrentes, compartiendo escenario junto a bandas como Las Pelotas, Caballeros de la Quema y Rata Blanca. El día anterior, durante la primera jornada del festival, subieron a interpretar con León Gieco “El embudo”, tema de este último. Reclamando por la educación pública en la Argentina, el 1 de enero de 1998 se presentan en la Carpa de la Dignidad de los docentes.
Volvamos a La Esquina del Infinito. ¿Qué tiene para decir Chizzo sobre el tema del cual surge el nombre del disco? Sobre “La vida, las mismas calles”: “Arranca con una zapada media jazzera, está grabado con sonido de ambiente. Es una música ciudadana, que simboliza a una banda tocando en un bar. Es la primera vez que hacemos algo más o menos jazzero. Cuando arranca es el más pesado, el más heavy de todos los temas. Es una música bien de ciudad, con mucho vértigo de automovilismo feroz. Me refiero al tráfico, al quilombo y la velocidad que tiene hoy la gente. Tiene caños y es algo que siempre hicimos: incorporar vientos a este tipo de música. Tiene una parte medio histérica, medio rabiosa. La parte del solo tiene una base de doble bombo y arriba están la viola y el saxo a full”.
Si nos detenemos un instante en el contexto del país, aquel año (2000) serviría de presagio a la crisis que se desataría en diciembre de 2001. Claro que la crisis no surge espontáneamente, del aire, de la nada; no: lo que ocurría en aquellos años no era otra cosa que el resultado de aquellas medidas económicas y políticas neoliberales que azotaron a nuestro país durante toda la década del 90. El 6 de octubre, a menos de 24 horas después de que Fernando De la Rúa realizara cambios en el Gabinete, Carlos Álvarez se alejó del Gobierno al renunciar de manera indeclinable como vicepresidente de la Nación, lo que provocó un cimbronazo político que abría interrogantes sobre la salud institucional del país y de la propia Alianza.
El ex presidente Carlos Menem fue detenido y puesto bajo arresto domiciliario el 8 de junio como supuesto jefe de una asociación ilícita que habría realizado una venta ilegal de 6.500 toneladas de armas y municiones a Ecuador y Croacia y por falsificar el contenido de tres decretos presidenciales. Esto en lugar de significar un éxito para el gobierno fue un mayor problema, ya que el justicialismo ocupó el Congreso Nacional para rechazar la detención del ex presidente, quien luego fuera liberado por decisión de la Corte Suprema por seis votos contra dos el 21 de noviembre del mismo año. La Corte resolvió entonces que no existió asociación ilícita ni falsedad ideológica en los decretos.
El contexto era oscuro. El sindicalismo realiza 7 paros generales durante el gobierno delaruísta. La mayoría de las provincias argentinas tenían gobernadores propios del PJ. Tampoco el oficialismo disponía de un apoyo partidario claro, y varios sectores del radicalismo y el FREPASO comienzan a distanciarse por la renuncia de Carlos Álvarez. El 29 de julio, en Buenos Aires se suicida el Dr. René Favaloro, primero en realizar una operación cardiovascular con bypass para reparar la insuficiencia arterial. Tras el fatal desenlace, se conoció que Favaloro había dejado en su departamento siete cartas, en las que dejaba en claro que había decidido quitarse la vida, y explicaba que la crisis económica que atravesaba la Fundación Favaloro había sido el desencadenante de su determinación, expresando que la sociedad argentina necesitaba de su muerte para tomar conciencia de los problemas en los que estaba envuelta. Favaloro expresaba su cansancio de «ser un mendigo en su propio país», luego de los reclamos enviados al entonces presidente de la Nación, el Dr. Fernando de la Rúa, en los cuales solicitaba entre otras cuestiones el pago de las deudas millonarias que mantenían con su fundación varias obras sociales.
También había noticias tristísimas en el ámbito musical. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota lanzan su último álbum antes de su separación en 2001, llamado “Momo Sampler”. Pero la más triste llegaría el 24 de junio. El 23 de junio de 2000, Rodrigo Bueno fue a la grabación del programa de televisión La Biblia y el Calefón, conducido por Jorge Guinzburg. A su término, el cantante se fue a cenar junto a su representante, sus músicos, su pequeño hijo Ramiro y la madre de éste. En el local se encontró con Fernando Olmedo, hijo del fallecido comediante Alberto Olmedo, al cual invitó a su recital en la discoteca «Escándalo» de City Bell, en La Plata. El recital en Escándalo fue grabado por el programa de televisión El Rayo, presentado por Nacho Goano, quien había participado también en la grabación del programa La Biblia y el Calefón. Rodrigo ofreció una actuación de dos horas y media ante dos mil personas. Cuando terminó el concierto, Olmedo le pidió que se quedara en el club para descansar, pero Rodrigo se negó y decidió conducir.
En la madrugada del sábado 24 de junio de 2000, luego de su actuación en La Plata, Rodrigo se dirige hacia Buenos Aires por la Autopista Buenos Aires – La Plata en su Ford Explorer Roja con su ex-esposa Patricia Pacheco, su hijo Ramiro, Fernando Olmedo, el músico Jorge Moreno y el locutor de radio Alberto Pereyra. Cerca de las 3:30 a.m. se produjo un accidente en el cual Rodrigo rozó la camioneta del empresario Alfredo Pesquera (fallecido en 2013), perdió el control de su rodado, se estrelló contra la barrera de contención, volcó y fue expulsado del vehículo, lo que le ocasionó la muerte. Pesquera, a causa de este incidente, fue a juicio, si bien fue finalmente declarado inocente. Como producto de este hecho, Rodrigo Bueno y Fernando Olmedo perdieron la vida. Los demás acompañantes sobrevivieron. El cantante murió en la misma fecha en la que se cumplía un nuevo aniversario de la muerte del cantante de tango Carlos Gardel. Tenía 27 años.
Visto desde cierto ángulo, la muerte de Rodrigo no es más que un hecho natural de la vida. Después de todo, Dios nos ha hecho para caer.