Por Ulises Bosia. En una pequeña comuna cordobesa se encuentra la experiencia de Semillas del Sur. Desde la militancia social contra las fumigaciones decidieron presentarse a elecciones y salieron segundos. Marcha entrevistó a Pablo Rivero, integrante de la organización.
Sobre la ruta provincial número 5 se encuentra Villa Ciudad Parque: una pequeña comuna cordobesa, cercana a Villa General Belgrano, enmarcada por las sierras de Calamuchita. Según la página oficial de la comuna “Villa Ciudad Parque tiene todo lo que la naturaleza nos da: río cristalino, para disfrutar durante el verano de sus balnearios naturales, un lago para realizar diversas actividades náuticas, las Sierras Chicas para recorrer y visitar lugares mágicos que sus habitantes erigieron para deleite del visitante y porqué no recorrer una quebrada serrana”. En este panorama encantador a la hora de programar vacaciones lejos del ruido y el ritmo infernal de las grandes ciudades, se encuentra también una experiencia muy interesante de militancia socioambiental: el colectivo Semillas del Sur. Se trata de una organización que trabaja hace unos siete años alrededor de dos ejes principales: la cultura y el ambiente.
Aprovechando su participación en el XVII encuentro de la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC), recientemente celebrado en la Ciudad de Buenos Aires, Marcha entrevistó a Pablo Rivero, integrante de la organización que también pertenece al colectivo “Paren de Fumigar Córdoba”. Desde ese agrupamiento tuvieron logros tales como la presentación de un proyecto de modificación de la ley de agrotóxicos, actualmente en el Concejo Deliberante de Córdoba.
Pero Semillas del Sur se aprestó a un nuevo desafío, el salto a la política institucional a nivel local. No es común en el mundo de la militancia socioambiental que los colectivos o asambleas que lo componen se dispongan a participar de las instituciones políticas, por las que en general sienten más bien un alto nivel de extrañeidad, causado por los constantes casos de corrupción que envuelven a la relación entre los grandes intereses mineros y sojeros y las autoridades políticas.
Dejamos que Pablo lo relate con sus propias palabras: “Hace más o menos un año creamos una herramienta política propia del pueblo, plural y amplia, que se llamó Unión Vecinal de Ciudad Parque, con la cual nos presentamos en las elecciones. Es un gran desafío porque nuestra construcción siempre fue desde las organizaciones sociales y fue una discusión muy interesante que tuvimos, a través de la cual se fueron acoplando otros vecinos que venían de otros sectores. La verdad que fue un triunfo muy grande porque salimos segundos y ahora el 10 de diciembre empieza un desafío importante en el ámbito institucional y la verdad es que lo vamos a asumir con toda la responsabilidad que nos volcaron los vecinos a la hora de votarnos. Muchos se liberaron de un prejuicio que traían y nos dieron toda la confianza. Fuimos elegidos como minoría para los dos espacios locales: la Comisión Comunal y el Tribunal de Cuentas.”
En estos años una de las actividades principales de Semillas del Sur en Villa Ciudad Parque fue la lucha por evitar que las fumigaciones de los campos lindantes al pueblo afectaran la salud de los habitantes. Según lo cuenta Pablo, “logramos hacer una ordenanza comunal por el tema de las fumigaciones sobre la Villa pero fue suspendida por un amparo judicial que favorecía a los sojeros. Sin embargo, igualmente creamos una herramienta a través de una resolución en la cual existe una medición del viento que nos posibilita hacer una traba a las fumigaciones, porque por lo general hay viento en el valle. Por otro lado, venimos trabajando con alternativas productivas para avanzar en la concientización. El tema es bastante complejo a nivel local.”
Cada vez son más las experiencias donde vecinos de los pueblos afectados enfrentan el flagelo de la contaminación con agroquímicos, imprescindibles para el montaje del actual modelo de explotación del campo argentino. Uno de los casos más resonantes y pioneros fue el de las madres del barrio Ituzaingo, también en la provincia de Córdoba. Pablo nos comenta las novedades de una lucha que ahora se encuentra en el terreno judicial: “En febrero va a ser el primer juicio por fumigaciones con agrotóxicos de Latinoamérica, por el caso del barrio Ituzaingo. Se trata de algo muy importante. El juicio es a los productores sojeros, al empresario y a los dueños de la avioneta. Se utiliza la ley de contaminación de residuos tóxicos, que figura en el Código Penal y la ley de agrotóxicos de Córdoba. Va a ser inédito y va a marcar un precedente muy importante. Por eso estamos pidiendo todo el apoyo a las organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles, de derechos humanos y políticas para hacer el apoyo a las madres.”
Pensando en la proyección de su trabajo político local, Pablo nos comenta algunas de las líneas en que decidieron moverse. “Vamos a trabajar en el fortalecimiento territorial de la organización y en el fortalecimiento institucional. Las comunas en Córdoba son una especie de reinado donde el presidente comunal es una especie de dueño y señor de lo que pasa. Así que vamos a tener una tarea de control en principio. Pero además queremos fortalecernos a nivel político para lo cual estamos trabajando con algunos ministerios a nivel nacional que trabajan en las líneas de los programas que nosotros venimos trabajando, como puede ser la Subsecretaría de Agricultura Familiar, el Ministerio de Desarrollo Social e inclusive la Secretaría de Cultura. Por suerte no hemos tenido ninguna demanda política y en principio tenemos una especie de acompañamiento institucional.”