Por Clarisa Busemi / Foto por María Eugenia Olazábal
El lunes 9 se realizará el 4º Encuentro por el Día Nacional de Lucha contra la Violencia Institucional y contra la Criminalización de la Protesta Social bajo la consigna “Cada derecho se conquista en la calle”.
La jornada comenzará a partir de las 15 horas en el Congreso de la Nación y se desarrollará con talleres a cargo de familiares de víctimas, charlas con dirigentes sindicales, sociales y políticos de diverso arco ideológico, y el cierre estará a cargo de la presidenta de Abuelas de Plaza de mayo, Estela de Carlotto, quien leerá el documento final, en el Salón de los Pasos Perdidos.
Quienes confirmaron su presencia son: Fernando Esteche (dirigente de Quebracho), el padre Paco, sindicalistas y gremialistas como: Víctor De Gennaro, Omar Plaini y Hugo Yasky. Simultáneamente se desarrollará una feria con Trabajadores de la Economía Popular, stands de organizaciones y universidades.
Adentro del Congreso, se desarrollarán talleres para familiares y víctimas de Violencia Institucional con la apertura de Hebe de Bonafini. Habrá representantes de un amplio arco político como Leonardo Grosso, Miriam Bregman, Victoria Donda, Nito Artaza, Facundo Moyano, Sandra Rodríguez (compañera de Fuentealba), Horacio Verbitsky, entre otros.
Los principales ejes por abordar, según las y los coordinadores de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional, serán: “los trabajadores y el derecho a manifestarse; las organizaciones populares ante la criminalización de la protesta; y un Plenario de familiares de víctimas de violencia institucional”. También señalaron lo inminente de defender “la protesta social que emerge como un derecho fundamental y colectivo de nuestro pueblo”, por lo que es necesario “promover y proteger el reconocimiento y regulación, a través de un Acuerdo Nacional por el Derecho a la Protesta, protagonizado por organizaciones sociales, políticas y gremiales”.
“Los gobiernos pasan, la policía permanece”
En tiempos de anuncios de Protocolos antipiquetes por parte del gobierno nacional, de detenciones sin causa como la de Milagro Sala en Jujuy, de balazos a pibes y niños que estaban ensayando con la murga en el barrio 1.11.14, entre otros, es primordial volver a resaltar ciertos aspectos básicos que deben existir en un Estado de derecho.
En ese sentido, Esteban Rodríguez Alzueta, abogado y miembro del Colectivo de Investigación y Acción Jurídica de La Plata –CIAJ–, que defiende y asesora a familiares de víctimas de la violencia policial y penitenciaria dice que “difícilmente los actores que están desventaja van a hacer valer sus derechos si no pueden presentar en la escena pública sus problemas” si no se garantiza “el derecho a la protesta, que es el derecho a tener derechos”. En referencias a los hechos desatados desde que Mauricio Macri es presidente de la Nación, el también Magister en Ciencias Sociales sostiene que “no podemos esperar a las próximas elecciones para resolver nuestros problemas. No nos queremos resignar a tanto sufrimiento, sino transformar la calle en un espacio público”.
El autor de Vida lumpen. Bestiario de la multitud (2007) retoma la frase “los gobiernos pasan y las policías permanecen”. En relación a eso, reconoció que “si bien en el gobierno kirchnerista las policías estuvieron vigiladas, no pudo desandar esas rutinas violentas enquistadas que caracterizan y definen a las policías en Argentina”. Para realizar una modificación de esas prácticas explica que no solo hay que “hacer una reforma integral, crear controles internos y externos, sino que también hay que poner en crisis un imaginario social que crea condiciones de posibilidad para que las policías actúen de manera brutal”.
Es primordial desarticular “los procesos de estigmatización social que crean las condiciones para que la policía se ensañe con determinados actores”.
La definición de violencia institucional, no es sólo la policial y la penitenciaria sino que responde “a una suerte de circuito de violencia. La violencia hospitalaria, administrativa, judicial, tienen en común que el maltrato de los agentes públicos” está dirigido “a los mismos actores: jóvenes, pobres, morochos, y también las mujeres. Ni hablar de las transexuales”.
“Hay que transformar la tristeza en lucha”
Uno de los estandartes en la lucha de los familiares de víctimas de violencia institucional que estarán participando en los talleres de la jornada es Miriam Medina, mamá de Sebastián Bordón, asesinado un 12 de octubre, hace casi 19 años, por la policía de Mendoza cuando se fue de viaje de egresados. Por su crimen fueron condenados cinco policías y una civil en 2000. Todos cumplieron sus condenas menos el comisario Hugo Ramón Trentini actualmente detenido por juicios de lesa humanidad que se están llevando a cabo en San Rafael (Mendoza).
“Hemos transformado el dolor en lucha por la memoria y la realidad pero el gobierno actual cada vez no va oprimiendo más. Mientras ellos avanzan con represión nosotros somos contestatarios con la gente en la calle que es la herramienta que tiene el pueblo”.
La mamá de Sebastián Bordón Miriam trabaja en la Secretaría de Derechos humanos e insiste en que lo que la fortalece es levantarse todos los días y pelear por y lo que considera como la única seguridad que persiguen que es “con trabajo, con cultura, con educación pero sobre todo con derechos”.
Por su parte, Raquel Witis mamá de Mariano de 23 años, había sido tomado como rehén por Darío Riquelme, de 16 años. A ambos el cabo Rubén Emir Champonois los asesinó a balazos en el año 2000. La sentencia quedó firme después de 14 años.
Witis forma parte de la Comisión por la Memoria la Verdad y la Justicia de Zona Norte y dice que “desde este año la situación se presenta más dura por los mensajes que está dando el Gobierno. “Antes se hablaba de una seguridad democrática que nos permitía gestionar conflictos y ahora es la seguridad del orden, la de cuidar el Estado que va en detrimento del resto de la ciudadanía”, forma parte de Madres en Lucha y de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional.
“Hay programas en las fuerzas de seguridad que están desmantelados”, dice Raquel en referencia al que formaba y capacitaba específicamente en el uso de armas que “es lo último que se debe usar y frente a un peligro cierto” donde se toma conciencia sobre el uso de armas, que es una de las principales razones por los que hay tantos casos de gatillo fácil”.
Tanto Raquel como Miriam hablan en plural porque considera que “la salida es colectiva” y tienen aceitado ese motor. “Las luchas no son individuales, la justicia se consigue colectivamente con el acompañamiento de la gente del barrio, de familiares, con las organizaciones sociales, con los organismos de derechos humanos, con organismos políticos que no quieren que estas cosas sigan pasando”, puntualiza Miriam Medina.