Por Juan Manuel Olarieta
El 15 de abril 600 policías de varios países europeos, militares algunos de ellos, participaron en unas maniobras de entrenamiento en Westfalia, Alemania, con el fin de preparar la Fuerza de Gendarmería Europea (Eurogendfor), una fuerza de policía militarizada para aplastar las movilizaciones populares que surjan en Europa.
Hasta el portavoz alemán del Ministerio de Asuntos Europeos, Andrej Huko, ha expresado su preocupación por la creación de esta organización entrenada para dominar futuros disturbios civiles en los países europeos.
La Gendarmería europa se ha formado con policías de siete países pertenecientes a la Unión Europea, entre ellos España, que está omnipresente en este tipo de organismos represivos.
Con su característica retórica, la web oficial de la Gendarmería habla de su intervención en “misiones de estabilización internacional con un componente policial”. Lo cierto es que las maniobras de Westfalia consistieron en el aislamiento de motines, control de muchedumbres, intervención de “grupos de choque” así como “investigación criminal”.
El portavoz alemán del Ministerio de Asuntos Europeos quiso asistir al espectáculo policial, pero no le dejaron y se rebotó mucho. Convocó una rueda de prensa para decir que los eurogendarmes se estaban preparando para disolver reuniones políticas y protestas populares.
Según Huko, la militarización de la policía europea es contraria al principio alemán de separar a la policía del ejército.
La creación de la Gendarmería europea se aprobó en una declaración de intenciones firmada por los ministros europeos de Defensa en Noordwijk, Holanda, el 17 de setiembre de 2004, aunque la cremonia oficial de firma del tratado se llevó a cabo el 18 de octubre de 2007 en Velsen, también en Holanda.
Actualmente es una fuerza compuesta por 3.000 policías. Inicialmente estuvo dirigida por el general de la Gendarmería francesa Gérard Deanaz, sustituido luego por el coronel italiano de Carabineros Giovanni Truglio.