Por Leandro Albani. El presidente sirio presentó un plan para resolver el conflicto interno en el país. Denunció a los grupos terroristas y afirmó que la lucha del Ejército y el pueblo contra los mercenarios se mantendrá todo el tiempo que sea necesario.
Un plan de paz concreto y detallado, y una denuncia contundente contra el terrorismo, fueron los puntos principales del discurso brindado por el presidente sirio, Bashar Al Assad, en la Casa para la Cultura y las Artes Dar Al Asad, en Damasco, capital del país.
El mandatario, acompañado por una multitud de personas, convocó nuevamente al pueblo de Siria a sostener la resistencia contra la injerencia extranjera y agradeció el apoyo recibido por Rusia, China y los países miembros del BRICS.
El plan de solución política presentado por Al Assad se divide en tres fases. En la primera, explicó, los países implicados deben terminar con el financiamiento y entrega de armas a los mercenarios. Eso facilitará el retorno de los pobladores y recién entonces el Ejército finalizaría con sus operaciones militares. El mandatario aclaró que las Fuerzas Armadas “retienen su derecho a responder en caso de que la seguridad de la nación, de los ciudadanos, o las empresas públicas y privadas sean blanco de cualquier ataque”. También se deberá asegurar el control de las fronteras, tras lo cual el gobierno nacional comenzará “a realizar intensos contactos con todos los espectros de la sociedad”, para “gestionar diálogos abiertos con el fin de celebrar una conferencia de diálogo nacional que incluya a todas las fuerzas dentro y fuera del país”.
En la segunda fase, Al Assad señaló que se discutirá una “carta nacional” a través del diálogo nacional. Este texto, que tendrá como principios inamovibles la soberanía, la integridad territorial, el rechazo a la injerencia y al terrorismo, será sometida a referendo popular. Después de este paso, según lo manifestado por el mandatario, se formará “un gobierno ampliado donde estén representados los componentes de la sociedad siria”. Seguido a esto, se votará una nueva Constitución para luego convocar nuevas elecciones parlamentarias.
En la tercera fase el objetivo es articular un nuevo Ejecutivo “y celebrar una conferencia general de reconciliación nacional y la emisión de un indulto general”, pero “manteniendo los derechos civiles de los querellantes”, indicó el Jefe de Estado. A continuación, se trabajará en la rehabilitación de la infraestructura y la reconstrucción, además de indemnizar a los ciudadanos afectados por el conflicto interno.
“Algunos temerán de esta visión y sentirán preocupados porque la considerarían como un retraso en materia de seguridad, pero les aseguro a todos que la lucha contra el terrorismo no se detendrá mientras haya un solo terrorista en Siria y no vamos a detener lo que habíamos empezado, pues esta iniciativa no significaría en absoluto complacencia en la lucha contra el terrorismo”, aseveró.
En otros tramo de su discurso, el Jefe de Estado expresó que “de la matriz del dolor debe nacer la esperanza, de lo más profundo del sufrimiento se sacan las soluciones más importantes”.
Al Assad convocó al pueblo a convertir la actual “tragedia” en la “energía” que potencie “un movimiento nacional global que rescate a la patria de las garras de esta insólita e inaudita ofensiva en la historia de la región”.
“La movilización nacional es el único bálsamo para las heridas profundas que han afectado el tejido de nuestra sociedad y que a poco lo despedazan. Es la única capaz de mantener la geografía de Siria, reforzarla políticamente, y restablecerla social, cultural y moralmente”, refirió.
Para Al Assad, la crisis en Siria “es un conflicto entre la patria y sus enemigos, entre el pueblo y asesinos criminales, entre el ciudadano, su pan, agua y calor, y entre quien lo prive de todo esto, entre el estado de seguridad en el que vivíamos y que tanto loábamos, y la difusión del miedo y el pavor entre la gente”.
Al detallar la presencia de grupos foráneos en Siria, el mandatario remarcó que los takfiris, los terroristas y los integrantes de Al Qaeda, “se autodenominan ‘jihadistas’” y “vienen de todo los lugares para dirigir las operaciones terroristas sobre el terreno”.
“Siria permanecerá libre y soberana, no aceptará ser sometida, ni acepta la tutela, y eso disgustaba y disgusta a Occidente”, destacó.
Al Assad también alertó que lo que sucede en Siria afecta a toda la región, a la que buscan dividir. “Estamos ante una guerra en todo el sentido de la palabra. Enfrentamos hoy una salvaje ofensiva externa que tiene una forma nueva. Ese tipo de guerras es más destructiva y letal que las guerras tradicionales, porque no emplea sus propias herramientas para golpearnos sino que nos arrastra a ejecutar sus planes y atentar contra Siria mediante de un puñado de sirios y de muchos extranjeros”.